Decenas de personas se congregaron esta mañana en la barriada de La Granja, en Jerez, para exigir justicia tras las agresiones sufridas por varios menores de apenas dos años y medio en una guardería de la zona. La concentración, marcada por la indignación y la emoción, reunió a madres, padres, familiares y vecinos que denunciaron públicamente los hechos.
Encabezando la protesta destacaban dos grandes carteles con los lemas “Justicia ¡ya!” y “los niños no se tocan”, que se convirtieron en el símbolo del malestar vecinal. A su alrededor, se pudieron leer también otros mensajes como “las manos que cuidan no golpean” y “proteger a la infancia es cosa de todos”, en un ambiente de unidad y repulsa.
Testimonios que estremecen
Entre los asistentes, una de las madres afectadas relató la dureza de las imágenes difundidas sobre las supuestas agresiones. “Las imágenes que vimos eran superduras. Unos niños muy tranquilos sentados en la mesa para comer y una persona muy agresiva”, explicó con visible conmoción, mientras era arropada por otros familiares y vecinos.
Durante la manifestación, se escucharon gritos de “queremos justicia” que resonaron en las calles de la barriada. Las madres portaban camisetas con la frase “los niños no se tocan”, convertida en un grito colectivo contra el maltrato infantil y en defensa de la protección de los menores tras este escándalo en Jerez.
La protesta se desarrolló de manera pacífica, aunque con un evidente tono de rabia contenida. Los manifestantes exigieron respuestas rápidas y contundentes a las autoridades, así como medidas de control más estrictas en los centros de educación infantil.
Durante un buen rato, la manifestación se detuvo en la rotonda de la avenida de Europa frente a los pisos que están situados al inicio de la avenida Caballero Bonald. La razón de este parón es que en esa zona, al parecer, vive la trabajadora de la guardería acusada de maltratar a los menores.
La trabajadora señalada por las presuntas agresiones se encuentra en libertad a la espera de juicio, lo que ha incrementado la sensación de impotencia entre las familias afectadas. La indignación mostrada en esta concentración fue total, reflejo de unas madres y padres que claman justicia y exigen garantías para que "nunca más vuelva a ocurrir algo así".