Los amigos, familiares y vecinos de La Granja homenajearán este jueves, a las 17 horas, a David Vidal Cala que falleció tristemente el 17 de mayo del año pasado.
El Cala, como era conocido por todos, se ganó el corazón de su gente por su bondad y humanidad. Siempre al servicio de sus vecinos, para echar una mano en todo lo posible, dejó una huella imborrable en todos los que tuvieron la suerte de conocerle.
Tras su adiós, sus amigos lanzaron en redes una iniciativa para recaudar fondos con la intención de colocar un monolito en su memoria en la plaza Ronda, el lugar que le vio nacer y donde empezaron sus primeros pinitos con ese monopatín que siempre le acompañaba en sus años de juventud. Dicho monolito se inaugurará este jueves a la hora referida y serán muchos los amigos que acudan a este momento tan especial.
Borja Valera recuerda a una de esas personas que se quedan para siempre. "Para mí lo más destacado de El Cala era el corazón tan noble y tan puro que tenía. Era lo más semejante a un corazón de un niño. Tengo un niño de tres años y se habla de la pureza que tienen. La sociedad luego los va maleando. Hay personas que se dejan llevar más que otras, y algunas, como El Cala, que permanecen más inertes. Es una persona, hablo en presente, porque lo sigo teniendo aquí al lado, que tenía un filtro para esos cambios. Tenía un corazón muy puro".
"Es auténtico –añade su amigo Borja– y daba gusto estar con él. Siempre estaba sonriendo. Hacía magia y en las situaciones más inhóspitas sacaba un chiste y todos nos terminábamos riendo por tonto y absurdo que fuera. Era él, con esos ojitos achinados y esa media sonrisita. No hay muchas personas como él. Llenaba tanto con su presencia. No hacía falta salir a una discoteca o ir de senderismo. Con sentarse con él en un banco, ya te llenaba el día".