Felipe Ortuno: "La mentira en la política hay que abordarla y hay que denunciarla"

A este sacerdote mercedario, experto en la vida, cronista del día a día, sabio del siglo XXI, le gusta analizar la vida pública y no rehuye el debate, pero no comparte la "visceralidad" y el "enfrentamiento" en la sociedad

Felipe Ortuno Marchante posando con el libro que ha publicado en la ante sacristía de La Merced.
Felipe Ortuno Marchante posando con el libro que ha publicado en la ante sacristía de La Merced. CANDELA NÚÑEZ

El valor de la palabra

Felipe Ortuno Marchante, 65 años de edad, es sacerdote comendador de la orden de los Mercedarios en Jerez, donde lleva 33 años. Castellanomanchego de nacimiento, con once años de edad entra en el seminario de la casa mercedaria de Herencia (Ciudad Real) y desde ese momento su vida se vincula a esta Orden. Filósofo y Teólogo por la pontificia de Salamanca, tiene huecos para formarse en la ayuda a personas con discapacidad, apoyando, singularmente, a niños hospitalizados. Incluso tiene un titulo que le habilita para organizar  campamentos y similares.

Especializado en Archivística y Documentación, su vocación es enseñar y publicar, como el libro que acaba de ver la luz, 'El ojo de la espadaña', que es una recopilación de artículos que se pueden entender como herramientas para la meditación sobre lo mucho que ha quedado atrás en los dos años de la pandemia como acontecimiento más extremo. Desde un pensamiento libre, bajo un prisma crítico y con una impronta y talento propios, habla de casi todo. No obstante, la política es su tema preferido junto a las incongruencias de la sociedad actual.

Desde su llegada tuvo claro un objetivo en el que sigue persistiendo pese a que ha logrado mucho en ese camino: que La Merced crezca en Jerez y con Jerez. La basílica y la casa mercedaria, la de todos. La Orden, antaño rescatadora de cautivos, sigue siéndolo con los ‘cautivos’ de los tiempos actuales, es una de sus máximas. Su inserción en la sociedad jerezana es inaudita: en todos los segmentos sociales, reclamado en muchos ámbitos, singularmente en el orbe cofrade, del que fue pregonero de la Semana Santa. Cita o evento que convoca, su legión de seguidores estarán a su vera.

Su gran valor es la palabra. Comunica como pocos, un don del que no se vanagloria pero que para el resto de los mortales es sencillamente sublime en la predicación en la que, con un talento poco visto por estos lares, expone una técnica homilética que rompe los ortodoxos esquemas que superan el sermón; usando una voz cofrade, siempre de frente con aderezos tan difíciles como la agudeza y un afilado humor.

En primer lugar, defíname qué es 'el ojo de la espadaña'.

La espadaña porque, desde una perspectiva eclesial, me parecía una buena metáfora para observar la calle. No es que yo me suba a la espadaña y observe, porque estoy en la calle y estoy dentro del pueblo. Pero me parecía que mi opinión podría llevar esa metáfora. ¿Sobre qué opino? Pues de los acontecimientos divinos y humanos. Hablo de todo lo que acontece a lo largo de todos estos dos años.

El sacerdote en un momento de la entrevista.     CANDELA NÚÑEZ
El sacerdote, en un momento de la entrevista.    CANDELA NÚÑEZ
Digamos que la pandemia es el evento extremo que marca ese tiempo, ¿no?

Sí, y una manera de comportarse la gente, hay una sociología, hay un modo de ser. Hay una serie de problemas que surgen en estos dos años y los abordo. No específicamente desde el punto de vista de la pandemia, sino desde lo que cada tema significaba en sí mismo. Pero está dentro de ese marco y por lo tanto ese marco a todos nos ha manipulado de alguna manera y a todos nos ha cambiado.

¿Ha cambiado para bien o para mal la sociedad? ¿La pandemia ha sido un revulsivo para algo?

Mira, yo soy muy tonto porque soy optimista. Creo que siempre se aprende, aunque algunas veces tengo la impresión de que no hemos aprendido nada porque volvemos a los mismos defectos. Pero creo que nos ha cambiado el chip. Estoy hablando de mí. Claro, yo no puedo meterme en la cabeza de nadie, pero un poquito sí. Seguimos con los mismos defectos, porque la cultura y la condición humana es así. Creo que no ha sido un revulsivo, ha sido una crisis en el sentido de movimiento, de zarandeo. Nos ha roto muchos esquemas y se nos han caído algunas estructuras falsas. Ahora volvemos a caer otra vez. Hemos tenido una experiencia profunda de vida y de muerte.

Y esa solidaridad que tanto se expresaba desde todos los sectores, hacia uno y hacia otros... ¿Ese sentido solidario permanece o fue la luz de un momento?

En aquel momento, esa efusión emotiva era verdadera pero quizá necesitáramos ser más coherentes, más constantes en esos buenos sentimientos que eran verdaderos. Afloraron cosas muy bonitas del ser humano. Lo que pasa es que, ya sabes, no somos constantes, caemos en nuestros propios pecados, pero hubo un florecimiento de cosas bellas.

"En la política hay mucha manipulación, hay muchos intermedios, hay muchos flecos a los que yo no soy capaz de llegar. Ni yo ni nadie”

 
Su mesa de escritorio con varias publicaciones.     CANDELA NÚÑEZ
Su mesa de escritorio con varias publicaciones.    CANDELA NÚÑEZ

Los artículos que creó en esa etapa, ¿qué cosas se prestaban para su análisis?

Tengo un leitmotiv en todos los artículos: los valores, el pensamiento, la reflexión, el análisis y, desde luego, en ningún momento dejo mi puntilla, por decirlo así, mi puntilla cristiana. Yo me defino como cristiano, trabajo por el humanismo cristiano en el pensamiento y en las acciones. No soy nada dogmático en este sentido y poco usual.

Los bulos, el rumor…las fake news. ¿Estamos hablando de una sociedad que se gusta en estas, digamos, debilidades?

¿Por qué salen esos temas? No los busco. Es que esos temas van saliendo y afloran según vas por la acera dando un paseo. Que surja la ruptura con la tradición o esa especie de orgullo que aparecen en determinados políticos. Porque me meto mucho con la política, porque somos seres políticos y somos seres que opinamos y opinamos desde nuestro punto de vista. Yo no soy en este sentido partidista, de ningún partido. Bastante tengo con ser cristiano. Pero tengo, aunque sea de sacerdote, la opinión sobre lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Y entonces no me he callado la boca respecto a los temas políticos, económicos y sociales. En absoluto. En este 'ojo de la espadaña' pretendo abordar todos los temas que han surgido y que a mí me han parecido importantes. Una de las cosas que va en todos los artículos es la fecha de cuando se escribieron. La fecha sí sintoniza en el ambiente, el lugar y el contexto. ¿Por qué saco yo, por ejemplo, el tema de Hispanidad el 3 de octubre de 2021? Pues mire, porque en aquel momento se puso en duda todo el tema de la Hispanidad, todo el tema político hispanoamericano y la leyenda negra. Hay fanatismos, creo que hay determinadas posturas políticas que han sido fanáticas y que nos pueden llevar a un enfrentamiento social y así sucesivamente.

Teme en gran medida la crispación social.

Sí, porque somos viscerales ante este estado. El problema es la condición humana. Y como somos muy viscerales y uno no es experto de historia, pero me gusta la historia. La veo, la leo y concluyo que hay determinados comportamientos viscerales que bien manipulados hacen que las gentes se enfrenten y los más inocentes somos los que nos enfrentamos. Tengo miedo a esas visceralidad adobadas e incendiadas por los que están arriba. A eso sí le tengo miedo. Esos problemas los detecto y entonces los escribo y los pienso. No sé si valdrán mucho o poco, pero bueno, ahí están.

Sobre los que están arriba... ¿Se mueve mucho la mentira en la política?

Muchísimo. Bueno, hace poco hemos escuchado las declaraciones del presidente del Gobierno en un programa de radio y le dijo el presentador algo así como que usted ha mentido mucho. Y dijo el presidente que no, que es que ha cambiado de política, que no era mentira, ¿no? Entonces, claro, con ese modo de manipulación del lenguaje –otro tema recurrente en mí– podemos hacer lo que nos dé la gana. ¿Hay mucha mentira? Sí, hay mucha mentira. Y yo creo que la mentira hay que abordarla y hay que denunciarla, porque eso nos lleva al enfrentamiento de unos contra otros.

El mercenario durante la conversación en la sacristía de la basílica.    CANDELA NÚÑEZ
El mercedario durante la conversación en la sacristía de la basílica.    CANDELA NÚÑEZ
¿Es el peor mal de la sociedad actual?

Desde arriba hacia abajo. Creo que hay que hacer una apuesta por la verdad, hay que recuperar ciertos valores. No se puede ir con la mentira por la vida, hay que ir con la verdad.

Usa con habilidad el comentario afilado con toques de agudeza o de humor sobre todo cuando de política se trata. ¿Observa en ese ámbito muchas barbaridades?

Sí. Estoy muy al tanto de la política o pretendo estarlo. ¿Por qué? porque es lo que gestiona nuestra sociedad y por lo tanto tenemos que ser ciudadanos enterados. Pero hay mucha manipulación, hay muchos intermedios, hay muchos flecos a los que yo no soy capaz de llegar, ni yo ni nadie. Pero bueno, yo me atrevo a dar mi opinión y punto. No pretendo más. Además, actúo con una pizca de humor porque es fundamental para abordar cualquier tema a todos los niveles de la vida, a nivel de fe, a nivel político, a nivel económico. Hay que tener humor. Humor viene de humus igual que hombre. Pues es lo mismo, ¿no? Tenemos que ser humildes en este sentido.

¿Le han querido cortar alguna vez esa pluma que tan ágilmente usa o se la ha querido cortar usted mismo?

Soy más censor de mí mismo que nadie, porque algunas veces se me va la pluma y digo lo que no debo. Y luego cuando corrijo es porque a lo mejor es un poco ofensivo. Procuro siempre ponerme delante de la página con libertad, no pongo traba ninguna, me dejo llevar por la pasión, por las palabras; digo disparates, los digo y los escribo. Luego recojo velas y modero la cosa, pero me gusta expresarlo porque es una terapia. A mí me sirve de terapia en cierto modo.

Llleva 33 años en Jerez y llegó en 1990, si no me equivoco.

Sí, llegué en el 90, estuve cuatro años y ahora 23. De modo que son 27. Pero en los seis que estuve fuera nunca dejé de venir.

“Procuro siempre ponerme delante de la página con libertad, sin trabas, me dejo llevar por la pasión, por las palabras”

 
Felipe Ortuno con el libro que acaba de publicar.   CANDELA NÚÑEZ
Felipe Ortuno con el libro que acaba de publicar.   CANDELA NÚÑEZ
Me llama la atención un artículo que titula ‘El sentir jerezano’.

Bueno, es una broma. Es una especie de caricatura. Esa especie de chovinismo que muchas veces hay en todos los pueblos. No solo en Jerez. En todas partes. Me meto un poco con eso, con cierto humor, porque hay que tratar con mucha precaución esas cosas. No hay que ofender a nadie, siempre me he reído de esa especie de chovinismo que nos puede hacer daño. Amo a Jerez profundamente pero al mismo tiempo veo los defectos que hay y los digo abiertamente, es decir, que no me caso con nadie en este sentido, pero no quiero ofender. Pero a una población a la que tú quieres tienes que decirle que hay que mirar también para otro sitio y en otros sitios, porque de todos los sitios aprendemos. De la misma forma que yo no soy jerezano y en Jerez me han aceptado, de igual modo tenemos que aceptar los jerezanos otras realidades, otras maneras y aprender de todo el mundo. En este sentido, yo soy católico como usted.

Como sacerdote que es, también ve a la gente, lo que le cuentan. ¿El púlpito es también un buen termómetro?

Hay una unidad en todo. Es decir, yo soy transversal en todo. Entonces mi fe es transversal a todo. Tengo una lectura de la realidad que es desde la fe. Entonces procuro en el púlpito no meter temas que no son entendidos en ese contexto. Entonces hay que buscar también el contexto. Decían los alemanes que hay que buscar el lugar adecuado para hablar adecuadamente. No es lo mismo cantar sevillanas en El Rocío que cantarlas el Viernes Santo. Somos las mismas personas pero hay que saber distinguir los lugares, los momentos.

¿Se considera inconformista, una persona que que no acepta el sí porque sí?¿Se ve como alguien un poco especial?

No me considero especial. Yo soy tan normal como la vida misma, pero no me conformo con la realidad que tenemos. Creo profundamente porque soy muy optimista y positivo. Hay que apostar por el cambio bueno, y hay que poner en crisis lo que está mal.

“Amo a Jerez profundamente pero al mismo tiempo veo los defectos que hay y los digo abiertamente”

Eso es política.

En la vida todo es política, polis- ciudad. Las cosas de todos los días hay que cambiarlas para bien y no se puede uno conformar. El sillón ball no va conmigo. Me parece que hay que estar en permanente camino, en permanente crítica. Crítica en el sentido bueno, no en el sentido tóxico. No, a mí no me gustan las personas tóxicas, como no me gusta la realidad tóxica. Mira, hay cosas que no se pueden aceptar y hay que ponerlas en crítica, democráticamente, dialogando; respeto a las personas, pero no respeto determinadas ideas. Las personas son respetables siempre, pero eso no quiere decir que respete sus ideas. No, tus ideas son erróneas y yo te las rebato, pero con lógica, con razonamientos, con verdad y con contraste, sin imposición, sin fanatismos, siempre con respeto aunque haya opiniones que no son respetables.

El sacerdote con una mirada reflexiva.    CANDELA NÚÑEZ
El sacerdote con una mirada reflexiva.    CANDELA NÚÑEZ
Incluso aunque sea ante una autoridad eclesiástica o civil.

Es igual. Cualquier autoridad eclesiástica es susceptible de cometer los mismos disparates que un secular. Estamos hablando de lo mismo. Otra cosa distinta es que la autoridad eclesiástica y yo nos tengamos que atener al Evangelio y al Derecho. Eso es otra cosa. Pero eso es un elemento objetivo. Ahora, a nivel de personas podemos poner en crisis tu opinión, como la mía.

El ojo de la espadaña, ¿es su primer libro?

No ha sido idea mía en realidad hacer este libro, sino que ha sido una propuesta de los amigos de mi desayuno quienes me propusieron recoger estos artículos y publicarlos para que no se pierdan. Estoy muy agradecido al pueblo de Jerez, porque a mí me invitaron a hacer una opinión y me aceptaron con un gran seguimiento.

“No me gustan las personas tóxicas, como no me gusta la realidad tóxica”

Le apasiona la escritura.

Yo escribo y escribo tonterías y las voy dejando por ahí. Seguramente me lance a poner en orden algunas cosas que tengo escritas.

Tal vez sea la única forma de contrarrestar lo que denuncia es su publicación.

Es cierto, lo que pasa es que yo soy mucho de tradición oral, pero lo preparo, casi todo lo preparo. Entonces, pues el otro día me decían que hay por lo menos 100 grabaciones mías por ahí sueltas de mis charlas y que por qué no las recopilo. Es una idea también interesante. Pero me falta tiempo. Si mi oficio fuera escribir, mi vida sería levantarme por las mañanas, ponerme a escribir y sería maravilloso, sin problemas de ninguna clase. Ahora... ¿pensaría lo que pienso ahora? Pues no lo sé. A lo mejor sería un pensamiento de laboratorio y no un pensamiento de vida, porque lo que yo reflejo aquí es un pensamiento de vida.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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