La Estrella adquiere su condición de Coronada en una solemne ceremonia con un millar de asistentes

Autoridades nacionales, autonómicas, provinciales y locales se sumaron a esta celebración junto a centenares de cofrades en una celebración brillante en la Catedral en la que la música fue factor rotundo

El obispo imponiendo la corona a La Estrella.
El obispo imponiendo la corona a La Estrella. CANDELA NÚÑEZ

A las 12.35 horas del sábado 14 de octubre de 2023, una fecha para la historia cofrade local, Nuestra Señora de la Estrella fue coronada canónicamente por el obispo Jose Rico Pavés. Sucedió en el ofertorio de una misa solemne en una Catedral, que se llenó con cerca de un millar de personas. Entre aplausos y emociones, se interpretó el himno de España cuando la corona dejaba las manos del obispo y se posaba en las sienes de La Estrella. Siguió la interpretación del himno de la coronación por la orquesta y coro catedralicios, cuyo papel en la función fue sencillamente genial.

La Virgen en su altar al final de la misa.     CANDELA NUÑEZ
La Virgen en su altar al final de la misa.     CANDELA NUÑEZ 

Antes, la corona llegó al inicio de la misa hasta el presbiterio portada en unas pequeñas andas en las manos de un grupo de niños vestidos con libreas del azul ‘Borriquita’, los mismos que en el instante preciso que mandaba la liturgia, la llevaron hasta el altar al ritmo de una pieza de Bach, una sencilla y bellísima música que tuvo como base una flauta de pico y un violín solistas acompañado del pizzicato de la orquesta, todo para evocar el andar del ‘burrito’ en su entrada triunfal en Jerusalén.

La tomaron en sus manos el hermano Virgilio y el vicario general del Instituto Lasaliano, Carlos Gómez, en representación del superior general. Arriba del altar, el mayordomo y el vestidor asistieron a Rico Pavés en la operación, algo complicada por el tamaño de la magnífica corona. Esa pieza de cinco kilos de oro, en un 80% donado por devotos y hermanos, se constituye en el signo del reconocimiento eclesial: “Es la corona de la paz, es la corona de la Reina de los cielos”, dijo el obispo.

El obispo durante la celebración en el momento de bendecir la corona.      CANDELA NUÑEZ
El obispo durante la celebración en el momento de bendecir la corona.      CANDELA NUÑEZ 

Con este gesto y reconocimiento, la Iglesia le otorga a La Estrella virtudes y unción sagrada; extensa devoción, historia, intercesora en hechos milagrosos. Todo se materializa en la presea que ha salido de las manos del orfebre y hermano de la cofradía, Toni García Falla por encargo de una hermandad que en esta soberbia pieza materializa todos sus anhelos, pero ante todo una ofrenda a una advocación de insondable devoción.

Es la cuarta Dolorosa de las hermandades jerezanas coronada canónicamente, tras La Concepción, Valle y Esperanza. Cuatro advocaciones nacidas y cultivada su devoción desde las cofradías. Estamos ante una devoción muy de Jerez, muy de la infancia, la que va tras la Borriquita; un nombre, Estrella, y un rostro que se encaja en los genes de todos los pequeños y que permanecerá en su identidad como un referente en su recorrido vital. “Nos sentimos bendecidos por este acto de amor y devoción”, manifestó el hermano mayor al final de la misa. “Ha sido un largo camino que hoy vemos los frutos”, resumió Juan Miguel García en su parlamento.

Orquesta y coro catedralicios y la escolanía del colegio Montaigne en plena actuación.      CANDELA NUÑEZ
Orquesta y coro catedralicios y la escolanía del colegio Montaigne en plena actuación.      CANDELA NUÑEZ 

Los asistentes, ellos y ellas, de gala como merecen las grandes solemnidades. La Alcaldesa y la presidenta diputación vistieron de mantilla, como muchas de las mujeres presentes en la misa; Almudena Martinez, además, con un traje del color corporativo de la hermandad. La diputada Mamen Sánchez, concejales del PP, PSOE y VOX, la vicepresidenta del Parlamento andaluz, academia de San Dionisio, hermanos mayores y así un larguísimo protocolo completado con la Unión de Hermandades, hermanos mayores y centenares de cofrades lasalianos de Jerez y de otras muchas ciudades todos presentes en esta ceremonia, bien organizada por la hermandad, que estuvo al nivel que se exige a los que asumen el compromiso de llevar a cabo todo lo que implica la concesión de un reconocimiento de esta importancia y teniendo en cuenta los precedentes que hemos tenido en Jerez.

No se trata de una competición para ver quién lo hace mejor. Cada coronación ha estado marcada por el carisma de cada hermandad, de sus hermanos, de su historia y de sus formas de hacer las cosas, pero todas en una elevada escala de compromiso y solemnidad, sin reparar en el duro trabajo que implica para conseguir todo. Porque todo esto tiene un coste y muy elevado, por cierto.

Los pequeños cofrades portando la corona.     CANDELA NUÑEZ
Los pequeños cofrades portando la corona.     CANDELA NUÑEZ 

La Virgen estuvo en su altar especial vestida con el manto de salida, la nueva saya y tocada con una diadema de azahares, mientras que, junto al altar del Cristo de la Viga y la Virgen del Socorro, su palio, de rosas y nardos, aguardaba a que fuera ocupado por la protagonista, La Estrella. Por cierto que la mayordomía se las ha visto y deseado con la candelería con una cera que padecía los efectos de la elevada temperatura en el interior de la catedral, que se sufrió ayer y este sábado más si cabe por el lleno.

Una vez más y en un acto extraordinario en la Catedral, un aspecto de la celebración que fue excepcional se localizó en el programa musical que coordinó y dirigió Ángel Horas, que tuvo a su cargo la selección que se interpretó por parte de la  Orquesta y Coro de la Capilla Musical de la Catedral de Jerez. Hortas volvió a engrandecer una ceremonia en la que lo que se oyó fue sencillamente genial en cuanto a interpretación y en la selección de las piezas. 

El hermano mayor saludando al vicario general de La Salle a su llegada a la Catedral.      CANDELA NUÑEZ
El hermano mayor saludando al vicario general de La Salle a su llegada a la Catedral, ente el presidente del Consejo.      CANDELA NUÑEZ 

Emocionó el famoso canto de Santa María donde se alternó la escolanía del colegio Montagne con el coro adulto, unos niños y niñas que pese a la presión del acto pusieron esa nota infantil que no podía faltar en esta hermandad. La excepcional al voz de la soprano Maribel Ortega actuó como solista con una pieza de Händel, ‘Aquí está la reina de las vírgenes’. Como colofón final, en la despedida, se escuchó el Ave María que Juan Carlos Gamino, músico y hermano de la hermandad, ha compuesto para la ocasión y -no podía faltar- el Aleluya de Händel para la salida.

El obispo concelebró con el director espiritual de la hermandad, Carlos Redondo, y el canónigo, hermano de la cofradía, Luis Piñero. Junto a ellos más de una veintena de sacerdotes diocesanos y seminaristas, además de acólitos y monaguillos. En lo litúrgico todo perfecto, como un reloj suizo. La compenetración entre músicos y celebrantes fue perfecta. Y la hermandad echo el resto de lo que le quedaba por organizar todo perfectamente medido y bien ejecutado. Cada invitado en su sitio, sin agobios, con buenas formas y un talante amable pese a lo mucho que ya arrastraban en sus cuerpos.

Así transcurrieron dos horas de una misa de singular solemnidad, esas que de muy tarde en tarde organiza el único colectivo capaz de hacer tocar la gloria, una hermandad. ¿Cuál será la siguiente? Los rumores corren y más cuando se trata de este asunto. Por lo pronto y por mucho tiempo en el recuerdo, quedémonos con lo que aún está tan vivo y cercano en la memoria, que bien se lo merecen que sea así los cofrades lasalianos que se han dejado el alma en un empeño que ha llegado a una esplendorosa meta.

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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