Ana María Gómez denuncia una posible negligencia médica después de que decidieran colocarle una escayola por un esguince y tuviera que costearse luego una rehabilitación privada.

Ana María Gómez, de 53 años, cojea hasta la puerta. Hace gestos de dolor en los breves pasos que da. A punto de caerse, consigue apoyarse en el sofá y sentarse. Esta visita surge por su intención de hacer públicos los dolores físicos y psicológicos que padece a cuenta de lo que ella considera una negligencia médica. Ana María cuenta que sufre un esguince el 21 de agosto al bajarse de la acera para cruzar la calle en Chiclana. De pasar a estar disfrutando, a correr inmediatamente hacia el Hospital de Jerez. Dice que la espera en Urgencias se hace larga, y que cuando por fin la atienden, se encuentra ante un médico joven de poca experiencia, “al consultar reiteradamente la solución a personal externo”, que decide colocarle una escayola con vendaje durante diez días.

El Hospital no llega a decirle el grado del esguince. Para ella todo fue un “disparate” y asegura que ha sido una víctima de los recortes en Sanidad. “No le deseo esto a nadie”, repite en múltiples ocasiones. Después de que le quitaran la férula, Ana María señala que tenía más dolores, que le era imposible moverse. Cuenta que a causa de la escayola el pie se le había desplazado hacia la derecha, que estaba completamente torcido. No tuvo más remedio que acudir a una fisioterapeuta privada porque ”el seguro no cubre las consecuencias de un esguince”, le dijeron.

“El esguince de Ana María es de grado tres, no es necesario operarlo, solo un reposo largo y un vendaje funcional"

Ángeles Reynaldo, fisioterapeuta de Asisa que se encuentra atendiendo actualmente a Ana María, afirma que el protocolo para un esguince es colocar una férula, que se trata de un procedimiento normal, pero que desde el punto de vista fisioterapéutico es peor para el paciente. “El esguince de Ana María es de grado tres, no es necesario operarlo, solo un reposo largo y un vendaje funcional, pero la inmovilización de la férula puede causar incluso más daño y pérdida muscular”, afirma. 

“A mí me ha pasado esto en el pie, pero no me parece normal que pongan a unas criaturas recién salidas de la carrera en un sitio tan delicado como es una urgencia. Lo mío ha sido un pie, pero imagínate que llega a ser un accidente grave, una dolencia de mayor envergadura”, comparte Ana María. “No hay derecho con lo que han hecho conmigo”, añade. El llanto la aborda, y expresa que debido al mal procedimiento médico que le han realizado lleva más de un mes sintiéndose “inútil”. Declara que no puede hacer nada sin la ayuda de su marido o de su hijo, que sube las escaleras de su casa sentada de espaldas y empujando con las manos. “Esto le pasa a alguien que no tenga dinero y se queda coja”, espeta mientras rebusca los papeles que le mandó el médico. No quiere dar el nombre del joven que le atendió, piensa que él no es el culpable. Acusa al Servicio Andaluz de Salud (SAS), pero el objetivo principal de hacer visible su experiencia para "que no le ocurra a nadie más”. 

Esta es la carta que tenía preparada Ana María Gómez:

Quiero hacer pública mi experiencia vivida desde la sanidad pública, en concreto nuestro Hospital de Jerez, cuando por culpa de personas no preparadas (contratos de verano), recién salidos de las carreras, los ponen en el hospital solos, sin profesionales que les ayuden en sus primeros contratos y hacen que el paciente sea el que sufra las consecuencias de negligencias médicas producidas por ellos. Mi caso es el siguiente: esguince de tobillo por el cual llevo la friolera de 37 días, desde el 21 de agosto hasta fecha de hoy, inhabilitada y con dolores severos en la pierna izquierda. Tras el servicio de urgencia, cuando me asiste el médico tras hacerme las típicas preguntas reglamentarias como a todos los pacientes, mi asombro viene cuando, después de realizar una radiografía de tobillo, me dice el médico que es un esguince, que no hay nada roto y que qué deseo que me pongan: media férula con un vendaje o un vendaje solo.

¡El médico pregunta al paciente! ¿Desde cuándo se ha visto esto? ¿Desde cuándo se ha visto que el médico pregunte al paciente para que elija a la carta como si de un menú se tratara? Él es el médico, él debe de saber lo que me tiene que poner. Una vez dicho esto al médico, él toma la decisión equivocada que era la de ponerme diez días una férula con vendaje, más un calmante, que por cierto no encontró en el servicio de urgencia ningún ATS para poder pincharme y tuvo que ser él mismo quien me pusiera la inyección. Todavía me duele la nalga porque no sé dónde leches me pinchó que todavía me duele. Luego, la escayolista me puso la férula, que tampoco colocaron bien con el resultado de que a los diez días me la quitan y me mandan para casa.

Le pregunto a mi médica de cabecera que si después de haber cumplido los días me tengo que seguir tomando el tratamiento. Con lo cual, tendría que esperar 15 días a que volviera mi doctora de cabecera para que me pudiera ver. Entonces me fui al de Urgencias y me dijo que si me dolía que me tomara algo y si no, pues no. Le comenté que si podía acudir a algún fisioterapeuta, pero me dijeron que no lo ponían por un esguince. Cuando llegué a mi casa no sabía cómo plantar el pie y tuve que buscarme a un fisioterapeuta para empezar a andar puesto que el seguro decía que por mi situación no se manda ninguna rehabilitación. 

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Claudia González Romero

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