Emuvijesa, la empresa municipal de vivienda, ha vuelto a la vida. Si en sus orígenes se mantuvo como una de las sociedades públicas de promoción de la vivienda barata y con carácter social más relevantes de España, la burbuja inmobiliaria transformó al ente dependiente del Ayuntamiento de Jerez en una especie de promotora que desdibujó su objeto social. Tal fue la deriva en la que entró, con promociones bloqueadas y sin poder vender unido a préstamos millonarios suscritos con la banca que estrangulaban su funcionamiento, que el anterior gobierno del PP planteó su liquidación y cerrojazo.
El cambio de gobierno, no obstante, le ha sentado muy bien a la empresa municipal. También el relevo en su gerencia, ahora en manos de Eva Bravo. Los números así lo demuestran. En tres años, Emuvijesa ha pasado de acumular un reguero de pérdidas a obtener durante dos ejercicios consecutivos superávit. Si en 2016 las cuentas arrojaron más de 650.000 euros en números negros, en el pasado año el saldo positivo volvió a ser de 632.158 euros. Lejos queda ya aquel ejercicio de 2015 en el que la sociedad tocó fondo con más de 2 millones de euros en números rojos y la amenaza real de disolución.
La junta general de Emuvijesa ha aprobado hace solo unos días por mayoría, con la única abstención del Partido Popular, las cuentas de la sociedad correspondientes al ejercicio 2017. Como ya indicara la teniente de alcaldesa y vicepresidenta del consejo de administración del ente municipal, Carmen Collado, "las cifras han sido el resultado del trabajo de gestión y la política de ahorro emprendida por la sociedad en los últimos años", destacando "la puesta en marcha de una serie de medidas adoptadas durante el pasado año que propiciaron y contribuyeron a este resultado positivo". Entre estas medidas figuraban la reducción de cargas financieras o los acuerdos adoptados con entidades bancarias, "que hicieron posible la bajada de tipos de interés, quitas o condonaciones de intereses".
En paralelo, la sociedad no ha dejado de exprimir su verdadero objeto social: facilitar el acceso a la vivienda a quienes menos tienen. Para ello, aunque parezca paradójico, era imprescindible rebajar la morosidad en los arrendamientos sociales, que llegó a estar en torno al 40% y que se ha recortado a la mitad en estos años. El índice de morosidad se situó en 2017 en un 20,28%, mientras que se llevó a cabo la aplicación de reducciones de renta y bonificaciones en algunas promociones; o la disminución en los costes en cuotas de comunidad, reduciendo los servicios innecesarios, la bajada del gasto del mantenimiento de los ascensores en un 15% (aumentando a su vez las cobertura), o el ahorro de un 30% en la prevención de riesgos laborales, entre otras medidas que han reflotado a la entidad.
En el informe de gestión del pasado ejercicio se incluye también la gestión de ayudas para el pago de alquiler otorgadas a 268 familias en riesgo de exclusión social en el municipio. Una tarea desarrollado en colaboración con la Delegación de Bienestar Social. En este sentido, ha recordado Collado, en el último consejo de administración de Emuvijesa se dio a conocer el borrador de la auditoría externa realizada por una empresa especializada independiente, en el que se corroboraba la buena gestión realizada por la sociedad en estos últimos años.