La comparsa de Tino Tovar, 'Tic-tac, tic-tac', ofrece un pase de cuartos redondo. Gago y Cascana también completan su paso por esta fase de forma muy destacable. 

Sigue avanzando el tiempo sin mirar hacia atras, sin detenerse ni un momento. Las noches se derraman y el miedo hierve. Miedo de que sus voces no vuelvan a romper el silencioso frío de la sala. Miedo de que las cuerdas no vuelvan a ser acariciadas. Miedo de no ver más la sonrisa en los ojos, la expectación en los labios, el hambre en las orejas. Miedo de que sus nombres no conformen la lista que anuncia los próximos pasos. Miedo de que, un año más, todo esto haya acabado. 

Don Taratachín vuelve a destacar por la afinación. No destaca, sin embargo, en las letras de los tangos. El primero sobre la violencia de género. El segundo es una defensa a la libertad de expresión en el carnaval. “¿Otra vez? Sí, picha, ¡otra vez!”. La calidad musical e interpretativa muy por encima de las letras. En el primer cuplé dicen que Junqueras va a salir con Subiela de Prisionero. Para Fernando Alonso va el segundo. La segunda mitad del popurrí de cuartos va dedicado al cuarteto. Recordamos que en la primera fase lo dedicaron al coro. Recuerdan La boda del siglo, El cuarteto siempre llama dos veces y Déjalo, bien lo sabe Dios. Apuestan por hacer esta pieza animada, pero aun así vacía de contenido. Juan sin miedo regresa con la misma potencia. También la misma voz estridente taladrante. En el primer pasodoble cuentan una historia de amor de una mujer con un hombre casado, en la que ella se acaba cansando. En el segundo repiten historia de amor, pero en esta ocasión de un hijo a un padre adoptivo. Cuplés para aquellos que critican las letras de carnaval y para un colchón inteligente que habla. Juan más que sin miedo se va a quedar sin semifinales.

Los santos de Este año nos veréis en el altar se encontraron un ambiente caldeado. En la primera letra Juana Rivas cuenta a los santos su historia . En el segundo dicen que los autores del carnaval son unos santos y sacan a varios autores al escenario, entre ellos a Jona y Antonio Rivas. Paradojas. Cuplés para el Pacoli, que no se pondría malo de pequeño porque no dio el estirón, y para Andreíta, one more time. El público se muestra muy receptivo durante el popurrí y eso le da al grupo bastante confianza. El cuarteto de Gago y compañía trae una parodia bien montada y llena de golpes de principio a fin. Humor surrealista y local. Conservan la rima, los personajes se reparten el protagonismo a partes iguales, sin que ninguno de ellos tenga la necesidad de ser histriónico y una historia bien hilada. Hacen reír, aunque al público parece que le cuesta entender algunos chistes y tardan más en arrancar. No todo el mundo estará acostumbrado a este tipo de humor. De lo que no cabe duda es de que es una genialidad. La tanda de cuplés mejora considerablemente con respecto a preliminares e introducen cuartetas nuevas en el tema libre/popurrí. Nos veremos en la puerta del colegio el próximo día.

Tic-tac, Tic-tac. La presentación sigue siendo una barbaridad. En la primera letra habla de los todos los miedos que han sentido a lo largo de su vida, y rematan diciendo que el verdadero miedo sería no haberlos sentido nunca. La letra está muy bien escrita y consigue emocionar. En el segundo pasodoble enumera diferentes situaciones de jóvenes de barrios obreros en varias partes de España, Una fuerte crítica social de la situación devastadora en la que se encuentran los jóvenes por culpa del gobierno. "No mires para otro lado y dame la cara: qué han hecho de ti estos canallas". Dos grandes letras que nos regala. Cuplés simpaticones, el primero a las motos eléctricas y el segundo sobre los injertos de pelo. Buena interpretación del resto del repertorio. Contando los minutos para volver a oírlos. El diablo se viste de coro repartió cuernos al público para ponerlos en situación. Si querían convertir el teatro en un infierno ya podrían haber repartido estufas. Parece que han intentado solventar el problema del sonido del piano sobre las propias voces en las presentación. En el primer tango, al igual que Tino, hablan de los miedos. Ellos no tienen miedo a seguir cantando sobre las tablas del Falla. El segundo lo dedican a las mujeres que conforman la orquesta. Cuplés de coro. Así, como término y unidad de medida.

La chirigota del Cascana nos conquistó en preliminares y todos temíamos que se desinflara en el pase a cuartos. Afortunadamente eso no ocurrió y no sólo mantuvo el nivel, sino que se superó. El primer pasodoble fue para el fallido concurso sevillano. Bien defendido y con un giro final en el que dicen que Sevilla, con iniciativas como estas, está haciendo más grande “mi carnaval de Cádiz, tu carnaval de Cádiz”. Escrito desde una actitud integradora más que desde la rabia, como otros que han sonado sobre las tablas. La segunda letra emocionó a todo el teatro y a cualquiera que estuviera siguiéndolo desde casa. La letra comenzó como un homenaje a Willy, pero se convirtió en un emotivo pasodoble para Lola, su pareja. Ella es sus pies y sus manos, uno de esos pocos amores verdaderos que quedan en el mundo. No se trata de una letra para concursar, sino de una letra hecha desde el corazón. También despuntó la tanda de cuplés, especialmente el segundo, dedicado a Andreíta pero utilizando el pito para censurar ciertas partes. Renovaron además el estribillo metiendo a Quique Pina. Un pase de cuartos completísimo, que finaliza con parte del público en pie. Habrá peaje en semifinales.

Posiblemente no nos encontremos ante una de las mejores comparsas de Juan Carlos Aragón si echamos la vista atrás. Los mafiosos aciertan de pleno en la interpretación. Dura crítica a los problemas de la democracia y del sistema político español, donde vienen a decir que ponemos el foco de atención en cosas insignificantes como “donde entierren a Franco”, en un país donde aún perdura su sombra. Segunda letra a la sonrisa. Bien escrito, pero sin mucha chicha. A los cuplés le ocurren lo mismo. El primero con un final previsible. El segundo, con el final de Juan Carlos más previsible. El popurrí se sigue haciendo igual de pesado que en preliminares. Si el radar de velocidad saltó con el tanguillo del Cascana, con la chirigota de los Molina le habría dado un infarto. Llevan todo el repertorio acelerado, y eso dificulta el seguimiento de las letras. Primer pasodoble dedicado a los pirómanos, en el que mencionan los incendios producidos en Galicia. Mal desarrollado y mal rematado. Segunda letra sobre un padre que se tiene que ir a trabajar fuera pero su hijo le pide que se quede. Fallos en la interpretación en los cuplés con temas poco recurrentes. La ambulancia se vuelve para Chiclana con la sirena apagada.

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Estefanía Escoriza

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