El edil popular Antonio Montero, anterior responsable de Fiestas, exige al PSOE que "no toque" la ordenanza que regula la celebración, pese a que un año antes de las últimas municipales abordó la necesidad de adaptarlas "a la realidad".
Pese a que Pelayo, atacando a Cs, asegura que el PP no acaba de aterrizar en Jerez, lo cierto es que a tenor de su discurso pareciera que no hubiese pisado la ciudad y su Ayuntamiento en la vida. El PP sigue esta semana con su ejercicio de memoria selectiva (o de cinismo desbordante) para desdecirse u olvidar años después lo que prometió (e incumplió) o propuso (y no hizo) hace unos años. Es la diferencia entre gobernar y hacer oposición, y estos días los miembros del partido de la exalcaldesa Pelayo siguen emperrados en evidenciarlo. De otra manera no se entiende, a propósito de la intención del ejecutivo socialista de acometer al fin la necesaria actualización de la ordenanza reguladora de la Feria del Caballo, que el concejal del PP Antonio Montero, ex concejal de Cultura y Fiestas, haya exigido ahora al gobierno socialista que "no toque" estas normas, cuando hace solo cuatro años él mismo, desde el gobierno de entonces, anunció que era necesaria esta actualización. En una rueda de balance de la edición de 2014 de la fiesta grande jerezana, Montero mantenía: "Se ha detectado que la música es un aspecto en el que habrá que trabajar para adaptarnos a la realidad de la Feria. No se trata de expedientar y castigar, sino de concienciar, y ver qué es lo mejor para nuestra fiesta porque nadie baila tres sevillanas seguidas en una caseta". Sin embargo, esta visión contrasta con las tesis que ha mantenido esta misma semana.
De pasar a pedir hace unos días consenso para debatir los cambios, algo lógico y coherente, ha pasado directamente a la carnaza al ver que el caso tiene recorrido de desgaste para el actual equipo de gobierno. "Los jerezanos y los miles de visitantes quieren la Feria tal y como está", ha afirmado Montero, quien pregunta al PSOE si tras la propuesta de poner discotecas dentro de la Feria "lo siguiente será proponer que se asfalte el González Hontoria". Con sarcasmo, Montero, hasta hace solo unos años firme defensor de adaptar los usos y costumbres de la Feria del Caballo a la realidad imperante en el Real del González Hontoria, ha defendido que "el actual modelo de Feria funciona y está consolidado por lo que instamos a Mamen Sánchez y Francisco Camas a ponerse con otros asuntos que tienen en su debe y dejen tranquila a una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional". Y ha insistido: “Con todas las tareas que tiene pendiente el gobierno de Mamen Sánchez, le pedimos por lo que más quiera que la Feria del Caballo no la toque. Que el PSOE deje los experimentos para otras cosas con menos relevancia y deje la Feria tal y como está".
En aquel balance de 2014, cuando se clausuró una caseta-discoteca y otra abandonó la Feria a la mitad, Montero insistió en la necesidad de articular modificaciones en la ordenanza, también en lo referente a la explotación de las casetas, pues si en la ordenanza actual se prohíbe el arrendamiento a terceros, la realidad de la fiesta es radicalmente diferente en la amplia mayoría de los casos. "También se dará una vuelta a la ordenanza municipal para que se respeten las listas de espera. No es normal que haya 40 personas esperando y luego no cojan una caseta que se queda vacía", dijo entonces el edil del PP. Ahora, en cambio, sin entrar a valorar las necesidades o el fondo de la propuesta, usa ésta simplemente como arma arrojadiza: "Con estas ideas del PSOE, Mamen Sánchez quiere convertir a la Feria del Caballo en una feria más y por eso le pedimos que no toque lo que funciona y se dedique a tantas cosas en Jerez que necesitan de un gobierno eficaz". Por ahora, la única idea en torno a la Feria que ha llevado a cabo el actual gobierno local ha sido la de marcar de sábado a sábado las fechas de celebración del evento, algo que la mayoría ha acogido hasta ahora como un gran acierto tras años de titubeos. Si la propuesta de reforma de la ordenanza no convence, habría que atraverse a ofrecer una alternativa válida y viable, dialogar y negociar, antes que cruzarse de brazos en el no incoherente, vago y partidista.
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