La comparsa de Martínez Ares se presenta como una alegoría costumbrista a Andalucía, repleta de guiños a la generación del 27 y con un repertorio completo tanto en forma como en contenido. 

Dice Miguel Hernández: "Sobre la pena duermo solo y uno, / pena es mi paz y pena mi batalla, / perro que ni me deja ni se calla, / siempre a su dueño fiel, pero importuno". Andalucía es paz y batalla. Y pena, alegría, ferias y carnavales. Siempre en el sur infinito, mirando al resto desde abajo. Amarrada al campo, con hambre, lunares y churretes. Así creen que es Andalucía. Siempre fiel. Siempre inoportuna.   

Los chimenea se suben a la azotea del Falla. Estos deshollinadores llegan con la potencia vocal a la que nos tienen acostumbrados. Para la presentación utilizan una canción de Ares: Yo canto, vosotros hablad. La falseta introduce dulcemente a un tango compuesto con mucho gusto y cantado con mimo. La primera letra va dedicada al propio tango y la segunda concluye con una crítica a los catalanes independentistas. Cuplés simpaticones y el estribillo-trabalenguas de rigor. El popurrí consigue sorprender gracias a la elección de las distintas músicas y sobre todo a la interpretación impecable del grupo.  

Las noches de Cádiz son jóvenes y despiertas. Estas astrónomas no cantan nada mal, pero tienen algunos problemas de afinación. Sobre todo en la presentación. En el primer pasodoble se preguntan por qué hay que esperar que se mueran los carnavaleros para darle el reconocimiento. La segunda letra representa el juicio a la víctima de la manada. Simplona la pluma del autor. Algo plano el resto del repertorio. Desde Córdoba, ¡Cómo se te caiga, cobras! Con un tipo algo surrealista llegan estos Ratoncitos Pérez. De nuevo la afinación no es buena. En el primer pasodoble hacen un símil comparando al Falla con la boca del carnavalero. El segundo al acoso escolar. Siguen sin remontar en los cuplés. Finalmente, el popurrí arranca sonrisas a base de pamplinas sobre ratones. 

Los Encantadores. Estos flautistas no llegan de Hamelín, sino de Ronda. Y justo después de los ratones. ¡Qué puntería! El grupo suena bien, mucho mejor que las flautas. Dedican la primera letra a Mari Pepa Marzo, la compañera de Canal Sur Radio Ana Barceló. El segundo es un dramón sobre la desaparición de Diana Quer. Cuplés de comparsa. Así, como término y unidad de medida. Un popurrí más de los 86 que llevamos en preliminares. ¿No van tantos? Pues será que se me están haciendo eternos. Los que se meten en todas las conversaciones, la chirigota de 'El Lacio'. Mucho foam para estos emojis. Y el foam siempre sobra. La música del pasodoble lleva el sello inconfundible de su autor, con un bombazo al principio que suena a Cádiz. El primero es sobre el atentado de Barcelona. Modo drama. El segundo para Manolo Cornejo. Emotivo ver a su hijo Leo, como integrante de la chirigota, interpretando la letra. Simpáticos los cuplés y estribillo cortito. Remontan un poco con el popurrí.  

El Perro Andalú viene que muerde. La generación del 27 representada a través de pequeños detalles del tipo: la furia más loca, la sangre en la boca, la rabia en el cuerpo. Un bufón coronado, esclavo, holgazán, fiel. El perro de Andalucía que se rebela. Una presentación con la que el grupo saca sus garras con ímpetu. Todas las cuerdas vocales están afinadas a la perfección. La música del pasodoble es menos compleja que los años anteriores, pero sigue alejada del corte clásico. Hace un repaso enrevesado en su primera letra por Andalucía a través del folklore, para acabar diciendo que los andaluces "desde que nacemos estamos clavados a una cruz”. El segundo es un autopasodoble, donde el propio autor se describe en los próximos años cuando sus creaciones no enamoren a nadie. Sinceramente, dudo que eso ocurra. De los cuplés, mejor no decir nada. Bonita música que vuelve a incluir los coreados. Afortunadamente, terminan en un precioso estribillo. Un popurrí completísimo, con mucho contenido y una poética prodigiosa. El perfecto manual de cómo decir tanto en tan poco tiempo. Finalizan despojándose del tipo para dejar de ser ese perro que todos piensan que es el andaluz y mostrar lo que realmente son. En fin, una maravilla.  

Cierra la noche la chirigota puertorrealeña Los que la llevan a hombros. El grupo suena bien, pero el repertorio es bastante corto. Primer pasodoble a la precariedad laboral y el segundo para la prensa. Y como no tenemos derecho a opinar, mejor no vamos a decir nada ni de los cuplés ni del popurrí.

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Estefanía Escoriza

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