El barrio de San Miguel que no buscan los turistas: robos, suciedad y vandalismo

Vecinos denuncian la inseguridad y la poca presencia policial en los últimos tiempos. El asalto y la agresión a una mujer por parte de dos menores de edad, el último de una larga lista de tristes episodios

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Robos, atracos, vandalismo, inseguridad y suciedad. Es el lamentable listado de problemas que denuncian a lavozdelsur.es vecinos, hosteleros y comerciantes de San Miguel, en concreto de las calles Zarza, Molineros, Sol, Pedro Alonso o plaza de la Cruz Vieja. El último y grave episodio se vivió poco antes de las diez de la noche de este pasado martes en la calle Zarza, cuando una mujer era asaltada por dos menores de edad, quienes, valiéndose de una pistola presuntamente de aire comprimido, le asestaban un duro golpe en la cara con la culata del arma, produciéndole una herida sangrante que a punto estuvo de dejarla inconsciente. Testigos señalan que la víctima sufrió el robo de productos y material cosmético, que estaría valorado en varios miles de euros.

“Por aquí no se ve un policía prácticamente nunca, pero es que desde que cortaron Las Angustias al tráfico por la obra ya es cuando no pasa ni uno”, señala José Manuel, vecino del número 12 de Molineros, que denuncia un intento de robo en su domicilio en la jornada de este pasado martes. No es, sin embargo, el único al que han robado o intentado robar en los últimos tiempos. En el número 17, una vecina señala que también sorprendió “a una persona vestida de negro” en el interior de su vivienda, lo mismo que le pasó al inquilino del número 15, o a la familia del 11, al que hace escasas fechas intentaron forzar la puerta de su garaje. “Tiene que ser la misma persona. Va por los tejados, porque hay noches que escucho ruidos. Tiene que subir por alguna casa deshabitada de Sol o Cazón y de ahí va saltando de casa en casa”, apunta José Manuel.

En la Cruz Vieja, los vecinos lamentan que se haya convertido en algo habitual los tirones de bolso o el trapicheo de droga. Un hostelero del entorno, que prefiere mantener el anonimato por seguridad, afirma que “antes la Policía dejaba papelitos indicando la hora en que había pasado por aquí. Pero es que ahora no pasa prácticamente en años”. En los últimos días indica que han forzado una furgoneta y hasta se han llevado las ruedas de un coche de un trabajador de un bar del barrio.

Otro problema que apuntan los vecinos es la mala imagen que dan ciertas personas, “litroneros y yonkis habituales" de la Cruz Vieja, algunos de los cuales no duda en orinar y defecar “donde les venga en gana”, incluso practicar sexo entre los contenedores de basura a plena luz del día. “Es una vergüenza que tenga que pasar por aquí con mi hija del colegio y vea estas cosas”, denuncia otro vecino.

Y todo esto, a pesar de que cada vez hay más negocios y una renovada oferta hostelera en el barrio, algo que, lejos de ahuyentar a estas personas, las mantiene allí, para sorpresa de turistas que, guía de viaje en mano, van en busca del monumento de la inmortal Lola Flores o de cualquiera de los nuevos bares y tabancos del entorno.

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Jorge Miró

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