Una de las afectadas consumió en el recinto del botellódromo del González Hontoria, antes de que la Policía acudiera a prestar servicio. En ambos casos, las menores compraron el alcohol sin que les pidieran el DNI.
En apenas un mes, dos niñas jerezanas de 13 años han ingresado en el hospital por coma etílico debido a la ingesta de bebidas alcohólicas. Los datos, preocupantes, lo son aún más al conocer lavozdelsur.es que las menores compraron su lote (alcohol más refresco) en un restaurante kebab y una tienda de barrio, respectivamente, sin que sus responsables les pidieran siquiera el DNI. Además, una de las afectadas consumió en el recinto del botellódromo, hecho que vuelve a abrir el debate de si este lugar debería o no clausurarse, si bien hay que señalar que a la hora en que ocurrieron los hechos la Policía Local aún no había hecho acto de presencia, ya que suele acudir más tarde, cuando se concentran los grupos de adultos.
Los dos hechos ocurrieron a finales del pasado mes de octubre. Rosa, nombre ficticio, narra a lavozdelsur.es que su hija, un sábado, le dijo que iba a salir con sus amigas, y como tiene pactado con sus padres, volvería a casa a las 10 y media de la noche. Lo que no sabía Rosa es que su hija se fue a un comercio cercano a su domicilio, en la avenida Puertas del Sur, y que el dependiente le vendió una botella de whisky y un refresco sin pedirle el DNI. “Por mucho que se maquille mi hija, su cara es la de una niña de 13 años”, lamenta Rosa, que tras los hechos afirma que acudió a la tienda para pedir explicaciones por lo ocurrido, pero que ha preferido no presentar denuncia.
“Por mucho que se maquille mi hija, su cara es la de una niña de 13 años”, lamenta una de las madres de las afectadas, sobre el comercio que levendió alcohol a su hija
Su hija, a la que llamaremos Elena, salió a las siete de su casa, compró el botellón y tomó el circunvalación hasta la Feria, donde se encuentra el recinto del botellódromo y donde consumió alcohol en compañía de otras amigas. Su madre calcula que por el poco tiempo que estuvo allí, Elena bebería el alcohol “a palo seco, sin mezclar”. “Es que apenas estuvo un rato. Una amiga suya me llamó para decirme que se encontraba mal y a las diez menos diez ya la estaba recogiendo. Estaba tambaleándose, no se mantenía en pie”. Rosa, además, recuerda que a esa hora “estaba el botellódromo lleno de menores. Ahí pocos tendrían más de 16 o 17 años”.
El segundo de los casos se produjo a la par que el anterior. lavozdelsur.es ha podido hablar con Patricia —nombre ficticio—, de 12 años y una de las amigas de la afectada, con la que hizo botellón, así como con su madre, que también prefiere mantener su anonimato. “Patricia me dijo que iba a un cumpleaños con sus amigas. Le di diez euros para el regalo y la hamburguesa y le dije que a las 10 y media en casa, aunque luego me llamó y me pidió media hora más. Llegó a casa a esa hora y hasta el día siguiente, cuando me llamó la madre de su amiga diciéndome lo que le había pasado, no me enteré de nada”.
Patricia explica que aquella jornada compraron tabaco y un lote de ginebra y Fanta de limón en un restaurante kebab, sin que nadie les pidiera el DNI, a pesar de aparentar, por mucho, menos de 18 años. De allí pensaron en ir al parque Atocha, junto a la barriada de Palos Blancos, pero finalmente acudieron a un parque situado en la trasera de una pizzería de la avenida de Europa. “Mi amiga nos dijo de beber. A mí al principio me pareció un poco raro, porque nunca lo había hecho en mi vida, pero dije que vale”, señala Patricia a través del teléfono, con una voz que delata sus 12 años. La niña afirma que sus cubatas sabían “más a Fanta de limón que a otra cosa, pero los de mi amiga —la que sufrió el coma— estaban muy amargos porque se echó mucha ginebra”.
“Al principio todas creíamos que estaba de broma haciéndose la borracha, pero y la conozco súper bien y me di cuenta de que de verdad lo estaba”
Pronto las copas empezaron a hacer efecto. Patricia afirma que su amiga, de pronto, empezó a comportarse de manera “extraña”. “Al principio todas creíamos que estaba de broma haciéndose la borracha, pero y la conozco súper bien y me di cuenta de que de verdad lo estaba”. Al cabo de un rato, Patricia se empezó a sentir mareada y decidió, junto a otra amiga y un amigo, dirigirse al cercano restaurante McDonald's para cenar algo. A la vuelta, se encontraron a su amiga en muy mal estado y tumbada en el suelo.
La madre de Patricia señala a lavozdelsur.es que al día siguiente de los hechos acudió al hospital, donde le practicaron una analítica a su hija ya que ésta le comunicó de que aquella noche algunas de las presentes también consumió hachís, si bien las pruebas a Patricia dieron negativo en esta sustancia.
Según el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, el consumo de alcohol suele iniciarse en España alrededor de los 13 años. De hecho, el 75,1% de los adolescentes de 14 a 18 años ha consumido alcohol alguna vez en su vida, mientras que seis de cada diez reconocen haberse emborrachado alguna vez en su vida y uno de cada tres lo ha hecho en los últimos 30 días.
En el caso de Patricia y Elena, por voluntad de sus padres acuden ahora a Proyecto Joven, integrado en Proyecto Hombre, donde se intenta poner en orden algunas conductas problemáticas como estas. Esto se lleva a cabo a través de un proceso terapéutico en el que los menores se ponen en manos de psicólogos y donde se trabaja desde el principio en el crecimiento personal.
Desde Proyecto Joven señalan a lavozdelsur.es que en muchas situaciones los padres no saben qué hacen sus hijos cuando están fuera de casa. "Predomina todavía esa idea de mi hijo no hace esto o aquello", advierten.
Comentarios