Dime qué tienda cierra en el centro... y te diré qué bar abre

nuevo_bar_algarve
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Del comercio tradicional y las multinacionales textiles, el centro de Jerez ha dado un viraje hacia la hostelería en los últimos años, algo motivado por la crisis y la escapatoria que vieron muchos en este sector.

“Ahora lo único que abren son bares”. ¿Cuántas veces habrá oído en los últimos tiempos esa afirmación? Desde luego, tras el estallido de la crisis, muchos recién desempleados no vieron otro futuro en Jerez que invertir sus indemnizaciones o sus pocos ahorros en la hostelería, con mayor o menor fortuna. Porque aunque parezca que abrir un bar o un restaurante sea sinónimo de terrazas llenas y dinero fácil, nada más lejos de la realidad, hasta el punto de cerrarse casi tantos como se abren.

Este boom, como no podía ser menos, llegó al centro de Jerez, uno de los lugares más atractivos donde invertir a pesar del elevado precio de los alquileres. De hecho, se ha llegado a un punto en el que muchos hablan de cambio de tendencia. Si en la primera década del siglo XXI el centro —sobre todo Larga y Lancería— acogía nuevas tiendas de grandes multinacionales textiles como Inditex (Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Stradivarious, Bershka) Punto Fa (Mango) El Corte Inglés (Sfera) o Cortefiel (Springfield, este en Algarve), que se ubicaron en su mayoría en casas palacio, en los últimos años no solo han cerrado algunas de estas tiendas buscando grandes centros comerciales como Área Sur —caso de Massimo Dutti, Bershka y Sprinfgield—, también otros comercios más tradicionales que han dado paso a nuevos bares y restaurantes, tanto de franquicias como de particulares.

En los últimos años, esto se ha notado sobre todo en el eje Corredera-Arenal-Consistorio. El caso de esta última calle es significativo. Si bien siempre se ha caracterizado por tener una abundante presencia hostelera, ha multiplicado todavía más esa cantidad de bares y restaurantes en detrimento del comercio. El local que ocupaba la histórica Casa Márquez, dedicada a la decoración y al menaje del hogar, dio paso a un nuevo salón comedor del restaurante Albores. Junto a este, la mercería Triber también cerraba sus puertas y desde entonces el local sigue esperando un nuevo dueño. La apertura de Barragán —de los mismos propietarios del cerrado Adeli— y la nueva heladería Soler, además del recién clausurado Kiri, vinieron a aumentar la presencia hostelera en este enclave.En Arenal también se ha notado ese cambio de tendencia. El inmueble de la veterana Óptica Jerezana, cerrada desde hace años, ha sido recientemente remodelado para albergar un nuevo restaurante del grupo El Chicharrón. Junto a este establecimiento y a la par abría la cervecería La Real, en el local que había ocupado la tienda de ropa Dons. Eso sin contar con la apertura el pasado otoño de una pizzería y aún más atrás en el tiempo, de TGB, la hamburguesería del grupo Restalia que vino a sustituir a La Sureña, también de la misma cadena. Para cerrar este eje, en Corredera también cerró recientemente la tienda de modas Locura’s, que ha dado paso a una nueva cafetería.

Calles tradicionalmente más comerciales están también transformándose en nuevos enclaves hosteleros, caso de Algarve. El antiguo local que albergaba General Óptica está adaptándose para albergar un nuevo bar que regentarán los hermanos ‘Melli’, actuales dueños del Gallo Azul, pero que traspasan al empresario malagueño Gonzalo Assiego. Prácticamente enfrente del desaparecido General Óptica ha abierto también La taberna de la abuela, otro bar que viene a ocupar el lugar que albergó Calzados Loremar, mientras que en la otra punta de esta calle reabría el Tabanco Plateros en el antiguo local de Confecciones Anguita. Justo al lado, ya en plaza de la Yerba, el tabanco ‘Sin Bulli’ ocupa el espacio que antes lo fue de una tienda de ropa femenina. En el lado contrario, Algarve vio desaparecer a uno de sus bares míticos, La Zarzamora, cuyo inmueble tiene ahora función comercial, en concreto una mercería.La cafetería Granier, en el lugar que ocupaba una franquicia de zapatos deportivos; el bar La Muralla (hasta hace unos meses Tapaolé) en la antigua sede de La Caixa, o un nuevo bar Tailandés, en el local que ocupó una farmacia, todos ellos en Larga, son otros ejemplos que sirven para ilustrar este viraje del centro hacía la hostelería.

Para Nela García, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro, esta situación, sin verla preocupante, la considera significativa. “El comercio es muy sacrificado y como tengas empleados, los costes salariales se elevan un montón. Además estamos viendo como hay una segunda generación que, tras la jubilación de los titulares, no siguen con el negocio familiar”. La presidenta de Acoje, afirma además que “el público ya no valora tanto la especialización, ni la calidad y el trato”, por lo que “hay muchas circunstancias que hacen que una persona tenga que cerrar su negocio, y eso va a ocurrir en más de uno y de dos en el futuro. Vamos a perder comercio tradicional y profesional”.

Desde el punto de vista legal y urbanístico, se da otra circunstancia, y es que "en los últimos años muchos de estos bares abren sin tramitar todas sus respectivas licencias. La disciplina urbanística en Jerez no existe, lo que pasa es que aquí todos los gobiernos que han pasado hacen la vista gorda", señala a lavozdelsur.es fuentes contrastadas. 

¿Veremos un centro dedicado prácticamente a la hostelería en el futuro o el boom, como el del ladrillo, también acabará? Solo el tiempo lo dirá.

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Jorge Miró

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