Daniel Rosado lleva cuatro años viviendo en un piso de La Constancia, pero está pasando un calvario desde hace cuatro meses. Se le cayó parte del techo de escayola de la cocina y ahora vive con la casa apuntalada y con un peligro importante porque tiene dos niños pequeños y reclama ayuda al Ayuntamiento de Jerez.
"Nos entraba agua desde hace tiempo y después de avisar al dueño de la vivienda y al presidente de la comunidad, hicieron caso omiso de la situación. Un perito de Urbanismo decretó que tenían que poner puntales y ordenó una orden de desalojo. La única solución que me dan es que me vaya yo a un albergue y mi mujer con los niños a una casa de acogida, no se sabe el tiempo. Quiero que me den una vivienda de realojo porque yo no puedo estar viviendo así. Estamos desesperados", explica Daniel.
Hace tiempo que estaba comunicando al dueño de la vivienda que había humedades en la cocina y en el salón, pero explica que no le hicieron caso. Con la llegada de la dana de finales de octubre la cosa se complicó considerablemente: "En ese momento empezó a entrar bastante cantidad de agua. Por la pared del salón entraba una catarata de agua. Seguían sin hacerme caso y le pedí al albañil de la comunidad que viniero a verlo. Hizo un boquete en la escayola y vio que estaba en mal estado la viga".
Con esa apertura empezaron a entrarle cucarachas y pidió que se le cerrara. Se quedó con el temor de que el techo de escayola se fuera a caer, lo que terminó sucediendo el 7 de noviembre "Nos fuimos a la cama esa noche y a eso de las doce se cayó el techo entero. No me cogió a mí allí por cinco minutos. Yo tengo dos hijos, de cuatro y de seis años".
Daniel presentó una denuncia contra el dueño y también contra Urbanismo. Desùés de eso acudió un perito del Ayuntamiento, que constató el peligro de la situación: "Me dijo que tenía que apuntalar la casa, pero tengo dos niños pequeños y eso puede ser muy peligroso. Me dieron una orden de desalojo el día 27 de diciembre y me puso en contacto con los Servicios Sociales porque no tengo recursos para irme a otro sitio".
"Llevo para cinco meses. Me he reunido con Yessika Quintero y con más personas del Ayuntamiento y la opción que me dan es irme yo a un albergue y mi mujer a una casa de acogida con mis niños. Solo me han dado promesas. Yo soy fijo discontinuo en mi empresa y el último mes que trabajé fue en diciembre. Me hablan de darme una ayuda de 200 euros, pero yo no puedo conseguir un alquiler en otra casa porque me piden unas garantías que no puedo ofrecer".
Actualmente paga unos 400 euros de alquiler, pero no encuentra nada por esa cantidad ni tiene una nómina que le puedan aceptar en una inmobiliaria. "Todo son mentiras y ya estoy cansado. Son cinco meses en este calvario. Sigo viviendo en la misma casa y con mucho cuidado de que los niños no le den a nada. Según el perito corríamos peligro en todos lados menos en el salón. Yo no quiero más reuniones, yo quiero soluciones".
En un callejón sin salida
Vive Daniel con sun familia con la espada de Damocles constante del temor de que pueda pasar algo. Ya no sabe a qué puerta llamar y reitera que se siente en una callejón sin salida: "Estoy aquí porque no tengo dónde ir. Si yo tuviera recursos me habría ido hace cuatro meses y no estaría aquí corriendo peligro, lloviéndome como me llueve. Lo de las lluvias de los últimos días ha sido una locura".
