Amadora y sus dos hijos se verán en la calle en un par de días si nadie lo remedia. A ella le siguen otras tres familias, todas vecinas del número 50 de la avenida Puertas del Sur.

El paso al número 50 de la avenida Puertas del Sur está blindado. Un vigilante de seguridad veta la entrada a quienes no viven allí, especialmente a los periodistas. El objetivo no es otro que evitar que trascienda el drama de las cuatro familias que se verán obligadas a desalojar sus viviendas próximamente, y el de unas veinte más que no tienen recursos para hacer frente a los pagos. "Yo me solidarizo con mis vecinos, claro que sí. Si no hay trabajo cómo van a pagar, y encima van a echar a las criaturitas a la calle", defiende Francisca, una vecina que no tiene problemas de impago y gracias a la cual, desafiando al vigilante, lavozdelsur.es entra en la comunidad. Amadora, de 32 años, madre de un niño de trece y otro de cinco será la primera. El lanzamiento es inminente, está previsto para el jueves 17 de marzo, antes de que sea celebrado el juicio cuya fecha está fijada para el 30 del mismo mes. 

Ha trabajado de dependienta en varias cadenas de ropa, y de camarera en varios locales. Desde hace cuatro años está en paro. Su expareja no pasa pensión a los hijos. Dori, como la llaman sus vecinos y conocidos, cuenta únicamente con los 420 euros que le conceden, para su desgracia, por ser mujer maltratada. Lo invierte en comida para sus hijos y para ella –porque tienen que comer- y en pagar los recibos. A pesar de su juventud, si nadie lo impide, este será su segundo desahucio. “Me echaron de una vivienda de alquiler en la calle Lealas y antes de venirme aquí vivimos en La Guita, en Picadueñas; allí no tenía agua, estaba de okupa. Mi hijo pequeño dice que no se quiere ir de su casa bonita”. 

La trabajadora social le asesoró para poder residir en este piso perteneciente a una promoción de Viviendas de Protección Oficial (VPO), en régimen de alquiler con opción a compra. En noviembre de 2014 se alojó allí con sus hijos. “Nadie me exigió una nómina, y yo no la tenía. Pagué el mes de fondo, el corriente y después no he vuelto a pagar”. Ya no ha abonado ninguna mensualidad más; ahora debe 4.000 euros. A los 4 meses recibió el primer aviso y hace aproximadamente un mes “me llegó una carta con un tocho de papeles para que recurriese en 10 días”. El lanzamiento está previsto para el 17 de marzo a pesar de que el juicio no se celebra hasta el día 30. “Fui a la asistenta, me dijo que no tenía nada que hacer, que me saliera”, explica con la voz entrecortada. Después se ha dirigido al colegio de abogados donde le asignaron a uno de oficio. “Le dije que había un error porque no había habido juicio. En un principio intentaron alcanzar un acuerdo, fraccionar los pagos pero al final la empresa se echó para atrás, lo que quieren es el dinero”. 

“¿Cómo le digo otra vez que nos tenemos que ir? Es una mala pesadilla. Le he escrito una carta al Rey no sé dónde ir ni a qué puerta tocar”.

“Me dieron un caramelito y ahora me lo quieren quitar”. Amadora afirma abatida que no tiene fuerzas para un nuevo desahucio, otro más no puedo. Para ella sería el segundo, el primero de Puertas del Sur 50 y también el primero en ejecutarse en nueve meses en la ciudad de Jerez. Según el Ayuntamiento, 23 desahucios han sido evitados “gracias a la labor de la Oficina Municipal de Intermediación de Desahucios, y a las negociaciones que se ha venido manteniendo desde el gobierno municipal y Emuvijesa con entidades bancarias y empresas promotoras de viviendas”. Este martes, 15 de marzo, el Ayuntamiento ha convocado una reunión con las familias y sus abogados para buscar soluciones a su situación actual, y posteriormente mantendrán encuentros con el resto de los inquilinos afectados. 

Es el cumpleaños del hijo mayor de Amadora, pero no hay nada que celebrar, no tiene ganas de nada. “¿Cómo le digo otra vez que nos tenemos que ir? Es una mala pesadilla. Le he escrito una carta al Rey no sé dónde ir ni a qué puerta tocar”. Como la suya, otras tres familias están a la espera de que la mediación del Ayuntamiento con la la empresa promotora y propietaria de las casas, Imasatec Joven SL, evite que se queden en la calle. “La alcaldesa se ve muy humana, se está preocupando”, afirma la joven jerezana. 

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María Luisa Parra

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