Menuda sorpresa se ha llevado Clara esta semana. Ha vivido un momento muy especial en la pescadería en la que despacha, Sabor del Mar de El Puerto. Esta joven no podía imaginar que una mujer cargada de globos iba a irrumpir en este local de la calle Niño del Matadero en el día de su 24 cumpleaños. Su pareja, Marta, quería insuflarle alegría y amor desde primera hora y, para ello, llamó a Conchi Falcón, una jerezana de 51 años que se dedica a sorprender.
“Hoy Creamos sonrisas te viene buscando”, le ha dicho a la portuense, rodeada de corvinas y pescadillas. Y le ha entregado una nota y una cesta que le han emocionado. En su cara, se ha dibujado una gran sonrisa. Objetivo cumplido.
Creamos Sonrisas es el nombre y la misión de la iniciativa de Conchi, que, acompañada de su marido, aparece en autoescuelas, guarderías, colegios, hospitales, bares o tiendas. “Cualquier momento es bueno para sorprender”, comenta esta emprendedora, que actúa como una cartera mágica llevando mensajes de cariño.

Fue en 2020, poco antes de estallar la pandemia, cuando comenzó esta aventura que alegra corazones. “Me había quedado parada y necesitaba obtener ingresos en casa. Tengo tres hijos y buscaba un trabajo flexible que me permitiera dedicarme a ellos”, explica. Tras haber trabajado como comercial, costurera, camarera o peluquera, decidió emprender.
Creamos Sonrisas, la idea de una jerezana que se dedica a dar sorpresas.
Empezó llevando cestas a domicilio en Navidades y, poco a poco, fue introduciendo detalles, como globos o cartas. “Recibíamos pedidos de personas que estaban fuera y que querían acercarse un poco más a sus familiares en estas fechas”, recuerda.
Poco a poco, la idea llamó la atención y empezó a crecer. Sin esperarlo, “se nos fue de las manos” y a día de hoy, rara es la semana que no tiene agendada una sorpresa. A Conchi la llaman desde muchos puntos de España para pedir información y se mueve por toda la provincia de Cádiz y parte de Sevilla, Huelva y Córdoba.

“Muchas veces necesitamos hacer un presente a personas que tenemos lejos, para sentirlas un poquito más cerca. Es una cosa muy bonita poder llegar al corazón de las personas y dejarse ese recuerdo”, sostiene la jerezana.
Ya lleva cinco años viendo las reacciones de madres, abuelos, profesoras o sanitarios con las lágrimas saltadas en cumpleaños o jubilaciones. Algunas, leen la nota de sus seres queridos con un nudo en la garganta. “Hoy en día hay personas a las que les cuesta mucho trabajo expresarse y mediante esta nota lo hacen. Al no tener a la persona cara a cara, les cuesta menos”, expresa.
¿En qué consiste la sorpresa?
La preparación de las entregas es sencilla. Las personas interesadas en emocionar a parejas, amigos o familiares, se ponen en contacto con Creamos Sonrisas a través de WhatsApp. Comparten sus deseos y Conchi se encarga de cumplirlos. El pack incluye globos, nota, una cesta con productos que ofrece en un catálogo y un vídeo del momento.
Cajas de Kinder, chucherías, desayunos o rosas eternas con chocolate son algunas de las opciones. “Nosotros mandamos los productos y los precios y solo hay que pedirlos. Una vez decididos, les pedimos datos como el lugar de la entrega y el día y ya nos ponemos en acción”, detalla.
El día de la sorpresa, la jerezana, con el móvil en la mano, llega a la ubicación indicada, entrega la nota y, una vez leída en voz alta, pide a los sorprendidos que dediquen unas palabras a los artífices. “Siempre pedimos permiso a las personas que son grabadas antes de compartirlos en redes sociales. No todos los vídeos se suben”, explica. Los que sí están publicados en TikTok, Instagram o Facebook, alcanzan cientos de visualizaciones. Es habitual sentir curiosidad por las reacciones de quienes reciben este gesto. En todos estos años, Conchi las ha presenciado y ha disfrutado de ver a otras personas felices.
“Hicimos una pedida de mano a un chico que estaba casado con su esposa. Ella tenía la cosilla de que él no le había pedido de rodillas con el anillo, en plan cuento de hadas, y la preparamos”, recuerda. A su mente vienen un sinfín de ejemplos, desde agradecimientos hasta felicitaciones. “Nos han llamado hasta personas que se han enfadado con sus parejas y querían reconciliarse con este detalle”, añade.
Cualquier excusa es buena para ilusionar a quienes están cerca. Esas personas que hacen la vida más llevadera, que ayudan a florecer y a seguir caminando.


