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Las tres partes, fiscalía, acusación particular y defensa, llegan a un acuerdo para reducir, de un año a seis meses, la pena que se le pedía de prisión.

Rafael Soto Moreno, Rafael de Paula, ha sido condenado durante el juicio rápido celebrado esta mañana a pagar durante un año una multa de cinco euros diarios (1.825 euros) tras ser declarado culpable de un delito de amenazas graves sobre la persona del que fuera su abogado, Manuel González Gamero. Al torero también se le ha prohibido acercarse a menos de 200 metros ni a mantener ningún tipo de contacto con él o con su entorno. Igualmente, se le ha declarado culpable de una falta de daños, por lo que tendrá que abonar una multa de cinco euros durante 20 días. Aunque en un principio tanto la acusación particular, ejercida por el letrado Juan de Dios Campos, como la Fiscalía solicitaban un año de prisión para Paula, finalmente hubo conformidad de todas las partes para reducir la pena a seis meses de prisión, si bien, al carecer el torero de antecedentes penales -sus anteriores delitos ya han prescrito-, la pena de cárcel ha sido sustituida por la multa. Juan de Dios Campos señaló igualmente que González Gamero ha renunciado a cualquier tipo de indemnización.  Llegaba Rafael de Paula al edificio de la Audiencia en taxi, poco antes de las 10 de la mañana. Para tranquilidad de sus seguidores, que alguno hubo, Rafael dejó en casa su toalla blanca, esa que se coloca en los últimos tiempos al cuello, para, al contrario, lucir impecablemente vestido: traje gris, camisa y corbata a juego y pañuelo marrón en el bolsillo superior de la chaqueta. Con dificultad para moverse, debido a su delicado estado físico, echó mano de su bastón -con un toro en su empuñadura, como no podía ser de otra manera-, y del brazo de su letrado, Jesús Barea, para acceder al edificio de la avenida Álvaro Domecq.

En el trayecto no puso pegas para responder a las preguntas de los periodistas. Afirmó sentirse "tranquilo" aun reconociendo que "cosas así no son agradables", además de mostrar arrepentimiento. "Quizás no debería haber usado el cuchillo ni la azada". Ya dentro del juzgado, y a la espera de entrar en la sala de vistas, Paula indicó que "la almohada es la compañera fiel que te dice si eres bueno o malo, si obras bien o no", asegurando posteriormente, quizás recordando sus viejos días de gloria en los ruedos, que "siempre hay que guardar la compostura, a pesar de las malas tardes, y más en estos sitios". Poco más diría Rafael, ya que en la sala no tuvo que declarar tras llegar todas las partes al acuerdo, si bien volvió a acordarse de Curro Romero a la salida del juzgado. Lo importante para él es que esta vez, lo que pudo ser corná quedó finalmente en revolcón.

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Jorge Miró

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