Casi 50 taxis pasean a los abuelos bajo el alumbrado de Navidad en Jerez: "Hacía años que no venía"

Teletaxi lleva a cabo un año más esta acción solidaria llevando como pasajeros a personas mayores de las cinco residencias de la ciudad, recorriendo el centro urbano en una singular caravana

Casi 50 taxis pasean a los abuelos bajo el alumbrado. Una señora saluda desde el taxi, pasando por la Plaza del Arenal.
Casi 50 taxis pasean a los abuelos bajo el alumbrado. Una señora saluda desde el taxi, pasando por la Plaza del Arenal. MANU GARCÍA

Cerca de cincuenta taxis en caravana. Escolta de la Policía Local con las luces estroboscópicas encendidas y en algunos momentos haciendo sonar la sirena. ¿Una manifestación? Eso le pareció, seguro, al primer golpe de vista a muchos de los que paseaban por el centro cuando la tarde era ya casi noche. 

No fue esa la causa. Se trataba del acto solidario del colectivo de taxistas de Jerez, que un año más lleva a las personas mayores al centro para que disfruten de la Navidad que se dibuja en el alumbrado, en las fachadas. Todo para que pudieran palpar en directo eso que han visto en diferido en sus residencias o ni siquiera eso y que ahora les descubrieron.

Los ediles municipales saludando a los mayores a su paso por la calle Consistorio.
Los ediles municipales saludando a los mayores a su paso por la calle Consistorio.         MANU GARCÍA

En este 2023 la cifra de taxis que han participado se ha elevado a 46, que en sus vehículos han llevado a 180 mayores procedentes de los cinco centros residenciales de la ciudad. Estas son las cifras de esta iniciativa que viene a ser como una RSC –Responsabilidad Social Corporativa–, esos programas de acción social en la que las grandes empresas suelen descargar su buen talante ante la sociedad, pero en este caso una a la medida de unos autónomos que dejan de hacer caja durante unas horas. 

Los vehículos se distribuyeron por las diferentes residencias a primera hora de la tarde. Se concentraron en la explanada de los cacharritos de la Feria y desde ese punto, uno detrás de otro y con la escolta policial, marcharon dirección Cristina para seguir por Tornería, Plateros, Consistorio, Arenal, Larga y Cristina ante el Belén monumental. Ahí terminó la ruta como si de un itinerario cofrade se tratara. Y desde ese punto, vuelta al hogar. 

Ante el Belén de Cristina, lugar donde finalizaba el paseo.
Ante el Belén de Cristina, lugar donde finalizaba el paseo.         MANU GARCÍA

En la puerta del Ayuntamiento, con toda la parafernalia decorativa-lumínica que la embellece, los taxistas, abuelos y abuelas fueron saludados por algunos delegados que los esperaban, con el primer teniente de alcaldesa, Agustín Muñoz, como máxima autoridad. Obviamente, el paso de tan singular comitiva levantó expectación por las calles del corazón del centro, invadido momentáneamente por casi medio centenar de coches en comitiva. Algo insólito. 

Bocinas a todo trapo. El ruido merecía la pena y más aún ver los rostros de los ocupantes entre la admiración y el agradecimiento por tan exclusivo regalo. “Estoy contentísima”, decía una abuela desde la ventanilla trasera a la vez que asomaba al exterior sus arrugadas manos tocando las palmas. “Hacía años que no venía al centro. Está todo precioso”, decía en voz alta una pasajera que por su alegría dejaba ver su apego por estas fiestas.

Como reyes y reinas saludaban con vehemencia a todo el mundo que se cruzaba por su vera. Se vieron a pasajeros que se tocaron con el clásico gorro rojo y blanco de Santa Claus con rostros sonrientes de felicidad. Algunos vehículos pararon unos instantes ante los ediles, que les aplaudían y recibían las gracias junto a felicitaciones: “Qué me gusta la Navidad”, decían unos. “Está Jerez precioso”, aseveraban casi todos. 

La Policía Local cortando el tráfico para dar paso a la caravana de taxis.
La Policía Local cortando el tráfico para dar paso a la caravana de taxis.        MANU GARCÍA

También se sumaron a la fiesta los conductores cuyos rostros delataban la satisfacción de la labor que estaban llevando a cabo. Aunque las calles no estaban abarrotadas como días atrás, ahora se respiraba un ambiente más placentero y normal, lejos del trajín del puente. Fue más que suficiente para que los mayores palparan el cariño con el que eran acogidos. 

“Esto me pone la carne de gallina porque me acuerdo de mi abuela”, decía una camarera a una compañera, asomadas ambas a la puerta del bar viendo pasar la caravana. Un sentimiento seguramente común que se despertaba entre los que fueron testigos directos de este acto de solidaridad con los mayores, que es posible gracias al ímpetu generoso de los socios de Teletaxi. 

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KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Periodista.

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