La caída de cascotes de la fachada del abandonado palacio del Pantera, entre las calles San Blas y San Ildefonso del barrio de San Mateo, en Jerez, ha alertado a los vecinos de esta zona del intramuros de la ciudad, que pese a los avances en su recuperación sigue con ejemplos patentes de la degradación que sufre desde hace décadas.
Por suerte, el incidente ha quedado en un susto y ya están alertadas la Delegación de Centro Histórico y la asociación de vecinos para que se actúe en exigir a la propiedad actual a que intervenga en la conservación del inmueble. No será fácil, pues precisamente dicha propiedad lo que quiere es soltar lastre inmobiliario.
Más de 15 años después de que se anunciaran inversiones en el palacio de San Blas, este volvió a aflorar al mercado inmobiliario gracias al 'boom' que vive el centro histórico de Jerez. Fue el pasado año cuando se conoció que volvía a estar a la venta.
Con 6.000 metros cuadrados, este emblemático palacio que se remonta al siglo XV perteneció a José Domecq de la Riva, el último señorito de Jerez, conocido por todos como Pepe el Pantera, o Pepe el Rápido, según sus insólitas aficiones.
El también llamado palacio de San Blas tiene un precio de salida de 1,4 millones de euros, por lo que su destino pasará por las manos de algún inversor que quiera sumar a la oferta de rehabilitación de numerosas fincas en el centro, desde el Arco del Arroyo hasta la antigua comisaría, pasando por el antiguo palacio de Montegil y San Honorio.
De momento, mientras renace de sus cenizas, es de esperar que se actúe para consolidar las fachadas y que al menos esta joya abandonada no suponga un peligro para los viandantes y conductores que cruzan esta zona del barrio de San Mateo.