La aprobación de la instalación de barras en la calle durante las Zambombas de Jerez ha encendido un debate que no deja a nadie indiferente. La junta de gobierno local ha dado luz verde a que los establecimientos de hostelería puedan montar mostradores temporales en espacios públicos los días 22 y 29 de noviembre y 6, 7, 8, 13, 20 y 24 de diciembre de 2025, con el objetivo de impulsar la actividad económica y atender a la gran afluencia de visitantes.
Pero en redes sociales, la medida ha desatado una auténtica tormenta de opiniones. Muchos jerezanos creen que esta decisión solo aumentará el caos, la suciedad y la masificación que ya sufren las calles en esas fechas.
“Deberían estar prohibidas las barras en la calle. Bastante saturadas están las calles esos días para encima poner más obstáculos”, protestaba en comentarios de la noticia del Facebook de lavozdelsur.es Paco, que además lamenta que "el 90% de los visitantes" que vienen a Jerez en esas fechas se van sin saber "qué es" una zambomba. Y es que llama la atención que respecto a los comentarios en la noticia, la mayoría abrumadoramente son contrarios.
Otros van más allá y apuntan a un problema de modelo de ciudad. “Necesitamos más industrias y empresas. Pensar en el actual modelo de turismo/hostelería masivo nos llevará a una muerte por éxito”, advierte Sebastián Núñez Arriaza.
La preocupación por las condiciones laborales también aparece: “¿Habrá inspecciones para comprobar si quienes están detrás de las barras están dados de alta o serán explotados?”, se pregunta Alberto.
Las críticas se repiten: “Botellón”, apunta simplemente Sonia. “El centro todo meado, cagado, vomitado y lleno de cristales… qué asco, y después la limpieza ni aparece”, denuncia Ja Pa Cin.
Otros, como Pilar, rebautizan la tradición con sarcasmo: “Se llama Botellódromo navideño”. Y Antonio reclama autenticidad: “No confundamos, esto no tiene nada que ver con la tradicional zambomba jerezana”.
También hay espacio para la crítica económica: “Pan y circo para los visitantes y beneficios para pocos”, escribe Miguel Ángel , mientras Rocío lamenta la “masificación y pérdida de identidad”.
Algunos, en cambio, piden mirar el lado práctico: “Más servicios, por favor, que viene mucha gente a Jerez”, sugiere José Manuel. Aunque incluso quienes entienden el impulso económico reconocen el problema de fondo: “Para fastidiar a la hostelería que se lleva todo el año pagando impuestos. Cuando llega una fiesta, el dinero se lo llevan otros”, opina Alfonso.
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