La chirigota del Cascana se reafirma como fiel candidata a ir a por todas en el concurso con un gran pase de semifinales. Selu, Gago y el coro del Chapa completan la noche de los cuchillos largos. 

Cuando las cosas se hacen con arte. Cuando el oído te dice que un pasodoble suena a Cádiz. Cuando se canta con más ganas de sonreír que de agradar. Cuando la crítica importa más que el protocolo. Cuando, pase lo que pase, el mayor premio está en la calle. Cuando la amistad está siempre por encima del dinero y la lealtad por encima de las gargantas. Cuando la poca vergüenza y la gracia vencen al postureo concursero. Entonces, sólo entonces, el Carnaval sale ganando.  

Tiempos modernos es, al menos para mí, el coro revelación de este año. Mayormente porque no contábamos con él y ha sido una sorpresa más que agradable para esos amantes de la modalidad que no casábamos con los tintes que esta ha adquirido en los últimos años. Mantienen el nivel con dos buenas letras. Se defienden en el primer tango de aquellos que han tachado este coro de ser demasiado rojo. Recuerdan que el coro nació para ser voz del pueblo e invitan a que reescuchen al Tío de la Tiza y a Cañamaque para comprobarlo. En el segundo hacen un recorrido por las calles gaditanas con gran contenido crítico al estado de la ciudad. "No vuelvas la cara a un drama negro que no es pequeño, que vivir en Cádiz no es siempre un sueño". La interpretación ha ido mejorando en cada fase, de menos a más. Si en este concurso se valoraran las letras por encima de todo lo demás, este coro estaría en la final. Pero los puntos se disparan cuando un repertorio está bien cantando, siempre en detrimento de la pluma. Una pena. 

Cai de miarma (7,20), la otra sorpresa del año. Y es que Juanlu Cascana es así. Aunque siempre es fiel a su estilo, el de la chirigota viñera de la poca vergüenza -ese que desafortunadamente está en peligro de extinción-, no siempre tiene puntería. Puede traer alguna mamarrachada (siempre con mucho arte, eso por descontado), o puede que se alineen los planetas y acierte de pleno con la idea. Y eso es lo que ha ocurrido este año. El primer pasodoble lo dedican a Chiquito de la Calzada, haciendo uso de su lenguaje, para rematar recordando que el arte no está en Cádiz o Sevilla, sino en Andalucía. La segunda letra comienza recordando al Bizcocho, una de las agrupaciones que más hemos echado de menos en esta fase. "Me rindo ante mis hermanos y hoy le canto a Sevilla". Los cuplés los bordan. Dos señores cupletazos donde vuelven a renovar el estribillo: "Si hay que venir otra vez se paga". Tal y como ocurrió el año de Los quince en la piera, que se colaron en la Gran Final en tanga y haciendo botellón, este año los planetas se han alineado de la mejor de las maneras. Yo iría comprando el lote.

Los Zincalé. Lengua romaní suena de nuevo en semifinales. Me dan escalofríos sólo de escribirlo. La comparsa de Mosquera cantó la presentación con más ganas aún si cabe que en los pases anteriores. En el primer pasodoble cuentan el desahucio de sus padres, "unos muertos en vida a los que con 80 años el banco me los ha matao". Emotivo homenaje del grupo a Mosquera en la segunda letra, en el que acaba con las lágrimas del director. Cuplés de comparsa. El nivel en comparsas este año está muy reñido, así que no habrá más juerga flamenca para ellos. Los cinco padres vuelven a esperar a sus hijos en la puerta del colegio. Gago y compañía comenzaron la parodía con un público frío que poco a poco fue entrando en calor. Vuelven a hilar bien la historia, que esta vez gira en torno a las actividades deportivas de sus hijos. No se escuchan carcajadas en el teatro, de esas que sí suelen sonar cuando los personajes de un cuarteto corretean de un lado a otro o hacen bailecitos. Sin embargo, traen el humor más surrealista de la modalidad. Los cuplés no pegaron, pero sí lo hizo el tema libre. Un nuevo e ingenioso popurrí. Sigue siendo el cuarteto que más se asemeja a un cuarteto. Veremos qué premio les espera, porque es evidente que el pase lo tienen ganado. 

Grupo de guasa. En el pase anterior, la chirigota del Selu no terminó de cuajar entre el público. Tal y como dije en la crónica de cuartos, puede deberse a que la gente no está preparada para este tipo de crítica social tan bien abordada desde la ironía. Personalmente, yo lo considero una genialidad, pero no todo el mundo tiene que pensar igual. En semifinales afinó más con los pasodobles. El primero para la paz en el mundo, con crítica a la venta de armas entre países. El segundo va para Rajoy. "No podemos quitarlo de en medio porque si no vamos a quitar al único humorista que hace reír cuando habla en serio". Magistral repaso. Posiblemente el mejor pasodoble de todos los que nos ha traído la chirigota. Los cuplés siguen con la crítica política. Ya lo dije tras el pase anterior, este año Selu trae letras comprometidas que hacen reflexionar más que reír. Es lo único que puede jugar en su contra de cara al viernes. Estará dentro, de eso no hay duda.  El diablo se viste de coro en esta ocasión no repartió cuernos al público para ambientar el teatro. Sonó mucho mejor que en los pases anteriores. Primer tango muy crítico con la situación de España. En el segundo un abuelo lleva a sus nietos al teatro, contándole cuántas cosas ha vivido en él. "Que el carnaval es cultura y aquí está la cuna de la libertad". Buenas letras, aunque tal vez no lo suficiente como para hacerles estar presentes el próximo viernes. Cuplés de coro. Así, como término y unidad de medida. Los cambios de la música del cuplé hacen perderse demasiado en su contenido.  

Los campaneros es todo un espectáculo. Visualmente podría tener una de las mejores puestas en escena de todo el concurso. Pero sigo insistiendo en que este es un concurso de repertorios. Al menos se supone que lo es. Y las letras que ha traído esta comparsa no dan para mucho. Menos en una fase en la que se juega tanto. En el primer pasodoble cuentan como una madre deja a su hija con su abuela. Es mejor que el de la gata, eso sí. En la segunda cantan a aquellos machitos clientes de la prostitución. Los comparan con la manada. Para el iPhone, que lo tiene más cuidado que a su propio hijo, va el primer cuplé. Para el envejecimiento de Los Piratas tras el reencuentro por su 20 aniversario va el segundo. Un repertorio bastante light. ¡Qué caló! La música de este pasodoble me gusta tanto, que a veces me resulta complicado prestar más atención a la letra que a la propia música. Bonito homenaje a Tino Tovar en la primera letra, muy bien escrita, que culmina con la petición de que sea pregonero. En el segundo critican a la definición de gitano de la Real Academia. Simpaticona tanda de cuplés. La última cuarteta del pupurrí me sigue encantando. Esta chirigota podría ser una de las que se queden a las puertas. Incluso colarse.

Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos. Como ya dije en los anteriores pases, este grupo canta con mucho gusto. La pluma de Nono Galán nos trae en esta ocasión letras para los mayores y para el carnaval. En la primera narra la vida de Juana, a quien se le fue la infancia siendo esclava de sus padres y el presente siendo esclava de sus hijos. Bien llevado. La segunda letra sobre el carnaval que se vende, de turismo y borrachera, de disfraz y cabalgata, eso que tiene cualquiera. Cantan para que la UNESCO se entere de que "nuestro patrimonio son y serán nuestras coplas". Ojito con esta comparsa en los próximos años.  

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Estefanía Escoriza

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