El fallecimiento de una trabajadora del servicio de limpieza urbana en Jerez ha provocado una fuerte conmoción al saltar, en la noche del pasado domingo, a la luz pública. La mujer, que trabajaba para la UTE Jerez —integrada por FCC, Cointer y Equal—, habría sufrido un presunto golpe de calor durante su jornada laboral. Tras permanecer unos días ingresada en el Hospital de Jerez, no logró superar las graves secuelas y acabó falleciendo el pasado 19 de julio.
Desde Adelante Andalucía han exigido a la alcaldesa María José García Pelayo una “explicación clara y transparente” sobre lo sucedido. Su portavoz en Jerez, Carlos Fernández, subrayó que, aunque el servicio esté subcontratado, se trata de una prestación pública y el Ayuntamiento “debe responder ante la ciudadanía y las personas trabajadoras”.
Piden esclarecer las circunstancias
La formación andalucista ha trasladado su pésame a familiares, amistades y plantilla del servicio de limpieza, remarcando la urgencia de esclarecer las circunstancias del fallecimiento y depurar responsabilidades si se detectan negligencias.
Por su parte, el Sindicato Independiente de la Limpieza de Jerez (Silje), que ha sido el que ha hecho público el luctuoso episodio de posible siniestralidad laboral por altas temperaturas, ha reclamado “verdad, dignidad y medidas urgentes” en un comunicado oficial, expresando su solidaridad y apoyo a la familia y seres queridos de la trabajadora fallecida.
Trabajo en condiciones extremas
El sindicato Silje ha tachado de “inaceptable” el silencio tanto de la empresa concesionaria —Medio Ambiente Cointer FCC Equal CEE— como del propio Ayuntamiento. Consideran que la falta de información pública supone un agravio a la memoria de la trabajadora y deja en situación de vulnerabilidad al resto de la plantilla.
Adelante Andalucía ha recordado que lleva meses solicitando al gobierno municipal la reducción de horarios y la adaptación de jornadas para quienes desempeñan su labor en condiciones climáticas extremas. Según denuncian, estas peticiones, compartidas por el sindicato Silje y otras organizaciones, no han recibido respuesta suficiente.



