Es el caso de una niña como puede ser el de cualquier estudiante de cualquier centro en España. Las cosas se empezaron a torcer tras una pequeña discusión. De un día para otro, de una amistad, de familias que hacían planes juntos para que los chicos pasaran tiempo fuera del cole, a un infierno personal. Ha ocurrido en el colegio Nuestra Señora del Rosario, conocido como el Beaterio, un concertado religioso del centro de Jerez perteneciente a la Fundación Educativa Santo Domingo. Este es uno de los grupos más importantes del país, con 38 colegios en 29 ciudades españolas.
El relato de los hechos, explicados por el padre
El padre de la menor explica a lavozdelsur.es que el problema arrancaba a principios del año 2024. Entonces, percibe esa ruptura de la amistad y de un día para otro la pequeña empieza a quedarse "sola en el recreo". Alejamiento, malas palabras... Ahí empezó una tortura para la chica, entonces de 13 años. El padre dice que avisa al centro de lo que estaba ocurriendo.
Uno de los menores, que había ya sobrepasado la edad de la inimputabilidad, es condenado por un delito leve de amenazas a seis meses de prohibición de comunicación con la víctima y otros seis de desarrollo de tareas socioeducativas.
En opinión del padre, "una vergüenza"
La familia de la víctima denuncia que el centro no actuó correctamente. "Es una vergüenza", señala el progenitor. "El colegio no ha hecho lo que recoge la norma. Sé de más casos en los que se tiene que ir la víctima y no hacen nada. Me duele mucho".
El padre se refiere así a las medidas tomadas. El centro solo cuenta con una línea, por lo que no podían cambiar de clases ni a la víctima ni al menor condenado. La familia de la víctima acabó poniendo los hechos en conocimiento de la Consejería de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía, que, según siempre la versión del padre, fue entonces cuando se enteró de lo ocurrido.
"Según el protocolo, en caso de acoso escolar, desde que se tiene conocimiento hay que dar parte enseguida a la Inspección de Educación. Pero no han hecho nada. Se enteraron por mí de que mi hija sufría acoso escolar". La última solución finalmente ha sido que la menor cambie de centro por vía de emergencia en mitad del curso escolar. "Mi hija todavía llora y se pregunta por qué le ha pasado esto, aunque está mejor, porque ya ha hecho amigas. Mi hija tiene buen corazón, es un pedazo de pan y siempre ayuda a todo el mundo".
La explicación del colegio Beaterio
Consultado respecto a este caso, el director general del colegio Beaterio, José Luis Espí, explica a este periódico que actuaron según marca el protocolo, y "el inspector es el que decide lo que se hace con estos casos, no el propio colegio". El asunto de la llamada con las amenazas se produjo "fuera del centro", pero "una vez que tenemos conocimiento del acoso pusimos en marcha el protocolo".
Así, se iniciaron los contactos con las familias de implicados y, explica Espí, se tomaron medidas. Pero el protocolo, como reconoce el director, se abrió a raíz de la denuncia y sentencia. Es decir, casi un año después de iniciarse ese acoso escolar, y solo cuando escaló hasta una responsabilidad penal. "Creo que se abrió el protocolo cuando tuvimos la sentencia en nuestra mano. No recuerdo exactamente el día, pero creo que sí".
El director dice no tener constancia sobre este caso hasta que se agravó. "No sé si la tutora o el tutor recibió particularmente" esa queja comunicada por el padre. "A lo mejor la tutora o el tutor en ese momento habló con ella y no le daría importancia por lo que fuera, pero la cosa se ha incrementado cuando han empezado las llamadas telefónicas con amenazas, al parecer. Pero eso fue fuera del colegio. Aquí, la niña se comportaba de forma normal".
"Los 'profes' están aleccionados contra el acoso escolar"
El director general señala que cada estudiante tiene "su propia personalidad" y que, si se percibió que la niña estaba sola o no en el recreo, "los hay que son así, solitarios, se ponen a leer en vez de jugar en el recreo", pero que "cuando aparece un tema de acoso, entonces se pone el protocolo, que es como un juicio, con catorce pasos desde que se abre hasta que se cierra, que tiene todas las garantías de uno y de otro y no tomas a la ligera las decisiones. Informas al inspector y él te guía, te va diciendo por dónde continuar. Nosotros actuamos de forma correcta para salvaguardar a la menor". Y que el acoso escolar es un asunto que "llevamos a rajatabla, los profes están aleccionados con el tema. Tomamos medidas. ¿Cómo pudimos actuar negligentemente?".
Reconoce que "el cambio de centro" de la víctima "no veo que sea lo más correcto, pero suele ser así". "Si el inspector ve que es mejor hablar con los padres y lo que es mejor para el menor, si los padres están de acuerdo con la salida, pues sale el acosado y no el acosador. Ha pasado en varias ocasiones y este es uno de los casos".
Asimismo, la Junta de Andalucía ha explicado lavozdelsur.es que, por su parte, se han cumplido los protocolos y que el asunto está cerrado con el cambio de centro.