"¿Os acordáis cuando decían a La Granja te vas a ir a vivir? Eso está lejos de todo y no hay nada alrededor, solo campo", comenta Fernando Oliva en un grupo jerezano de Facebook a propósito de una foto de los orígenes del distrito 6 La Granja-Delicias. Más de la mitad de la población jerezana vive y también vota ahí. En esa zona desnortada, como en el Norte pero volcada al Este. Una barriada mítica, un pueblo enorme a las afueras. Este enorme distrito sin ir más lejos volverá a ser clave en las elecciones municipales de mayo próximo. En él residen unas 30.000 personas, casi igual que en el Distrito Sur al completo. La Granja, qué barriada. Lejos de todo antes, tan decisiva para la ciudad ahora.
Nuria Barajas escribe en el hilo: "Cuando nos fuimos a vivir, no había autobuses, mi padre nos llevaba al colegio en su coche cuando se iba a trabajar a las ocho de la mañana". Algún gracioso diría, pues casi como ahora. Pero salvando el chiste fácil, es evidente la enorme transformación urbanística que ha sufrido, para bien y para mal, el núcleo urbano principal en las dos últimas décadas largas. Un Plan General del 85 y otro posterior del 95 que diseñaron el Jerez que tenemos hoy, mejor o peor, según se mire y según quien lo diga. "Yo me he criado en esta barriada y cuando íbamos al centro decíamos que íbamos a Jerez", apostilla Manolo de Jerez. Seguro que muchos aún seguirán diciéndolo. La Granja es una ciudad dentro de otra. No en vano, allí residen tantos habitantes como en Rota y más que en Barbate y Los Barrios, por citar algunas poblaciones de la provincia.
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