Una plataforma ciudadana reivindica a la Junta desde abril el desdoble de la carretera entre Jerez y Rota o, al menos, una intervención que elimine sus puntos negros.
Si escribe en Google “carretera A-2078”, en la primera página del buscador podrá leer titulares como “Nuevo accidente en la carretera de Rota con dos hombres atrapados”; “dos heridos en un nuevo accidente en la carretera A-2078 de Rota” o “Nuevo accidente en la carretera A-2078 que une Rota y Jerez”. Todas estas noticias son del verano pasado, uno de los de más siniestros que se recuerdan en esta vetusta carretera, construida a mediados del pasado siglo XX a raíz de la instalación de la base naval norteamericana y que anteriormente a esto había servido de vía de servicio para acceder a las numerosas fincas que la rodean.
En la actualidad, nada menos que 52 accesos a caminos alberga la A-2078 en sus apenas 11 kilómetros de longitud. Una vía de un solo carril por sentido, sin arcén, con una señalización vertical y horizontal deficitaria y con peligrosas curvas y cambios de rasante que, además, se inunda cuando llueve con fuerza y que soporta la circulación de entre cuatro y cinco mil vehículos diarios, hasta 12.000 en los meses de verano. No obstante, por aquí es obligatorio pasar si se quiere acceder a la Costa de la Luz desde Jerez, o viceversa, a menos que se prefiera dar un buen rodeo desde El Puerto de Santa María. “Hay gente que lo hace del miedo que le tiene a esta carretera, eh. Alguna conocida mía hasta llora de lo nerviosa que se pone”, afirma Pedro Maya Galán, roteño de 64 años y miembro de la Plataforma por el desdoble de la A-2078. En la actualidad la conforman unas 40 personas, pero poco a poco se van sumando más para reivindicar a la Junta de Andalucía una pronta actuación en una carretera que califican de “obsoleta” y “peligrosa”.“Esta es la carretera maldita”, puntualiza Juan Antonio Ayllón, 61 años y presidente de la plataforma. Él mejor que nadie sabe de lo que habla. El pasado 2 de abril perdió a su hijo, de 26 años, tras impactar el turismo que conducía contra un autobús que transportaba a turistas de la tercera edad procedentes de Albacete. Seis de ellos resultaban heridos, pero el hijo de Juan Antonio fallecía en el acto. Las crónicas de los periódicos recogían los testimonios de los bomberos, que hablaban de las dificultades para rescatar su cuerpo del “amasijo” de hierros en que se había convertido su coche tras el fuerte impacto. El portavoz de la plataforma prefiere no recordar aquel triste día. Nos lo pide con la voz entrecortada, pero usa el ejemplo de su hijo para incidir en la peligrosidad de esta carretera. “Si a él le ocurrió esto, que la conocía de cruzarla a diario para ir a Jerez a trabajar, imagina los turistas que todos los años vienen a Rota y no la conocen”.
Efectivamente, prácticamente cada semana de los meses de julio y agosto pasados se contabilizaban, como mínimo, un par de accidentes debido al ajetreo constante de vehículos. Solo la urbanización de Costa Ballena alberga a casi 25.000 vecinos en verano, mientras que la población de Rota , con poco más de 29.000 personas, triplica su población según los datos de recogida de basura y agua que registra el Consistorio roteño durante el periodo estival. Sin embargo, la plataforma recuerda que los más perjudicados son los que a diario hacen uso de la carretera para ir a trabajar, a estudiar, al hospital o para disfrutar de su tiempo de ocio en Jerez o Rota. “Lo que no puede ser es que dos de las prisiones más importantes de España, una de ellas además de las más modernas, estén situadas en un lugar con un acceso tan malo”, recuerda Luis Heredia, precursor de la plataforma. Juan Antonio apunta también otro dato significativo. “Si se te pincha una rueda no tienes sitio para dejar el coche por la falta de arcén. Y como te despistes un momento y te salgas corres el riesgo de volcar, porque hay una cuarta de desnivel”. “Nos consideramos ciudadanos de tercera –añade Pedro Maya-. El desarrollo económico de Rota está supeditado a la carretera. Empresarios roteños ya se han ido a El Puerto o Jerez por las malas conexiones en coche. Pero es que además Rota es el octavo pueblo de Cádiz que más contribuye a Hacienda con 200 millones de euros”.
La reivindicación de una A-2078 desdoblada es común entre vecinos y partidos políticos en Rota. Todos los grupos municipales están a favor, incluido el gobierno del PSOE que preside José Javier Ruiz Arana. El primer teniente de alcalde y portavoz del gobierno municipal, Daniel Manrique de Lara, reconoce que han solicitado a la Junta el desdoble “íntegro” de la carretera, aunque incide en que la situación económica actual hace difícil que esto se consiga a corto plazo, por lo que también han pedido un plan de actuación urgente para que, al menos, se dote a esta vía de arcén y se eliminen los puntos negros, esto es, las curvas peligrosas. En este sentido, De Lara señala que han obtenido el compromiso del director general de Infraestructuras de la Junta, Jesús Huertas, para que en los próximos presupuestos haya una partida para eliminarlos.
De todas maneras, el portavoz del gobierno roteño reconoce que la prioridad que ha tenido desde hace años el gobierno municipal era la A-491, no la A-2078. De hecho, el desdoble de esta carretera, que conecta la Costa de la Luz con El Puerto, no se llegó a completar hasta el cruce con la A-2078 por motivos económicos.
Mientras tanto, en la carretera el ir y venir de coches es constante. Antonio López-Cepero, propietario de la venta El Cepo, enclavada en dicha vía desde 1960, afirma, no sin cierto nivel de conveniencia, que la carretera “no es tan peligrosa como la pintan”. Eso sí, también señala que “con las primeras lluvias la gente cae como chinches”, mientras nos enseña un plano de lo que era antiguamente uno de los proyectos de desdoble desechados por la propia Junta.
De momento, la plataforma está recogiendo firmas para pedir el desdoble –ya lleva 5.000- y hará una marcha, junto a los vecinos de Rota, el próximo día 15 de octubre para reivindicar el desdoble de esta carretera o al menos su intervención de urgencia.
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