Así es el pueblo más sostenible de Andalucía en Navidad: su decoración es artesanal y con materiales reciclados

La Garnatilla, en Motril, atrae a cientos de visitantes con una decoración navideña que incluye un rincón del dulce, un taller de juguetes o una aldea de elfos

La Garnatilla, un anejo de Motril, tiene la Navidad más sostenible de Andalucía.
La Garnatilla, un anejo de Motril, tiene la Navidad más sostenible de Andalucía. ALBA FEIXAS / EFE
14 de diciembre de 2025 a las 11:32h

La Garnatilla, un pequeño anejo de Motril, en plena Costa Tropical de Granada, se ha convertido esta Navidad en todo un fenómeno al proclamarse como el pueblo “más sostenible de Andalucía”. El motivo no es otro que su original y llamativa decoración navideña, elaborada íntegramente de forma artesanal y con materiales reciclados, gracias a la implicación de todos sus vecinos.

Este núcleo rural, que apenas supera el centenar de habitantes durante todo el año, vive en estas fechas una transformación especial. Sus calles se llenan de color, creatividad y espíritu navideño, atrayendo a numerosos visitantes procedentes de distintos puntos de Andalucía, que se acercan para disfrutar de una Navidad diferente, marcada por la sostenibilidad y el trabajo colectivo.

Según ha explicado a EFE la presidenta de la asociación de vecinos, Irene Pérez Ortega, la decoración del pueblo es fruto de un esfuerzo conjunto. “En la decoración del pueblo se han implicado todos los vecinos”, señala, destacando que cada familia se ha encargado de adornar los exteriores de sus viviendas y de colocar distintos elementos por las calles “para que los visitantes se vean atraídos a recorrer sus calles y descubrir secretos”.

Pérez reconoce la ilusión que genera el ambiente que se vive estos días en La Garnatilla. “Dicen que nos hemos convertido en el pueblo de la Navidad y a nosotros nos gusta mucho”, afirma, satisfecha por la acogida que está teniendo la iniciativa.

Escenarios únicos creados con imaginación y materiales reutilizados

Entre los numerosos escenarios navideños que sorprenden a quienes visitan el pueblo destacan un rincón del dulce, un taller de juguetes, una aldea de elfos, pingüinos, muñecos de nieve, varios nacimientos y distintos árboles de Navidad. Uno de los más llamativos ha sido construido con botellas de cerveza sin alcohol, que una familia fue guardando durante meses para darles una segunda vida.

Tampoco faltan elementos tan reconocibles como el tren Polar ‘La Garna Express’ o la figura del Grinch, integrados en una decoración que combina ingenio y conciencia ambiental. Todos los adornos han sido elaborados con maderas, lanas, algodón, pallets y otros materiales reutilizados, algunos incluso recuperados de contenedores de basura, transformados en figuras navideñas llenas de encanto.

Un proyecto para dar vida al pueblo y atraer a los más jóvenes

Alfredo Ortega, vecino del municipio y miembro de la asociación, subraya que toda la decoración comparte un mismo denominador común: “la creatividad e imaginación”, lo que permite lograr una ambientación “única, mágica, genuina y, sobre todo, sostenible”.

Ortega explica que la iniciativa tiene un objetivo claro: “seguir dándole vida al pueblo e ilusión sobre todo a los más jóvenes”. En este sentido, destaca que en los últimos años han conseguido que la población aumente con la llegada de gente joven, algo fundamental para el futuro del anejo.

La Garnatilla se ha consolidado así como un reclamo navideño, impulsado también por las redes sociales, donde abundan estos días las fotografías de sus decorados y de los pequeños secretos escondidos entre sus calles. Un ejemplo de cómo la Navidad sostenible puede convertirse en motor de ilusión, convivencia y revitalización rural.

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J. A. Armario

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