Última hora sobre el estado de salud de Manuel Benítez ‘El Cordobés’, una de las figuras más emblemáticas de la tauromaquia española. El torero, proclamado quinto califa del toreo en 2002, fue ingresado este sábado en el hospital Quirónsalud de Córdoba tras sentirse indispuesto, según ha informado el Diario Córdoba. Todo apunta a una bajada de tensión, según fuentes cercanas al diestro.
La alarma en su entorno no fue menor. Cabe recordar que en febrero de 2022 ya fue intervenido en ese mismo centro sanitario, donde se le colocaron varios stent tras detectársele una lesión severa en una arteria. Aquella vez, se sometió a un cateterismo cardíaco el 1 de febrero y dos días después fue intervenido nuevamente para realizarle una ablación del flutter, procedimiento que superó satisfactoriamente.
Esta vez, por suerte, todo ha quedado en un susto. El domingo por la mañana, 8 de junio, Benítez recibió el alta tras ser sometido a diversas pruebas que descartaron complicaciones mayores. A sus 89 años, el histórico matador vuelve a casa con un tratamiento leve como única consecuencia de este episodio.
Una larguísima trayectoria
Benítez, nacido en Palma del Río (Córdoba) el 4 de mayo de 1936, fue uno de los toreros más influyentes del siglo XX. Tomó la alternativa el 25 de mayo de 1963 en Córdoba con Antonio Bienvenida como padrino. Aunque su carrera activa duró solo ocho temporadas —se retiró en 1971— toreó 774 corridas y lideró el escalafón en cuatro ocasiones: 1965, 1967, 1970 y 1971.
De estilo polémico y revolucionario, su forma de torear basada en la inmovilidad y el tremendismo lo convirtió en un auténtico ídolo de masas. Su estilo rompía moldes: poco ortodoxo, pero con unas muñecas prodigiosas que levantaban pasiones en las plazas.
De hecho, hace apenas unas semanas la Junta de Andalucía le concedió el Premio Costillares a la trayectoria profesional taurina, reconociendo su impacto histórico en la cultura española. “Un auténtico mito cuya fama traspasó todas las fronteras”, en palabras del propio Sanz.
Aunque se retiró oficialmente en 1971, El Cordobés reapareció en varias ocasiones: entre 1979 y 1981, en 1995 y 1996, y finalmente en el año 2000. Sin embargo, su legado no se mide por el número de tardes en la plaza, sino por el fenómeno social que supuso. Fue, sin duda, uno de los españoles más universales de su tiempo. El Ayuntamiento de Córdoba le nombró quinto califa del toreo en octubre de 2002, uniéndose así a nombres como Lagartijo, Guerrita, Machaquito y Manolete. Hoy, tras este susto, vuelve a casa. El mito sigue en pie.


