Paula, la joven influencer agricultora.
Paula, la joven influencer agricultora.

Paula, agricultora de Baena (Córdoba) de 35 años y voz familiar en redes, ha abierto la puerta de su finca para lanzar un mensaje claro: necesita gente con ganas para la próxima campaña de recogida de la aceituna. En sus cuentas acumula 63.000 seguidores en TikTok y 32.000 en Instagram, donde comparte la cotidianeidad del campo entre vídeos y consejos prácticos.

La convocatoria es directa y práctica. Busca personas de Baena o alrededores por el tema del alojamiento y pide, sobre todo, "ganas de trabajar y de aprender". Paula recuerda que la experiencia se coge con los días."Se madruga mucho; se coge la aceituna, se da palo al olivo, se usan peines… pero todo el mundo participa", cuenta en Hoy en Día (Canal Sur) con la naturalidad de quien vive allí desde siempre.

Más visibilidad, menos etiquetas

Lejos de buscar polémicas, Paula usa su alcance para poner en el centro el trabajo diario en la finca. Explica que, cuando empezó, le dijeron que ciertas tareas "eran de hombres", pero que ella pidió la oportunidad de aprender y acabar demostrando con hechos que las manos valen por lo que hacen, no por su dueño. Su mensaje es sencillo: formación, respeto y trabajo duro; lo demás llega con la práctica.

Paula, junto al reportero Javi Fuentes en Canal Sur.
Paula, junto al reportero Javi Fuentes en Canal Sur.

La agricultora habla con cariño de la finca de su padre, que llevaba seis años abandonada antes de que ella la recuperara. Aquello no solo fue un proyecto laboral, también un gesto con carga sentimental: "Me montaba en el coche con mi padre y aprendía a ver cómo se gestionaba la finca. Para mí era un homenaje devolverla a la vida". Ese vínculo familiar es el que le da sentido a cada mañana en el campo.

@pauladeprado Feliz día mujer rural 💚#agricultura #olivos #mujerrural #mujerdecampo #fypp ♬ sonido original - Paula de Prado 🚜🩶

De Madrid a Baena: elección de vida

Paula confiesa que probó suerte en Madrid trabajando en hostelería durante tres años, pero el ruido de la ciudad le confirmó lo que siempre sospechó: su lugar está entre olivos. "El ritmo de la ciudad y el de los olivos no tienen nada que ver. Aquí la vida va a otro compás y a mí me hace feliz", dice con esa mezcla de orgullo y tranquilidad que suelen tener quienes han vuelto a casa.

La llamada está hecha: quien quiera trabajar en la cuadrilla puede unirse y aprender directamente de Paula. Ella promete trabajo real, aprendizaje y mañanas bajo el olivo. Y, sobre todo, ofrece la experiencia de quien ha convertido su vocación en proyecto y ahora comparte ese camino con 95.000 seguidores que ya la acompañan desde las redes.

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Míriam Bocanegra

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