A veces, en la vida, en la virtud de uno está la condena. Algo así le pasa al aeropuerto de Córdoba. Una ciudad que se encuentra en un nodo de conexiones envidiables en muchos aspectos. Principalmente, por el AVE, vía directa a las tres ciudades más importantes del entorno: Madrid, Sevilla y Málaga. Además, por carretera, tiene el paso de la autovía y a menos de cuatro horas teóricas está la capital de España. A hora y media, los aeropuertos de Sevilla y de Málaga por vía rápida.
Y eso, quizás, es lo que ha provocado que las compañías aéreas no hayan puesto empeño en hacer uso de una infraestructura importantísima como es el aeropuerto de Córdoba. La virtud de tener conexiones en tren impedía el desarrollo deseado del avión. Eso, hasta ahora.
Porque Córdoba, que es una de las grandes capitales andaluzas del turismo, con un rico patrimonio cultural que le hizo ser prácticamente una capital del mundo hace muchos siglos, empieza a ver cómo en los cielos surcan de nuevo los aviones.
El aeropuerto es de los años 50 aunque nunca con el impulso de la aviación civil deseado. La Unión Europea, en aquella época de vacas gordas en España previa al estallido de la burbuja del ladrillo, lamentó en informes el despilfarro económico que llegó a suponer promover ampliaciones. La España hace 20 años era la de polideportivos gigantes en pueblos de 100 habitantes y donde cada ciudad quería su aeropuerto, y siempre más y más.
Con contención y arreglando las cosas donde toca, no en el talonario y el titular, sino en reuniones de despacho, Córdoba ha ido retomando su rumbo y este 2025 se estrenaba la conexión de Binter con Canarias para el presente verano. Un hito al otorgar mayor regularidad en un aeródromo que operaba apenas vuelos privados. Este 2025 supera ya los 6.000 pasajeros. Nada de cifras que tiren para atrás, pero es que se viene del cero absoluto. Entre 2022 y 2024, Aena ha invertido más de dos millones para renovar la terminal con mejoras en mostradores, embarque o torre de control.
Y lo mejor es que durante julio y agosto operarán los vuelos de Air Nostrum, una conexión con Palma de Mallorca. Además, en septiembre se espera la conexión de Vueling con Barcelona, dos veces en semana.
Una clave, seguramente, sea entender este aeropuerto de Córdoba como útil para conectar en verano con Sevilla y Málaga. Pero también para favorecer el turismo que bebe del patrimonio de los califas.
La ciudad de los aires
De hecho, de aquel esplendor musulmán y sus avances científicos data el más importante precedente a los hermanos Wright, a los que se atribuye intentar el planeo, la invención del aeroplano. Más de mil años antes, Abbas Ibn Firnás, que pone nombre a uno de los puentes en la ciudad, se había lanzado de una torre donde hoy está la Mezquita con una lona detrás de sus brazos. Aquello fue el primer paracaídas porque se salvó.
Unos años más tarde, intentó hacerse unas alas con maderas y plumas y casi se mata, pero dicen las crónicas que llegó a coger cierto vuelo. Como tampoco se mató entonces, se le puede considerar el primer vuelo de la historia.
Hoy, Córdoba vuelve a verse desde las alturas y parece que sigue en camino de consolidar su aeropuerto. Hay negociaciones en marcha para culminar con éxito ese proceso y atraer nuevas conexiones.


