El puerto de Cádiz vuelve a ser escala de los más lujosos yates del planeta. De hecho, las publicaciones especializadas consideran al recién llegado, este primer domingo de mayo, como uno de los tres más exclusivos y espectaculares de su categoría.
En esta ocasión, la embarcación atracada en el muelle Ciudad de la capital gaditana es el Elysian, un portento de la ingeniería náutica con 66 metros de eslora, construido completamente en acero y aluminio en Alemania en el año 2014 y que navega bajo bandera de Islas Caimán.
Aunque salió de los astilleros por encargo de un magnate ruso y con el nombre de Ester III, pasó a tener su actual denominación cuatro años después de su bautizo de mar.
El buque es obra de uno de los constructores especializados en lujo marítimo, la empresa afinada en Bremen (Alemania) Lurssen Yachts, y cuenta con un equipamiento excepcional.
Más allá de sus motores diésel de que le dan una velocidad máxima de 17 nudos y una autonomía de 4.500 millas náuticas, su interior rebosa exclusividad gracias al diseño de la firma Reymond Langton.
Cuenta con seis camarotes que las revistas especializadas consideran a la altura de las suites más sofisticadas de los mejores hoteles del mundo. La embarcación, en todos los aspectos técnicos y estéticos, está considerada como un prodigio de exclusividad.
El barco tiene como último propietario conocido al magnate John W. Henry, dueño del equipo de béisbol Red Sox y del periódico 'Boston Globe'
Su cubierta principal tiene lo que se denomina una "piscina infinita", es decir, con paredes transparentes y fundidas en el resto de la estructura. Su interior cuenta con gimnasio, balneario y helipuerto, además de grandes terrazas en tres superficies distintas.
La última propiedad conocida del Elysian es el multimillonario norteamericano John W. Henry, propietario entre otras muchas empresas del equipo de béisbol Red Sox de Boston y el periódico Boston Globe.
El yate Elysian tiene un valor estimado de 95 millones de euros según estas mismas publicaciones y los especialistas calculan en ocho millones el coste anual de su funcionamiento, combustible, mantenimiento y tripulación.
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