Un colectivo de trabajadores del sector del metal en Cádiz demanda a la patronal, a la federación que agrupa a las empresas en las que trabajan, por injurias y difamación.
La inusual denuncia tomó forma este lunes en los juzgados de lo social de Cádiz, en los bajos del estadio Nuevo Mirandilla, con la presentación de la documentación.
Los hechos se remontan al 17 de julio de 2023, cuando la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) convocó una huelga en la industria auxiliar del metal de la Bahía de Cádiz tras celebrar una asamblea de trabajadores. Los huelguistas alegaban "constantes incumplimientos de convenio y el despido de varios compañeros en los astilleros de Cádiz capital".
Aunque aquella huelga no llegó a realizarse y quedó desconvocada unos días antes de su inicio, los trabajadores de la CTM aseguran que recibieron en esas fechas graves acusaciones injuriosas por parte de la patronal.
"Estamos secuestrados por una banda de terroristas sindicales", "CTM es un sindicato inexistente" o "ya es hora que los sindicatos CCOO-UGT ocupen su lugar y aparten a CTM" son algunas de las declaraciones que se incluyen en la denuncia.
"Dijeron que aquella huelga, que no se celebró, era el final de la industria naval en Cádiz y tres años después la carga de trabajo es histórica, como en los años 60"
Según los trabajadores, estas declaraciones públicas, en varios medios de comunicación, suponen una "vulneración de los derechos fundamentales recogidos en los artículos 18 y 20 de la Constitución", los relativos al derecho al honor y a la libertad de expresión.
La huelga que no fue y que no amenazó el empleo
La patronal llegó a interponer una demanda por una posible ilegalidad de la huelga, mientras reclamaba indemnización. Los empresarios consideraban que la amenaza de huelga suponía perder toda la carga de trabajo y llegaron a declarar, según documenta CTM, "el final de la industria naval en Cádiz".
Tres años después, la carga de trabajo en los astilleros gaditanos nunca ha dejado de crecer de forma constante y algunos portavoces sindicales o empresariales la califican ahora de "histórica", semejante a las mejores épocas "de los años 60", con encargos que suponen millones de horas de trabajo hasta bien entrada la década próxima.
Después de varios litigios, sentencias y recursos en un sentido u otro, el Tribunal Superior de Justicia consideró que aquella huelga frustrada "era totalmente legal y que CTM tenía, como sindicato reconocido, todo el derecho a convocarla". El Tribunal Supremo también ratificó esta postura.
Todo el dinero iría a "la caja de resistencia del metal"
"Las empresas auxiliares del metal de Cádiz son auténticas parásitas precarizadoras, incumplidoras de la ley que necesitan profesionales pero no se gastan un euro en formación, les molesta que sindicatos como el nuestro, valiéndonos de mecanismos legales y ganados en la calle, les hagamos frente", afirma CTM.
"A las empresas auxiliares parásitas e incumplidoras les molesta que les plantemos cara"
"Ante estos ataques, insultos e intentos de desprestigiar a nuestro sindicato, CTM decide denunciar las malas artes de la patronal Femca. Esta vez somos nosotros, los que reclamamos indemnización por todo el daño que se nos hizo o se nos intenta hacer", afirma el colectivo laboral.
"Si hubiera indemnización" por la demanda por injurias y calumnias, la cantidad que fuera decidida por la ley iría "íntegramente a la caja de resistencia del metal". CTM han incluido inicialmente en su denuncia una solicitud de indemnización de 30.000 euros que ahora es analizada por la administración de justicia.


