¿Qué hacer con casi 30 kioscos cerrados en Cádiz? El Ayuntamiento admite sugerencias

La ciudad cuenta con una treintena de puestos cerrados, inutilizados, abandonados e incluso en ruinas, cuyo futuro no está nada claro

Uno de los kioscos vacíos de Cádiz, en Candelaria.
14 de diciembre de 2025 a las 07:52h

El pleno municipal ordinario celebrado el 27 de noviembre destapó, de forma casi casual, una situación urbanística que afecta a Cádiz en idéntica medida que a todos los municipios medianos y grandes de España, quizás de media Europa (de hecho, "kiosque" tiene origen francés, según la RAE).

Durante un debate sobre el futuro de la plaza de Las Flores (con sólo dos de sus siete puestos abiertos y dedicados a esa actividad), en un cruce de intervenciones, apareció una extensión del problema.

En Cádiz hay unos 30 (40 según la oposición) quioscos o kioscos (la Academia acepta ambas formas) cerrados, inutilizados, abandonados e incluso en ruinas por óxido acumulado.

Un kiosco vacío, en la plaza Mina.  REYNA

El derrumbe de la venta de papel, revistas y periódicos, el afortunado descenso de fumadores, los cambios masivos de hábitos masivos entre los consumidores, la competencia de heladerías o tiendas de golosinas los dejaron sin clientela, sin función, sin mercado ni sentido.

Uno tras otro fueron cerrando y ahora nadie sabe qué hacer con ellos. En ciudades como Cartagena se ha decidido unificarlos estéticamente para que sean puntos de hostelería básica, información turística, recarga de móviles y descanso de visitantes.

En otros municipios, San Fernando como muchos más, se ha estudiado su fusión con los puntos de venta de la ONCE. Los hay que reclaman su derribo y fin, aceptar que los tiempos cambiaron y que, como las cintas de cassette o las diligencias, no van a volver.

Subastas desiertas, dudas completas

El concejal de Urbanismo de Cádiz, José Manuel Cossi, en un infrecuente y noble gesto político admite que está dispuesto a recibir "sugerencias, ideas, peticiones" y que su posible uso futuro "no está nada claro".

Al margen de algunos casos específicos por su valor estético, social o histórico (como el caso de la plaza de Las Flores), el debate primero es si merece la pena recuperarlos y mantenerlos o no.

Uno de los kioscos de la plaza de San Juan de Dios hace de oficina de turismo.   REYNA

"Depende de ubicación, valor patrimonial, de varios factores. Por ejemplo, los que son simples bloques cuadrados, metálicos o aquellos de marcas de helados, plásticos, sin valor estético, en zonas lejanas al casco antiguo y a las playas, deben ser demolidos porque al final son un obstáculo o un foco de suciedad que los propios vecinos lamentan", detalla Cossi a lavozdelsur.es.

¿Y el resto? ¿Qué hacer con el resto? Los que acogieron a decenas de niños de finales del siglo XX en las plazas más reconocibles de Cádiz: San Juan de Dios o Mina, por ejemplo, tienen algo de historia, algún valor, ubicación privilegiada. 

"Es difícil decidir porque su antigua función ya no es rentable y buscar una nueva supone un posible choque de intereses, posible competencia desleal. Por ejemplo, si se les da un uso hostelero, con todas las limitaciones legales, los locales del entorno pueden sentirse perjudicados".

Esas limitaciones legales son, por ejemplo, que no pueden ofrecer bebidas ni comidas calientes por no tener servicios higiénicos ni cocina, que estaría prohibido instalar por conceptos básicos de seguridad.

Detalle de uno de los kioscos cerrados de Cádiz.   REYNA

El concejal de Urbanismo admite que las frecuentes subastas, a muy bajo precio, para la explotación de los kioscos suelen quedar desiertas, no hay interés de comerciantes porque no hay demanda clara de consumidores.

Las bebidas frías o los helados no parecen opción porque su venta ya fue asumida por otros establecimientos cercanos.

Convertirlos en puntos de información turística o servicios tecnológicos (de zonas WiFi a recarga, de recepción de paquetes a máquinas automáticas de venta) también parece complicado, son parcelas cubiertas por autónomos que podrían sentirse perjudicados.

"Tienden a degradarse con el consiguiente deterioro urbano y además el Ayuntamiento deja de recibir rentas por su explotación"

"En el pleno y en cualquier otro foro animo a los vecinos, empresarios, que nos transmitan sus ideas para discutirlas, para ver el mejor uso que se le puede dar a unas instalaciones que muchos queremos conservar por afecto, por memoria".

El técnico de innovación turística y cultura gastronómica Benjamín Colsa se presta a participar en ese debate público. "Bajo mi punto de vista, esos kioscos municipales en desuso tienden a degradarse con el consiguiente deterioro urbano. Otro perjuicio colectivo a tener en cuenta es que, al no estar licitados ni tener uso, el ayuntamiento deja de percibir rentas por su explotación", asegura.

El kiosco vacío de San Juan de Dios, 'hermano' del que ejerce como oficina de turismo.   REYNA

"Muchos de los kioscos, por no decir todos, están sujetos a concesiones antiguas y para actualizarlas se hacen eternos los procedimientos. Los procesos en el área de contratación no son ágiles. Hay que hacer un plan con proyectos alternativos, un plan municipal efectivo para reactivarlos".

El directivo de la asociación de vecinos Cádiz Centro Paco Gómez hace una distinción entre los kioscos según su ubicación: "En el casco antiguo tenemos kioscos diferentes a los de Extramuros. Están protegidos en el Plan General de Ordenación Urbana, tanto si están en uso, muy pocos, como en desuso, la mayoría".

Como ejemplo, realiza un repaso mental por estas estructuras: "En la plaza de San Juan de Dios tenemos dos, uno cerrado y otro como oficina de turismo. En la Alameda, otro con uso intermitente de hostelería".

"En la plaza de Mina también hay dos, uno antiguo de chucherías, cerrado, y otro como venta de libros antiguos. En la plaza de Candelaria tenemos otro, también cerrado. Otros ya desaparecieron".

"Últimamente los han reparado algo, un poco de pintura, reposición de molduras y cada poco tiempo algunos salen a licitación", resume Gómez.

"El uso que se les puede dar es lo complicado. Antes los adjudicatarios de estos kioscos casi vivían en ellos, por las horas que pasaban allí. Prensa y revista, chucherías, tabaco pero toda esa mercancía ya no es rentable", o ha dejado de venderse o se vende por otras vías, de otro modo.

Interior de uno de los kioscos.  REYNA

Uso comunitario y artístico, no comercial

Como sugerencias, el dirigente vecinal propone "un uso compartido, como punto de reunión de colectivos: pintores que guarden algunos materiales, clubes de lectura e intercambio de libros usados, pequeña sede para guías turísticos, información ciudadana, como los turísticos pero para vecinos".

Gómez admite que todas estas ideas no son rentables ni comerciales "pero es que se han quedado sin uso comercial, son poco rentables económicamente. Es un debate interesante y creo puede ser productivo y necesario".

Asegura que durante algunos viajes recientes ha visto otros ejemplos como "cabinas de teléfono transformadas en punto de entrega y recogida de libros, en Portugal. Los kioscos de venta de la ONCE también se están cambiando, podrían adaptarse".

El caso de la plaza de Las Flores, por el que se reactivó el debate luego extensible a toda la ciudad, es particular para Gómez: "A los kioscos o puestos que están entre correos y el mercado no creo tengan problema en darles uso, pero lo ideal sería darle un cambio total".

"Proyecto nuevo, desaparición, derribo de todos, si es necesario instalar unos nuevos con emplazamiento central, menos cantidad, menos voluminosos y dando prioridad al peatón".

"Ya se lo trasladamos al señor alcalde hace casi dos años, al principio de legislatura, y recientemente a los dos grupos municipales de la oposición antes de llevar el tema a pleno".

Sobre el autor

José Landi

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