Nueve planes capitales para cerrar el carnaval de Cádiz

Desde el museo y la Torre Tavira hasta el regreso a La Caleta o el laberinto de callejeras en San Lorenzo, la gran fiesta gaditana tiene grandes placeres que ofrecer en el fin de semana que le roba a la cuaresma

Uno de los coros participantes en los tradicionales e imprescindibles carruseles del carnaval de Cádiz.
Uno de los coros participantes en los tradicionales e imprescindibles carruseles del carnaval de Cádiz. MANU GARCÍA

Guía urgente para el laberinto de coplas

El de Cádiz es un carnaval excepcional. Entre otras cosas, de los pocos del mundo que se mantiene activo más allá del Miércoles de Ceniza. Tradicionalmente tiene un segundo fin de semana que, en esta edición 2024, puede ser el único que se libre de la lluvia. Como segundo rasgo distintivo conviene recordar, incluso a los lugareños o a los que ya lo conocen, que lo más importante es la palabra. De hecho, un eslogan muy popular desde hace dos décadas es "vamos a escuchar". De eso se trata. La copla lo es todo, centro y perímetro, principio y final. El disfraz (llamado tipo en el argot local), bailar, las cabalgatas, la gastronomía, la lujuria, los excesos y hasta la música son complementarios. La letra. Ahí está todo.

Esa premisa permite disfrutar de otros atractivos de Cádiz (historia y playas, especialmente) durante estos días de fiesta grande que acaban este domingo 18 (habrá otra prórroga, el domingo 25, Carnaval Chiquito). Hay tiempo para todo pero, temporalmente, el resto pasa a un segundo término para ceder el protagonismo a tangos, parodias, romanceros y cuplés. Se trata de una ciudad diminuta, con el término municipal más pequeño de todas las capitales de provincia, conviene saber por dónde moverse, convocatorias, citas y rincones, qué planes buscar para disfrutar de una celebración participativa como pocas, peculiar para lo mejor y lo peor.

De los 115.000 habitantes que le quedan a la capital gaditana, unos 40.000 viven en el casco antiguo. Al llegar el carnaval de Cádiz la población se multiplica, solo en ese centro histórico, hasta las 300.000 personas en algunos momentos concretos. Afortunadamente, pocos. Calles y establecimientos están atestados. Llegar en coche siempre es la peor idea del mundo, también esperar agilidad y comodidad en muchos servicios y establecimientos. Si se respetan esas claves y se aprende a guardar silencio, hay un mundo por descubrir.

 

Aficionados, visitando la Casa del Carnaval.
Montaje de vídeo en el acceso a la Casa del Carnaval, estos días con tres exposiciones añadidas.  GERMÁN MESA

La casilla de salida: la Casa del Carnaval

Por más que sea un recinto incompleto, que fue abierto en abril de 2023 de forma precipitada por intereses políticos que no vienen al caso, es igualmente cierto que vive su primer carnaval y ofrece una visita interesante. Sobre todo para los que no conozcan demasiado la fiesta. Para ellos puede ser un gran principio. Su exposición permanente da las claves históricas del nacimiento y la evolución, de sus conexiones con América y varios países de Europa. Todo de forma muy amena y visual. El recinto es el viejo palacio mirador de los marqueses de Recaño, construido a finales del siglo XVI. Durante estos días de fiesta cuenta además con tres muestras temporales, Carlos Edmundo de Ory, Agujas de Oro y Carnaval de improviso. retratos urgentes: La trastienda del COAC, del fotógrafo Julio González. Por más que le falten los fondos documentales, la tienda, la cafetería, que presente algún desperfecto, vista con ojos nuevos la visita es realmente interesante para curiosos y, sobre todo, muy didáctica. El agrado y la actitud acogedora del personal lo compensan todo. El horario de visita de lunes a sábado es de 11 a 19 horas, con la última entrada a las 18. Domingos y festivos de 11 a 14 horas (última entrada a las 13 horas).

TORRE TAVIRA CADIZ 13
Una visitante a la Torre Tavira toma fotos desde la planta superior, la que acoge la cámara oscura.  MANU GARCÍA

La Torre Tavira: el ojo que todo lo ve

Por agrupar elementos, pared con pared a la Casa del Carnaval está la cámara oscura de la Torre Tavira. Es el punto más alto de la ciudad, al que hay que ir en caso de maremoto (dicen en los simulacros de evacuación). Son apenas 50 metros sobre el nivel del mar pero suficientes, gracias a juego de lentes similar al de los periscopios, para ofrecer una vista circular fascinante de toda la ciudad sobre un lienzo redondo, en una mesa y con las luces apagadas. Aunque solo es una de las 134 torres miradores que tuvo la ciudad para ver salir o llegar las mercancías de América, se ha convertido en un símbolo turístico que permite observar el glorioso y extinguido florecimiento comercial, social y cultural de Cádiz. En la conversación del guía aparecen igual Columela, El Greco, Goya, Napoleón o Alberti. Ni mucho menos es un atractivo carnavalesco. De hecho, nada tiene que ver con el carnaval. Simplemente es una delicia, ahora como en cualquier época del año. El horario es de 10 a 18 horas. La visita dura 45 minutos y precisa de cita previa en la web reservas@torretavira.com

El lunes de carnaval en Cádiz, marcado por la lluvia, en imágenes.
Tres paseantes por la calle Sacramento, eje esencial para escuchar chirigotas callejeras doce horas cada día.  MANU GARCÍA

Las barras efímeras de cualquier lugar

La mayoría de los bares y restaurantes cierran sus puertas estos días con barras provisionales. Se hacen fuertes en sus castillos porque son incapaces de digerir a tanto público en estos días. No son los mejores para disfrutar de las mayores delicias de la gastronomía gaditana por cuestiones obvias. Si el que llega lo sabe, si lo asume, puede pasar un rato delicioso entre varias de esas barras, esperando y localizando como un cazador de coplas que una chirigota callejera (las que no participan en el Concurso Oficial del Falla ni tienen regla alguna) aparezca por la esquina, por la calle arriba o abajo. Uno de los encantos es recorrer esas calles con el viento eterno en todo el careto, sin careta, con la luz única del lugar clavada en los ojos, sin destino ni objetivo fijo. En el entorno de la Casa del Carnaval y la Torre Tavira, a menos de cien metros a la redonda, por mantener un mínimo criterio geográfico, los visitantes harían bien en buscar nombres como El Garbanzo Negro, Casa Lazo, La Poeme o los puestos gastronómicos del Mercado Central de Abastos. En el barrio de La Viña, apenas a siete minutos de paseo, son multitud las barras metálicas y efímeras.

El lunes de carnaval en Cádiz, marcado por la lluvia, en imágenes.
El único coro que no ha participado en el Concurso del Falla, en el carrusel de la calle Libertad este pasado lunes.  MANU GARCÍA

Un rato de tangos en la plaza de Mina

Cuando la busque, nunca hay que decir "plaza de la mina". No se refiere a ningún antiguo yacimiento de carbón o hierro, era el nombre de un general (concretamente Espoz y Mina). Tampoco diga nadie nunca carnavales, en plural, ni Cai porque denotará su absoluto desconocimiento del micromundo en el que se está moviendo. Es carnaval y es Cadi. Este recinto cuadrado y arbolado es estupendo para ir en familia, con niños que pueden jugar por allí mientras los mayores disfrutan de una de las tradiciones más antiguas y queridas del carnaval: los carruseles. Consiste en que los coros se ponen uno tras otro en un desfile en el que hacen paradas para cantar rodeados de público. Los tractores, aquí, no están enfadados. La riqueza musical de su pieza propia, el tango, es conmovedora. Emociona a los oriundos. Es la original. También es muy particular el uso de instrumentos ya en peligro de extinción como la bandurria y el laúd. Es la versión menos sarcástica del carnaval, la menos gamberra y la más señorial. Sólo queda una ocasión para disfrutarlo en este 2024, el domingo 18 a partir de las 13 horas. Para comer en esa zona puede ser una gran idea Arrebol, en la esquina con Enrique de las Marinas y el clásico mesón Cumbres Mayores, en la calle Zorrilla.

Las comparsistas del grupo de Roberto Fabio, salen de El Mentidero.
Comparsistas salen de El Mentidero durante la edición del Concurso del Falla 2024.  JUAN CARLOS TORO

El sábado, todos al Mentidero

Esta plaza rectangular es un microcosmos con vida propia pese a estar a tres pasos de todo el resto de la ciudad y de unas vistas preciosas de la Bahía de Cádiz a través del paseo de Santa Bárbara (muy deteriorado) y la Alameda. Si el visitante quiere emular a los gaditanos, hacer lo que hacen los que saben, este sábado (17 de febrero) es el momento. Aunque tiene un ambientazo toda la semana, y ya durante el Concurso, este día se reserva, nadie sabe por qué ni desde cuándo, para esta zona en particular. A partir de las 13 horas tiene carrusel de coros propio y decenas de romanceros e ilegales se distribuyen con ordenada anarquía por las calles de alrededor. Como pista, la chirigota ilegal que este año saca Vera Luque (autor con muchos primeros premios en el Concurso) empieza su recorrido de muchas horas en el momento del almuerzo en un bar llamado El Serrallo, en la esquina de Mentidero con Bendición de Dios. Vaya con Dios. De nada. Por supuesto, hay decenas de bares en la zona. Muy recomendables dos o tres de la adyacente calle Veedor.

El carnaval de Cádiz
La chirigota callejera 'Si me queréis, irse', durante uno de los miles de pases que estos grupos ofrecen en cualquier calle durante el carnaval.  MANU GARCÍA

Cuando caiga el sol, a La Viña

La Viña es considerada la cuna del Carnaval y probablemente sea el barrio más típico de Cádiz, de origen marinero y vinatero (de ahí su nombre) conserva muchas esencias que el resto de la ciudad ha perdido ya. Los gaditanos y aficionados de cualquier sitio suelen reservarse este rincón para la noche. Cuando caiga el sol, y mucho después, las callejeras van desplazándose hasta allí como atraidas por algún sortilegio ancestral por un imán enterrado en piedra ostionera. Su calle central, Virgen de la Palma, está tomada por las terrazas pero aún alberga sitios maravillosos para repostar como La Tabernita. Un lugar pequeño con un tapeo grande. Por no hablar de El Faro, absoluta referencia hostelera de la ciudad que este año cumple 60 años. Eso sí, la cola para entrar puede llegar a San Fernando. Con suerte, si los pies, los riñones y el hígado resisten, es posible acabar la jornada en la plazuela de Macías Retes, ya de madrugada, escuchando una ilegal. Entre el público habrá diez estudiantes, tres policías de paisano, Ruibal, Drexler, El Yuyu, tres alcaldes y dos curas. La flor de la noche, ya lo cantó el más grande, es para el que la merece.

La cartera se perdió mientras que se celebraba el pregón de 'El Sheriff', uno de los platos fuertes del Carnaval de Cádiz.
'El Sheriff', durante el pregón de 2024, en el escenario que también acoge los mayores conciertos de la programación.

Conciertos en San Antonio

La programación musical, los conciertos, casi nunca ha sido el fuerte del carnaval de Cádiz. Tradicionalmente no se han cuidado excesivamente, se consideran accesorios. Apenas han formado parte de su tradición salvo en excepciones durante los años 90 o los primeros del siglo XXI. En otras grandes fiestas españolas, son días para grandes artistas en enormes escenarios. En la ciudad gaditana ha sucedido en un grado mucho menor. Será que ya hay cientos de grupos y solistas actuando por las calles a todas horas durante toda la semana con pito de caña, cartelón, caja o bombo. Con todo, el público más joven que gusta de tener una cita fija en un lugar concreto para empezar la noche tiene el escenario de San Antonio como referencia. Este viernes, 16 de febrero, con el concierto de Sofía Ellar seguido de DJ Valdi. El sábado, El Arrebato con Luigii López.

Carnaval de Cádiz en la calle, el pasado lunes.
Una chirigota ilegal canta en la plaza de Las Flores aún con poco público, a primera hora de la tarde.   MANU GARCÍA

Las ilegales, siempre

Escuchar callejeras o ilegales es El Plan en el carnaval de Cádiz. No hay otro mejor, no hay alternativa, no hay nada más. Desde principios de la década anterior se han convertido en un fenómeno incontenible. Son más de 300 las que pueden actuar en algún momento de la semana si se incluyen las locales y las que llegan, las chirigotas de una, dos o tres personas, los romanceros y los grupos más numerosos. Empezaron como una brillante rareza a finales de los años 80 (gracias a geniales pioneros como el recientemente fallecido Paco Leal) y ahora son la esencia de la fiesta, su alma. Actúan donde y cuando quieren. Los más aficionados las siguen por redes sociales pero para un visitante ocasional, sereno, las pistas pueden ser dos: actúan de tres de la tarde a tres de la madrugada y en un eje ficticio que une las plazuelas de Mendizábal y El Cañón con Sacramento (y alrededores), oratorio de San Felipe Neri, iglesia de San Lorenzo y La Viña. Ese recorrido, ida y vuelta, subida y bajada, debe incluir un millar de pequeños desvíos, y retornos al eje, por las calles adyacentes. También hay grupos muy malos pero son los menos. Coincidir con una buena callejera, oír un repertorio con la mejor tradición de la literatura satírica en lengua española que se perderá en en unos días como lágrimas en la lluvia puede ser uno de los mejores ratos de risa y complicidad que uno se lleve de Cádiz y de la vida. El que lo probó, lo sabe.

Imagen de archivo con un atardecer en la playa La Caleta en julio de 2023.
Imagen de archivo con un atardecer en la playa La Caleta en julio de 2023.  MANU GARCÍA

La Caleta es para los amantes

La leyenda de la recoleta playa de La Caleta está muy presente en la vida de los habitantes de la ciudad y de los aficionados al carnaval. Siempre es buen momento para visitarla, con o sin castillos, por el paseo Fernando Quiñones si el tiempo lo permite. Es un prodigio en cualquier época del año pero en febrero tiene visita obligada. Irse de Cádiz sin recorrerla y mirarla, sin un atardecer flamígero que caliente los ojos, es pecado de lesa gaditanía. Es de mal turista, casi de mala persona. El domingo de piñata, este 18 de febrero, el del adiós, el día más triste del año para miles de lugareños puede ser una ocasión especial para redescubrirla. Como los fuegos artificiales que cerraban la gran fiesta ya han caído en desgracia (por suerte para muchas personas y para sus mascotas), ahora es un espectáculo de luces el que pone broche a la fiesta grande. Se proyecta desde el paseo superior de la playa, Antonio Burgos. El domingo a las 22.15 horas y será como el anuncio de la familia Telerín. Vamos a la cama. Después de eso, sólo algunos comandos aislados de recalcitrantes e impertinentes seguirán en la calle.

Sobre el autor:

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J. L.

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