El entusiasmo y la pasión de un particular puede mejorar, a veces, cualquier desempeño especializado y profesional pero carente de cualquier vínculo sentimental. Así parece suceder con José Rafael Fernández (Cádiz, diciembre de 1956).
Una labor de investigación y recopilación -un estudio de comprobación, confirmación y ordenación cronológica que parece sólo al alcance de un historiador metódico y bien formado- se convierte en la primera historia íntegra y completa de la Policía Local de Cádiz.
Al menos, con forma de libro porque hay mucho material publicado y archivado con anterioridad pero de forma deslabazada, desordenada.
Unir todos esos datos en un solo volumen es el mayor logro de esta obra, un compendio especializado de difícil mejora gracias al sentimiento de pertenencia, y a miles de horas de trabajo, de su autor. Es la policía de proximidad llevada al extremo.
El prodigio de que un aficionado supere las exigencias propias de un experto llega gracias al "amor" de este ex agente -durante casi 33 años- guarda "por el cuerpo, por Cádiz y por su pasado, por todas sus cosas".
Ingresó en el cuerpo el 1 de julio de 1980 y se jubiló en marzo de 2013. Admite que empezó "por pura supervivencia". Sin embargo, algo cambió con la práctica: "A partir de verstir el uniforme y andar por las calles sentí lo que era ayudar a mis conciudadanos".
Esa experiencia profesional se convierte en vivencia personal: "Muchos, cuando dejamos el uniforme por jubilación u otra circunstancia, no perdemos la impronta del servicio dado a la sociedad. Queda como un doctorado".
Ese aprendizaje vital toma ahora forma de libro, Hablando de la guardia municipal y serenos de Cádiz (344 páginas, editorial Cazador) que acaba de ver la luz en Cádiz.
Su objetivo, asegura, está lejos de ser individual: "El libro no es para sacar mi nombre, no me considero, escritor, autor ni investigador. Este libro tiene un objetivo y es para que se reconozca la policía local de Cádiz como la más antigua de España, fundada el 10 de mayo de 1836".
"Hay que darle el privilegio de esa antiguedad, que se reconozca públicamente aunque ya fuera conocida porque no soy el primero en decirlo". José Rafael Rodríguez insiste en que no es un descubridor de nada. Las fechas se conocen hace tiempo.
Cita a compañeros, Manuel de la Flor o Rafael Izquierdo, a los que han recopilado cada uniforme, sin faltar uno, de estos dos siglos, a los autores de varios trabajos publicados en prensa y resalta la importancia de la exposición celebrada en 2018 con motivo de los 180 años del cuerpo municipal.
En su conversación aparecen reconocimiento y agradecimiento también para el equipo de la Universidad de Cádiz que colaboró en aquella muestra, de autores como Molina Font a periodistas y fotógrafos de distintas épocas como Kiki o Juman.
Todos ellos han publicado con anterioridad fechas esenciales, acontecimientos, imágenes, documentos, logros y desgracias de la policía local gaditana. El mayor mérito del nuevo libro es reunirlo todo, recopilarlo, ampliarlo y presentarlo como unidad.
El Archivo Histórico Municipal ha sido un pilar fundamental para lograrlo. El ex policía e improvisado historiador asegura que los contenidos y las actitudes que ha encontrado en ese lugar son asombrosos.
De los legajos a las redes
"Fue en 2019 cuando me picó el gusanillo y empecé a buscar, encontrar y digitalizar documentos". Un año después comenzó a compartir parte de sus hallazgos, y a recibir los de otros, en redes sociales.
Creó un espacio en Facebook que considera "un punto de encuentro donde compartir recuerdos" con compañeros (o sus amigos y familiares) de varias generaciones de funcionarios.
El resultado final supone un retraso de llamativa fidelidad sobre la realidad cotidiana de Cádiz, es su historia, casi día a día.
En las páginas es posible ver el primer uniforme, el acta fundacional, fotos de las primeras plantillas pero también un bando del alcalde de 1884 que "prohíbe la mendicidad".
Los datos, los nombres, las anécdotas y alguna duda
También se descubre el estrecho vínculo con la figura del sereno -formalizada en España sólo cinco años antes del nacimiento de la policía en Cádiz- o se puede seguir la participación de municipales de Cádiz en actuaciones por la provincia en el XIX, "contra el contrabando", dado su gran prestigio.
De la década ominosa a la Constitución del 1978, los trágicos tiroteos nunca bien esclarecidos -siempbre bajo la sombra de la duda en términos oficiales- alrededor de julio de 1936 y también los más recientes accidentes dolorosos, las muertes de los últimos agentes en acto de servicio.
El motorista Francisco Álvarez que pereció atropellado en 1966 al saltar para apartar a una niña de pocos años de la pista de una carrera de motos en la playa Victoria. Un piloto también falleció.
La de José Quirós es la última baja registrada en el desempeño del trabajo. En 1983, un día de diluvio y nula visibilidad asistía al conductor de un coche averiado en el nudo de Cortadura cuando otro vehículo le arrolló.
Los gaditanos y los curiosos encuentran en el libro miles de datos, anécdotas y sucedidos con los que seguir la historia del cuerpo municipal. Van de Isabel II a Manuel de Falla, de las rondas con salacot a la patrulla verde, del crimen pasional a la escolta en tiempos de ETA.
También están todos los nombres. Los Mirecki, las primeras mujeres entre 1975 y 1981, Isabel, Mercedes, Araceli, Paloma. Diego García Gómez, Manuel Varas Artés, Eduardo Loaiza Alonso El Brillantina, Rosón, Machuca o Federico Fuertes, primer responsable de la primera grúa municipal.
Hablando de la guardia municipal y serenos de Cádiz da por bueno el sobrenombre "queu" desde su prólogo. Lo admite como término coloquial y local para definir a todos los policías locales desde hace décadas.
Incluso lo agradece como prueba de cercanía entre ciudadanos y funcionarios. Tras recopilar dos siglos de historia, el autor se detiene unos minutos en la función y la popularidad de la policía local en Cádiz hoy, en los últimos días de 2025, cuando su libro llega a las estanterías.
"No creo que haya un desprestigio actual de la policía local en Cádiz pero sí es cierto que esa sensación de cercanía, proximidad y convivencia ya no es la de antes. La sociedad ha cambiado"
Niega con rotundidad un desprestigio social por los encontronazos entre la plantilla y la administración municipal bajo el mandato de José María González Santos Kichi pero admite un deterioro, general, de la relación con los vecinos.
"Esa sensación de cercanía, de proximidad, esa convivencia diaria ya no es la de antes", admite José Rafael. Los vínculos y los contactos, lamenta, se han reducido. Todos los miembros de la sociedad parecen haberse distanciado.
Sucesos como el de la playa de Santa María del Mar, este verano, con agresiones de adolescentes y adultos a varios policías municipales, le hacen pensar que "la sociedad ha cambiado, la educación es otra y eso hace que el concepto de autoridad también sea muy distinto",