Cuentan los sindicalistas veteranos que lo peor que le puede pasar a una huelga es que no se note, que los servicios que reduce apenas se echen de menos porque ya eran mínimos o defectuosos antes de que comenzara la protesta.
Los paros indefinidos en la concesionaria del transporte urbano en Cádiz y San Fernando -denominada coloquialmente Tranvías- sí se dejaron notar en la primera jornada de movilización, iniciada con la medianoche que separaba miércoles de jueves.
El impacto durante toda la mañana, sin embargo, fue aún más notable en las avenidas, en el asfalto, que en las paradas y sobre las aceras.
El anuncio de la huelga, indefinida desde este jueves, ya hizo a más vecinos coger sus automóviles o recurrir a los de familiares y amigos, lo que complicó la movilidad desde temprano.

La manifestación, desde las 10 de la mañana, entre la plaza Asdrúbal y la de San Juan de Dios, sede del Ayuntamiento de Cádiz, fue la puntilla.
Aunque la comitiva la formaban apenas 200 trabajadores, su recorrido fue suficiente para provocar cortes y desvíos temporales de tráfico en las avenidas centrales, y paralelas, de Cádiz así como en las transversales.
Aunque la protesta laboral sólo reunió a dos centenares de trabajadores fue suficiente para taponar el tráfico en toda la ciudad y sus accesos entre las 10 y las 15 horas
El resultado inmediato fue que el tráfico se ralentizó hasta el atasco en todo el entramado urbano de Cádiz y en accesos como el puente Constitución de 1812, el nuevo. Las colas de coches parados fueron visibles hasta casi las 15 horas en distintos puntos y direcciones.
En las paradas, dentro de los autobuses en marcha, la huelga también se percibía aunque con menos virulencia. El número de personas que esperaba en las marquesinas era algo mayor que en cualquier jornada pero sin llegar a formar grupos llamativos.
Los autobuses que circulaban, la mitad de los disponibles en cualquier jornada común y con carteles que les identificaba como "servicios mínimos" también llegaban más cargados de pasajeros de lo normal a cada parada.
Los manifestantes, los huelguistas, llegaron a la plaza de San Juan de Dios, sede municipal, minutos antes de las 14 horas. En su recorrido habían coreado consignas contra el alcalde, Bruno García, y el concejal de Transportes, José Manuel Verdulla, a los que responsabilizan del deterioro del servicio.
Sin fecha para el diálogo
Los trabajadores han comenzado las protestas después de fracasar las negociaciones, mantenidas hasta la víspera, para mejorar su convenio colectivo. Los tiempos de descanso entre recorridos y los diversos pluses en las nóminas son los principales puntos de desacuerdo.
Mientras no se convocan nuevas sesiones de diálogo entre sindicatos y empresa, la huelga tiene carácter indefinido, cada jornada, con unos previsibles servicios mínimos del 50% (tanto de personal como de vehículos).
Muchos de los usuarios, con una edad media elevada, se quejan mientras tanto de que los nuevos horarios, de ese menguado servicio, no aparece claramente anunciado en las paradas.
La única información sobre las nuevas frecuencias, derivadas de la huelga, ha sido colocada a través de códigos QR que no toda la población sabe o quiere manejar desde sus teléfonos móviles.



