El colectivo de prostitutas de Sevilla replica a la comparsa feminista de Cádiz: "No somos esclavas"

Las letras sobre prostitución de We can do... Carnaval y Los Conquistadores han molestado al CPS que ha expuesto sus quejas en un comunicado

Actuación de 'We can do.... Carnaval', una de las agrupaciones que participarán en el Carnaval Feminista.
Actuación de 'We can do.... Carnaval', una de las agrupaciones que participarán en el Carnaval Feminista.

Las letras sobre prostitución en el Gran Teatro Falla de Cádiz generan grandes ovaciones y aplausos entre el público. Integrantes de agrupaciones se dan golpes de pecho cantando sobre una realidad efectista para el que escucha, pero desconocida por la mayoría. Durante estos minutos de gloria a veces se señala al putero, pero ¿en qué lugar quedan las mujeres dedicadas al trabajo sexual? Cansadas de la estigmatización, también en la fiesta típica gaditana, han expuesto sus quejas y razonamientos sobre dos letras cantadas este año en el COAC.

La comparsa We can do... Carnaval ha supuesto todo un revulsivo en el Carnaval de Cádiz por ser la primera escrita y compuesta íntegramente por mujeres. En este sentido, el Colectivo de Prostitutas de Sevilla (CPS) lo considera "un avance en el mundo del carnaval, superando algunas de las limitaciones que impone el sistema patriarcal, en el que hasta ahora su papel en la fiesta se encontraba invisibilizado (costureras, diseñadoras, maquilladoras, etcétera) como en tantos otros espacios". De esta manera, "han conseguido un gran logro en cuanto a visibilización de las mujeres carnavaleras en un mundo rodeado de privilegio, en que los hombres cisheteroblancos han copado todo el protagonismo".

Felicitaciones aparte por "el merecido premio", el CPS no deja de lado que "una de sus letras sea ataque de forma directa a las trabajadoras sexuales , su contexto y sus vidas". En un escrito exponen que "las prostitutas no hemos estado calladas nunca, y menos recientemente, como demuestra la aprobación de la Ley del Solo Sí es Sí, eliminando el intento de persecución de nuestros domicilios y espacios de trabajo". Y aclara que "esto ha sido posible precisamente porque hemos hablado con voz propia y algunas organizaciones políticas nos han escuchado".

Desde el CPS sostienen que "la manera de combatir la idea de que pagar por sexo es un derecho se combate con una buena educación sexual, no mediante la estigmatización, dejando de referirse a nosotras como "objetos" o "esclavas" que debemos ser salvadas en lugar de mujeres que ejercemos el trabajo sexual como una forma de supervivencia ante el sistema desigual en el que vivimos. Esto no nos hace ningún favor, y apuntala un estigma y un concepto de prostituta que anula y silencia nuestras voces, obviando nuestro consentimiento".

A su juicio, "esto supone un ataque más hacia las trabajadoras sexuales que dan la cara y alzan la voz. También lo hacen acciones como las de algunas integrantes de We can do... Carnaval, que recientemente acusaron a María José Barrera, cofundadora del CPS, de "captar niñas para la prostitución" o de pertenecer a un supuesto "lobby proxeneta".

Esta no es la única letra que consideran ofensiva dentro del COAC 2022. El pasodoble de Los Conquistadores –"en la que hemos evitado detenernos precisamente porque no aportan nada transgresor", admiten– evidencia, a su parecer,  "algo que el movimiento de trabajadoras sexuales viene señalando desde hace ya años: quienes dan estos discursos no tienen ninguna propuesta que no sea multar o encarcelar a los diferentes sujetos que intervienen en la prostitución, obviando factores estructurales como la Ley de Extranjería, que empuja a muchas mujeres a la prostitución. Las mismas que luego son expulsadas por carecer de regularización administrativa".

Desde el CPC, como colectivo feminista, les entristece "ver a mujeres defendiendo un feminismo hegemónico, exclusivo, privilegiado y que no duda en pisar a otras para avanzar". Por eso, "como conocedoras de la realidad del trabajo sexual en primera persona, les decimos que revisen sus fronteras, su blanquitud y su privilegio. Que apoyen iniciativas como la ILP #RegularizaciónYA, que exijan planes de empleo que no precaricen a las mujeres que quieren dejar la prostitución, que combatan la transfobia y los discursos de odio al que las personas trans estamos asistiendo y que se posicionen en contra de cualquier intento de criminalización". Y, por último, para quienes defienden la abolición como única solución al problema lanzan una pregunta: "¿Clandestinas o con derechos?"

 

Sobre el autor:

C. M.

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