Más lejos, más alto, más fuerte rezaba un viejo lema olímpico y los ayuntamientos españoles parecen tomárselo a pecho en la versión adornos y música, en la carrera cada vez más larga de los prolegómenos de la Navidad.
Más luces, más tiempo, más grande podría ser la traducción del eslogan deportivo a la tradición invernal con teórico trasfondo religioso y la justificación imbatible de favorecer las buenas costumbres, las compras, el turismo y la hostelería.
En la epoca de la abundancia y las aglomeraciones, en la era del turismo y el ocio constantes, del todo vendido y el todo lleno, Cádiz y el cumpleaños del Niño Jesús no podían quedarse atrás.
"Queríamos darle un impulso a la Navidad que creíamos que hacía falta y se echaba de menos. Algunos piensan que no es necesario pero nosotros, y una mayoría creemos que sí. Esto es para todo Cádiz, para los gaditanos y para que se animen a venir todos los que quieran del entorno".
Lo que se echaba de menos
Para entender las palabras del alcalde, Bruno García, al término de la ceremonia de alumbrado en Cádiz, este viernes desde las 19 horas, ayuda una película reciente, de las más comentadas del año, Una batalla tras otra. Puede que suene para el Oscar.
En esa cinta, caricatura de la polarización entre andrajosos terroristas anticapital y criminales ultraderechistas reaccionarios, estos últimos están agrupados en una asociación secretísima que se llama Los amigos de la Navidad.
El chascarrillo -afortunado o exagerado según gustos- refleja de forma literaria una evidencia: que estas grandes fiestas religiosas del invierno cristiano también están ya sometidas a las etiquetas, al cliché y los bandos.
Si las apoyas y las celebras en alguna variante (espiritual, comercial o mundana) de forma furibunda, te toca una. A la persona que se muestra tibia, ajena, indiferente o crítica, le toca otra. Como con la ropa, la música, los toros, el deporte, la gastronomía.
Pronto sacarán pulseritas de tela. "Navideño". "Antinavideño". Y la gente se las pondrá ufana porque le encanta declarar su posición en todo, a cada momento. El Ayuntamiento de Cádiz dejó claro este último viernes de noviembre de qué lado está.
Los miles de espectadores que rodearon el pasillo (con torres de luces de 12 metros de altura) hasta el escenario en la puerta del Ayuntamiento, en una noche ideal sin gota de lluvia ni viento, se supone que también son partidarios.
A ellos se suman los que, simplemente, pasaban por ahí, se daban una vuelta, a ver qué echan hoy. Miembros del sector neutro y pacífico de cada población nunca bien reconocido.
El alcalde recordó con sus palabras -"un impulso que hacía falta y se echaba de menos"- al gobierno municipal anterior sin mencionarlo expresamente. A los de Kichi se les reprochó su escaso entusiasmo navideño, sus pocas luces. En referencia a los adornos públicos, quede claro.
Con ese espíritu publicitario y promocional, el mismo que anima a cada municipio grande, pequeño y mediano en España en estos tiempos de bombillas largas y mechas cortas se celebraba el alumbrado de la iluminación navideña en Cádiz.
Para no desentonar con la carrera de excesos, bienvenidos o criticados, lo que solía ser el ritual de apretar un botón rojo se ha convertido en una gala que ni Fin de Año. Antes muertos que sencillos reza en el escudo del imaginario club.
Una fiesta por todo lo alto
Presentadores de tiros largos, toda la fachada del Ayuntamiento iluminada de dorado, lluvia de papelillos y pompas, el arco de iluminación que recorría toda la plaza de San Juan de Dios y enormes ángeles brillantes alrededor de Moret, el único callado, discreto y gris en su pedestal de piedra.
Hasta un violoncello, tocado con primor que sonó a gloria celestial o de la otra, fue enfocado en una de las ventanas de la casa consistorial durante el show prenavideño de Cádiz.
La gaditana María Moreno, vestida de blanco como es pertinente, fue la protagonista del encendido y del espectáculo que lo acompañó.
La bailaora brilló primero con una actuación en solitario, sobre el tablao que remataba el pasillo iluminado, al pie del Ayuntamiento. Luego, acompañada por el grupo Puro Cádiz, que prolongaría la fiesta con obras incluidas en su último disco Herencia de un barrio.
Datos y programa
Desde ese momento quedaba inaugurada esta Navidad, la de 2025. Hasta 65 calles y 22 plazas del casco histórico y extramuros lucen ya sus bombillas y arcos, sus creaciones luminosas.
Un nuevo espectáculo de luz y sonido en la plaza de San Juan de Dios aparecerá cada días, en tres pases a las 19, 20 y 21 horas hasta que los Reyes Magos den de mano.
La plaza de la Catedral también luce un árbol que alcanza los 17 metros de altura y cuenta con miles de luces led cálidas más "cientos de bolas decorativas en dorado y burdeos, así como una gran estrella que corona".
El horario de la iluminación extraordinaria de Navidad abierta este viernes en Cádiz será desde las 18 horas hasta medianoche del 30 de noviembre al 6 de enero, cuando vuelva la oscuridad.
Los fines de semana, empezando por este último de noviembre, el horario se ampliará hasta la 1 de la madrugada. Las grandes noches de los días 24 y 31 de diciembre y 5 de enero, hasta las 3.
A la vista de lo visto esta noche en Cádiz, como en tantos sitios, cabe recordar la pregunta del escritor Josep Plá la primera vez que vio el alumbrado público en una visita a Nueva York hace un siglo: "Y todo esto ¿quién lo paga?".
Tampoco estaría de más contar con la opinión del socialista Abel Caballero, alcalde de Vigo, máster y doctor en navidología lumínica. A ver si Cádiz está en Champions, en Primera, Segunda o Regional Preferente, por delante o por detrás de Chicago, Cuenca y París en estas nuevas olimpiadas.
