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La inauguración de una exposición en el Castillo de Santa Catalina abre un calendario de actos con motivo del aniversario de este suceso que acabó con la vida de 151 gaditanos.

Tan cotidiana como atroz, la tragedia de la explosión de 1947 de Cádiz es de esos acontecimientos que se interioriza generación tras generación de gaditanos. La noche del 18 de agosto de 1947, el barrio de San Severiano quedó reducido a escombros y cuerpos desmembrados como consecuencia de la explosión de 200 toneladas de trinitrotolueno de la Base de Defensas Submarinas, hoy Instituto Hidrográfico de la Marina. Eran las diez menos cuarto de la noche cuando deflagró el almacén de minas número 1 y Cádiz se convirtió en una de esas víctimas colaterales de cualquier guerra.

Acabada la Segunda Guerra Mundial y en los años más duros de la dictadura y del hambre, Cádiz seguía acogiendo un polvorín con 2.228 minas submarinas y cargas de profundidad que habían sido depositadas allí entre 1942 y 1943 por si España hubiese tenido que entrar en el conflicto bélico. Negligencia y temeridad unidas a censura y dictadura han provocado que 70 años después aún no sepa con exactitud qué pasó. La tesis de la negiglencia es la que más peso ha ganado, defendida entre otros por José Antonio Aparacio, autor de 1947. Cádiz, la gran explosión. Sin tener claro el origen sí fueron claras las consecuencias: 151 gaditanos muertos, sobre todo niños dada la cercanía de la Casa Cuna, cientos de heridos y daños materiales.

La onda expansiva arrasó además del barrio de San Severiano, la barriada España, Bahía Blanca, los cuarteles y el astillero de Echevarrieta, en el que murieron 28 trabajadores. Las Puertas de Tierra sirvieron de muro de contención y la deflagración no llegó al centro de la ciudad pero Cádiz tardó años en recuperarse. 

Los años sí han devuelto a los gaditanos las ganas de saber y, sobre todo, de reconocer tanto a víctimas como a voluntarios. Por eso, con motivo de la efeméride, el Instituto Español para la Reducción de los Desastres (IERD) y la Federación de Asociaciones de Vecinos 5 de abril, han preparado una serie de actos conmemorativos que darán comienzo el jueves 17 de agosto con la inaguración del Museo de la Explosión en el Castillo de Santa Catalina a partir de las 21.00 horas.

Se trata de una exposición permanente en la que se expondrán objetos, fotografías y planos de ese Cádiz de los años 40, material explicativo sobre la llegada de las minas submarinas a Cádiz, los efectos de la explosión y las víctimas de la explosión, las verdaderas protagonistas en esta efeméride. Con detalle, la exposición contará con reliquias como las gafas de un trabajador de astilleros que falleció en la explosión o la imagen de un Sagrado Corazón de Jesús que se conservó de una casa devastada.

Para el viernes 18 de agosto se ha organizado una ruta guiada por los lugares donde tuvo lugar la explosión que partirá a las 19.00 horas del Instituto Hidrográfico, mientras que a las 21.45 se celebrará un homenaje a las víctimas de la tragedia en la plaza de San Severiano, donde se leerán sus nombres y se pondrá unas flores al monumento.  Los actos culminan con la actuación del pianista Daniel Borrego a partir de las 22.30 en el colegio Argantonio. Entre composición y composición se irán relatando los sucesos que ocurrieron aquella noche.

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Vanessa Perondi

Periodista.

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