Diferentes colectivos se unen en Cádiz para hacer realidad una biblioteca social con el fin de hacer accesible la cultura a todo el mundo, un proyecto que se nutre esencialmente de las aportaciones de los ciudadanos.

Acudimos a la calle Sagasta, frente a la iglesia de la Pastora. Dos caballetes sostienen carteles que realzan la figura de Fermín Salvochea. Marxismo, republicanismo y movimiento obrero. También están Suceso Portales y María Luisa Cobos, entre otras mujeres que pasaron a la historia del feminismo español. Allí convergen diferentes ideas y personas como las ya mencionadas. Puede que, como en el lema del Mayo del 68, bajo los adoquines se encuentre al fin la playa. Y es que Cádiz ya cuenta con un nuevo espacio donde poder entregarse a la cultura con una “finalidad transformadora”. La capital gaditana ha inaugurado recientemente la biblioteca social El Adoquín, integrada por varios colectivos independientes que, sin embargo, actúan de forma conjunta para realizar las diferentes actividades que organizan. Se trata del Ateneo Libertario Fermín Salvochea, la peña Los Adoquines –cuya sede acoge la propia biblioteca- y La Levantera, costurero de ideas. Incluso hay miembros que participan activamente en los tres ámbitos.

Vanessa, una de las diez personas implicadas en el proyecto, reconoce que "es una idea que tenemos desde hace mucho tiempo”. Pero el lugar siempre fue un problema, porque “en una ciudad como Cádiz es casi imposible alquilar un local para llevar a cabo una actividad que no tiene como fin hacer negocio”. Por eso, la falta de espacio siempre condenó al proyecto al ostracismo. Aunque todo cambió cuando “conocimos a la gente de la peña en Valcárcel Recuperado y nos metimos como peñistas”, tal y como cuenta José Manuel, creador del blog de la biblioteca. La conexión entre ambos colectivos fue sencilla gracias al carnaval, que terminó de forjar una unión que comenzó con un movimiento social como fue el 15M.

Con este nuevo proyecto, los integrantes de la biblioteca El Adoquín pretenden “que la cultura sea accesible para todo el mundo” con temas “que no se podrían encontrar en una municipal”. En este caso, las editoriales son más alternativas y muchos de los libros “los conseguimos cuando vamos a otras ciudades, sobre todo a Madrid, donde la oferta cultural que hay es tremendamente amplia”.En El Adoquín hay libros que pertenecen tanto a los propios responsables del proyecto como a personas que han querido participar de alguna forma en esta idea y “desde marzo se han ido acercando para traer más”. Cuentan, incluso, que “hemos tenido que hacer una especie de selección porque ya no cabían”. El espacio es muy reducido, por lo que han optado por catalogar los libros en una base de datos para que la búsqueda sea sencilla en caso de que alguien quiera tomar prestado un título concreto de los mil que poseen.

La idea es novedosa en la ciudad. La biblioteca, que abrirá los martes y jueves a las 18:30h, precede a un salón más amplio donde se sitúa la barra de la peña y un pequeño escenario en el que poder hacer actuaciones, dar conferencias o poner proyecciones, “pero en la barra lo que se servirá es café… no queremos que esto se desmadre”, avisa José Manuel entre risas. Con este proyecto, donde tanto la política como la sociología están muy presentes, pretenden darle la importancia necesaria a “la cultura como arma para despertar a la sociedad”, tal y como cuenta Joaquín Correa, que añade que “la cultura libresca está en ocasiones en espacios tan poco permeables, como iglesias o universidades, que la gente no se plantea acceder a ella”. 

Es por esto que quieren hacerse valer de su experiencia en el Ateneo o en el periódico La Levantera para aumentar el consumo de cultura. De hecho, en Fermín Salvochea vienen haciendo proyecciones y ofreciendo conferencias desde hace tres años y, tal y como se propusieron desde el principio, “nunca han pasado dos meses sin que organicemos nada, a pesar de que no busquemos ningún tipo de beneficio económico”.

Con respecto a la cultura en la ciudad de Cádiz, aseguran que “hay mucha actividad cultural, pero poco consumo”. Correa, además, tiene un concepto de la cultura muy diferente al de las instituciones: “no entiendo que levanten museos que no tienen demanda, la cultura debería estar al servicio de lo que pide la gente”. Por ello, quieren hacer de la biblioteca social “un lugar lleno de vida”. El Adoquín quiere educar al pueblo en la cultura. Y hacerlo por amor al arte.

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Jesús Mayone

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Comentarios (1)

Martinez Roman Fco.. Hace 1 mes
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