La triste noche del Falla vivida este domingo podría ser la última vez en que el bochorno se apodere de las tablas en el COAC. El Ayuntamiento de Cádiz se ha mostrado favorable a la famosa preselección, un filtro previo del que se lleva hablando años que evite situaciones tan recambolescas como las que se vivieron.
La delegada responsable de Fiestas, Beatriz Gandullo, ha dicho en rueda de prensa que "si hay que abrir el debate, no tenemos ningún inconveniente".
En el consejo de participación, el órgano que reúne a autores con organización, "nunca se ha hablado de preselección". Pero "algunos autores lo han trasladado de forma personal", no oficialmente.
La responsabilidad de este tipo de decisiones corresponde al Ayuntamiento desde que el patronato del carnaval fue disuelto, para que el propio Consistorio tomara las riendas, algo que se hizo efectivo a partir de 2022, el primer carnaval postpandemia.
Y la organización del Concurso no está, nunca, exenta de polémica. Por eso, la postura del gobierno municipal de Bruno García es la de tomar decisiones en consonancia con lo que mayoritariamente se perciba que quieren los autores y entidades involucradas en la fiesta.
"Lo he dicho muchas veces, el gobierno municipal no ha venido a cambiar nada si el carnaval no lo quiere. Y si es un debate de abrir una preselección, lo llevaremos al consejo de participación", ha dicho Gandullo en declaraciones recogidas por Radio Cádiz.
Respecto a la actuación de Abre los ojos, hay dos aspectos. Por un lado, se trataba de una chirigota negacionista, promovida por Katy Balber, que lleva tiempo moviéndose en estos círculos negacionistazs que niegan el cambio climático o califican las vacunas como veneno, parte de un plan de control mundial.
Pero, por otro lado, más allá de lo disparatadas que pudieran resultar sus posturas, en cuanto a calidad artística de la chirigota, estuvo muy lejos de lo que incluso agrupaciones noveles llevan al concurso. Entre esas notas rocambolescas, la participación de un actor vasco, Óscar Terol, presente en programas como Vaya Semanita o Allí abajo.
El público respondió con cánticos carnavaleros en una actuación que no pudo escucharse más allá del primer minuto, cuando se comprobó el ínfimo nivel. La actuación se realizó al completo y legalmente el teatro no tenía capacidad para echarle el telón, como pedían los aficionados. Casi media hora de actuación bochornosa y que puede ser el detonante de la famosa preselección que, entre otros, había pedido hace tiempo Antonio Martínez Ares.
Comentarios