En Cádiz, el miedo no da miedo, da risa. Como ha vuelto a demostrar Leo Power, nombre artístico de Leonor Iglesias Reyes (Cádiz, 1976), con una letra que en pocos días se ha viralizado en redes sociales, convirtiéndose en himno popular contra las calabazas, las telarañas y los disfraces importados.
Su composición, titulada Tanguillos de Halloween, no solo se ríe de la fiesta americana importada, sino que reivindica con gracia la fiesta de los Tosantos, esa tradición gaditana que llena los mercados de ingenio, ironía y crítica social.
"Mi plaza de abasto en noviembre, que estamos en otoño, me gusta a mí tanto, que aquí, en vez de Halloween, celebramos mejor los Tosantos", arranca la letra, con ese tono costumbrista que mezcla copla, humor y calle.

Entre castañas y calabazas
En su texto, Leo Power contrapone el folclore local al espectáculo global. "Déjate de caninas, de bichos, de telarañas y de calabazas, que lo nuestro son dos coloretes, tanguillo y roetes, que tiene más gracia" escribe, en una suerte de oda al carácter gaditano frente a la uniformidad cultural.
La pieza, difundida a través de las redes sociales, ha conectado con una ciudadanía que siente que Cádiz se transforma cada otoño en un parque temático turístico, mientras sus raíces se disuelven entre franquicias, alquileres imposibles y contratos de temporada.
Porque, aunque el humor sea el envoltorio, el mensaje tiene fondo: "¡Que de casas hay encantadas, llenitas de fantasmas y de artistas! Pero en Cádiz no son encantadas, que son alquiladas y llenas de turistas".
Una crónica callejera en tres minutos y medio
Ahí está el golpe maestro de la autora: hacer de la risa un espejo. En un momento en que la ciudad vive entre la precariedad del empleo y la turistificación sin freno, su copla se convierte en una crónica callejera, una manera de decir —entre carcajadas— que Cádiz no necesita monstruos para asustarse.
"Aquí en Cádiz si quieres asustarte, mejor te disfrazas, pero de hipoteca", ironiza, resumiendo con un verso lo que muchos vecinos viven a diario.
La pieza se permite incluso mirar al mundo con respeto y simpatía. "Yo respeto a todas esas fiestas: en México las Catrinas, las cometas en Guatemala y en la India está el Mahalaya".
Pero al final, la conclusión vuelve a ser local, festiva y gaditana: "Porque en Cádiz nos vamos a la Plaza (de abastos) y nos hartamos de reír, con un calabacín liado en una toalla".
El estribillo, repetido con arte de chirigota, es ya un lema: "¡Enga ya, Halloween! Que esas cosas no son las de aquí. ¡Enga ya, truco o trato! Que nosotros somos de Tosantos".
Tradición y resistencia con compás
Con esta composición, Leo Power se suma a la larga lista de gaditanos que defienden su cultura a golpe de rima. No desde el reproche, sino desde la guasa inteligente.
Y en un contexto donde la globalización borra acentos y sustituye mercados por centros comerciales, se responde con lo que mejor sabe hacer: humor, música y una sonrisa en los labios.
"Cierro el Facebook y el Instagram y me pongo a comer castañas", canta Power, escenificando una imagen perfecta para cerrar este otoño gaditano: un pueblo que se ríe de los sustos, que se disfraza de sí mismo, y que celebra, entre risas y castañas, que todavía hay cosas que no cambian.


