El histórico delincuente nacido en Andalucía José Juan Martínez Gómez, conocido como ‘El Rubio’, y célebre por haber sido el cabecilla del histórico robo al Banco Central de Barcelona en 1981 —atraco que inspiró la exitosa serie La casa de papel— ya está en Perú tras ser extraditado desde España. Martínez Gómez, que cumplió 30 años de prisión por aquel asalto, deberá ahora enfrentarse a un proceso judicial por la presunta comisión del delito de tráfico ilícito de drogas agravado.
Fuentes reservadas confirmaron a EFE que el español llegó el pasado viernes a las 19.50 hora local (02.50 GMT) al país sudamericano, escoltado por agentes de Interpol, y permanece retenido en una prisión peruana mientras se inicia el juicio. De ser hallado culpable, podría afrontar una condena de hasta 25 años de cárcel.
La Justicia peruana lo reclama desde 2009, al considerarlo presunto implicado en un caso de narcotráfico cometido en 2008 en el aeropuerto internacional Jorge Chávez, principal terminal aérea de Lima. Desde entonces, pesaba sobre él una orden de captura internacional emitida por Interpol.
“Se trata de un personaje mediático que participó en el asalto del Banco Central de Barcelona de 1981 y cumplió condena de más de 30 años en prisión”, explicó el jefe de Interpol en Lima, Jorge Maguiño, al canal América Noticias. El mando policial recordó además que Martínez Gómez inspiró al icónico personaje del ‘Profesor’ en la popular serie de Netflix.
La orden de captura recogía que, en junio de 2008, agentes de la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional del Perú (Dirandro) hallaron dos maletines con 10,5 kilos de alcaloide de cocaína ocultos entre turrones, café y tres paquetes rectangulares en el aeropuerto Jorge Chávez. El equipaje estaba registrado a nombre de José Martínez Gómez y tenía como destino Italia.
Según Maguiño, ‘El Rubio’, detenido de nuevo en 2024 tras cumplir su condena en España, niega tajantemente los hechos y asegura que jamás ha estado en Perú. Las autoridades peruanas ya habían intentado extraditarlo en dos ocasiones anteriores, sin éxito. El coronel explicó que el procesado esperaba subir al avión para “hacer escándalo” y generar molestias entre los pasajeros con la intención de provocar la suspensión del traslado.


