Un partido de suspensión y 180 días de inhabilitación es la sanción impuesta al delegado del CD Sanlúcar tras agredir a un árbitro de 15 años el pasado fin de semana en un encuentro disputado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) entre el Magallanes y el citado club sanluqueño.
En el acta arbitral, el joven colegiado del partido detalló que “en el final del partido el delegado del CD Sanlúcar se dirige a mí en los siguientes términos. 'Me da igual que me expulses'. Accede a mi vestuario y me empuja bruscamente en la zona del hombro, cayéndome en el lateral de la pared, estando en presencia de mis dos asistentes. A la vez me amenazó que a la salida me va a pegar una paliza”.
Agresión grave y consecuencias disciplinarias
El Comité de Competición acordó aplicar el artículo 73, lo que deriva en una suspensión de solo un encuentro y una inhabilitación de 180 días, además de una multa accesoria al club por agresión con necesidad de atención médica. Además, el CD Sanlúcar pierde un punto en la clasificación general, al ser responsable de los actos cometidos por su delegado.
La agresión tuvo lugar en la zona de acceso a los vestuarios, donde el árbitro asegura haber recibido golpes en el cuerpo y dos cabezazos, además de insultos y amenazas. Las imágenes del momento muestran la violencia del ataque, obligándolo a desplazarse hasta un centro hospitalario para ser atendido. Las consecuencias físicas han sido notables. El joven árbitro ha necesitado tratamiento con paracetamol para los dolores, sufre una lesión en el brazo que le impide moverlo con normalidad y padece problemas para dormir debido a la agresión.
Este nuevo episodio de violencia en los campos de fútbol base deja en evidencia la seguridad en el deporte y la protección de los árbitros, especialmente de aquellos que, como en este caso, comienzan su carrera en un entorno que debería servir de formación y respeto, no de amenazas ni violencia.


