Marta Sanz presenta en Jerez sus dos últimos libros: una escritora contra la tiranía del mercado

La escritora Marta Sanz dialoga en El Jardín de Berta con Nati Montaño y Josefa Parra sobre sus dos últimos libros publicados, 'Los íntimos (Memorias del pan y las rosas)' y 'Amarilla'

Josefa Parra, Marta Sanz y Nati Montaño, durante la presentación del libro de la autora madrileña en El Jardín de Berta.
Josefa Parra, Marta Sanz y Nati Montaño, durante la presentación del libro de la autora madrileña en El Jardín de Berta. J. C. G.
18 de septiembre de 2025 a las 19:43h

La librería La Luna Nueva y la Fundación Caballero Bonald organizaron esta semana un encuentro literario en El Jardín de Berta con la escritora Marta Sanz. La autora conversó con Nati Montaño y Josefa Parra sobre sus dos últimos libros, Los íntimos (Memorias del pan y las rosas), publicado por Anagrama, y Amarilla, editado en La Bella Varsovia. Josefa Parra nos recordó la extensa labor literaria de Marta Sanz. Es Doctora en Literatura Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid con una tesis sobre la poesía española durante la Transición.

Desde El frío, su primer libro, ha publicado numerosas novelas, como La lección de anatomía, Clavícula o Farándula, con la que ganó el Premio Herralde. Ha escrito también ensayos como No tan incendiario o Monstruas y centauras. Josefa Parra destacó su faceta menos conocida, la poesía. Antes de Amarilla, ha publicado varios poemarios, entre ellos Perra mentirosa, Vintage o La vida secreta de los gatos. Y ha escrito columnas de opinión y cultura para diversos periódicos y revistas. Ha ejercido la docencia y ha fundado una revista literaria: Ni hablar.                               

 Los íntimos (Memorias d del pan y las rosas) es un libro muy difícil de clasificar y explicar, aclaró Josefa Parra. No es un libro de trama y desenlace. Dentro del texto hay muchos libros, anécdotas y confidencias. Cada página, continuó Josefa, nos sorprende con nuevas piezas y enfoques. No es un libro resumible. El mismo editor nos lo recuerda en la contraportada: “¿Unas memorias? ¿Un dietario? ¿Un libro de viajes? ¿Un ensayo sobre la literatura y el mundillo literario? ¿Una crónica de la literatura española entre los siglos XX y XXI? ¿Una novela social? ¿Una carta de suicidio?" Realizar una sinopsis es casi imposible.

Según Josefa, es un libro que se amplifica a medida que leemos. Nos pone delante alternativas y abre vías nuevas, un libro que nos “muestra a una Marta o a unas Martas que no conocíamos del todo”. Así que Nati y Josefa fueron lanzando fragmentos y sugerencias para que Marta Sanz hablase de la obra.

Un instante del diálogo
Un instante del diálogo

Uno de los temas que aborda el libro es el de las razones de la escritura. En Barcelona, Javier Pérez Andújar dijo de este libro que era como El corazón de las tinieblas pero contado como si fuese Vacaciones en el mar, recordó Marta Sanz. “En función de las mujeres que has sido a lo largo de la vida ha habido diferentes razones para escribir y todas son igual de legítimas y todas se superponen”.

Hay muchas capas a la vez en la escritora, muchas razones: egoísmo, vanidad, generosidad... “Dar solo una razón sería simplificar. Escribo para que mis padres estén contentos y orgullosos de mí. Escribo para protestar sobre el estado de cosas del mundo. Escribo a veces porque siento que hay un concepto de literatura que se está acabando y entonces tengo una especie de sentimiento elegíaco. Y escribo cuando estoy melancólica, con una melancolía eléctrica y nerviosa. Y escribo cuando estoy muy alegre pensando que toda escritura es un acto de alegría y de júbilo… Todas se dan al mismo tiempo en la escritora que soy hoy”.

Nati Montaño le pidió que hablase sobre la relación entre el cuerpo, el texto, lo social y lo político. Marta nos contó que mientras escribía Lección de anatomía descubrió algunas cosas. Un capítulo se titula “El día del parto de mi madre”. Descubrió que los relatos terribles que le hizo su madre sobre el parto en el que nació Marta fueron muy importantes “para que yo decidiera no tener hijos nunca jamás”. Esos relatos le infundieron un miedo físico que ha sido incapaz de vencer. El libro empieza explicando “cómo los relatos, las palabras, se nos clavan en el cuerpo y nos hacen tomar decisiones vitales”. Lección de anatomía acaba con un texto que se titula “Desnudo”, donde sucede lo contrario, “mi cuerpo de mujer de cuarenta años no pasado por el Photoshop se convierte en una descripción escrita”. En el primer capítulo el texto se hace carne y en el último la carne se hace texto.

Para Marta, en su literatura es muy importante la metáfora de que el cuerpo es un texto donde quedan impresas todas las vivencias. Al mismo tiempo, “los textos tienen una naturaleza corpórea, por la sensorialidad de las palabras.” En los escritos autobiográficos lo importante no es el sujeto concreto del que se habla… “Lo fundamental es que el texto conecte con una comunidad de lectores. Y que las palabras luego formen parte del cuerpo de quien las lee”. En la verdadera literatura el texto forma parte de lo real, y lo personal acaba siendo político.

Josefa Parra le preguntó si hay una idolatría de la juventud. Y Marta Sanz lo tiene claro. En los ámbitos culturales y en los medios de comunicación siempre hay un interés por nuevos libros y por nuevas voces. La tiranía del mercado provoca que “haya personas que nos sintamos prematuramente envejecidas”. Llega un momento en que “te conviertes en una escritora de salida: ya pasó el momento de de las portadas en las revistas; y te quedas en tierra de nadie”. Esa tiranía del mercado se hace más manifiesta en “las mujeres que nos vamos haciendo mayores”.

“En en el arte y la literatura a veces lo más importante es lo que no se dice. La literatura rara vez es literal y rara vez es edificante”, explicó Marta cuando Nati habló de la visibilidad de lo feo y lo incómodo. Para Marta, la literatura siempre tiene algo de lateralidad, de misterio, de enigma y de sugerencia. Los buenos textos literarios nos obligan a realizar lecturas espeleológicas. Frente a la superficialidad del mundo de los algoritmos, los textos poéticos se vuelven políticos por ser eso, poesía, por cómo están escritos, por cómo sugieren, por cómo nos remueven por dentro.

¿Los íntimos es una novela social?, preguntó Josefa Parra. Marta aclaró que es un libro de memorias, una narración que “pretende reflejar los estados de ánimo, la subjetividad de una mujer que escribe en un medio literario que no siempre es acogedor, por motivos de género y de clase”. Además el libro es un exorcismo, porque es un libro “para sacar mis demonios, mis gratitudes, resentimientos, insatisfacciones”. Esos demonios tienen mucho que ver con la sensación de “estar casi”, es decir, con la sensación de estar con un pie fuera y otro dentro, gracias a la tiranía del mercado, de las listas… “todo esto te obliga a reflexionar sobre qué es realmente el éxito”. Pero el libro también es “una novela social porque está hablando de mi trabajo”. La escritura es un oficio, un trabajo. “¡Y lo que cuesta ganarse la vida en este oficio!”. Lo más terrible es que “vivimos sumidos en esa violencia en la que la posible función social del arte y la posible capacidad de ensanchar el conocimiento de los textos literarios se anula absolutamente fagocitada por el mercado y el espectáculo”. De ahí la importancia de los lectores para Marta Sanz. Los lectores cierran el círculo de la comunicación y dan sentido a los textos. “Los lectores forman parte de mi intimidad, por eso me da mucha rabia cuando quedan reducidos a mera clientela”.

Marta Sanz leyendo sus poemas
Marta Sanz leyendo sus poemas.

La parte final del diálogo lo dedicaron a Amarilla, el libro de poesía recién publicado por La Bella Varsovia. “Los dos libros están relacionados porque en ambos aparece una mujer que está en un momento crítico de su vida”, resaltó Marta. Si en Los íntimos se habla del mundo profesional, del mundo de la escritura, en Amarilla aparece la experiencia puntual de la vejez, de la enfermedad, de la muerte, pero desde la ironía y el sentido del humor. Es lo que Marta llama melancolía eléctrica. “Una de las peculiaridades de Amarilla es que los poemas se explican mejor por sí mismos de lo que me pueda explicar yo”. En los poemas las palabras a veces funcionan como metáforas, en otras ocasiones describen hechos concretos y, en los mejores, realizan las dos cosas a la vez. Mara Sanz insiste en esa capacidad del lenguaje para atravesar todos esos planos al mismo tiempo. En los poemas aparece la realidad social: los desahucios, la guerra, la vejez, la factura de luz… La tarde terminó con la lectura de varios poemas del libro.

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Juan Carlos González

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