Esta semana la Fundación Caballero Bonald ha acogido la presentación de La última elección, obra del escritor jerezano Hermenegildo Rodríguez. Según Josefa Parra, estamos ante “una novela política que se centra en Jerez y que parte de una premisa muy sugestiva: una crítica de ficción a ciertas políticas municipales, donde el caciquismo y los enjuagues de todo tipo consiguen arruinar una ciudad”. La novela ha sido publicada por Libros Canto y Cuento, dentro de la colección La novela de Jerez. José Mateos, editor, ha recordado que conoció a Hermenegildo hace tres o cuatro años, y que ya entonces tenía casi terminada esta novela. Y la ha ido depurando y puliendo hasta obtener el texto que hoy podemos leer. El protagonista regresa en busca de aquella Jerez de su infancia y “se encuentra con una ciudad poco acogedora, sórdida en cuanto al ambiente político y social de esa época”. José Mateos ha resaltado que los lectores “van a reconocer a personajes y situaciones que esta ciudad ha padecido hace unos años”.
El editor José Mateos ha reconocido que cuando creó la colección La novela de Jerez pensó que la serie no iba a ser muy larga. El objetivo era publicar novelas con la ciudad como protagonista o como fondo. Y hasta ese momento se habían publicado muy pocas con esas características. Sin embargo, contando la de Hermenegildo, ya ha editado cinco novelas en esa línea: dos de Margarita Martín, una de José López y Ramón Clavijo, y otra de Manuel Luis Vergel. “La última elección habla de un Jerez actual, y es una novela crítica, muy aguda y valiente.”
Un momento de la presentación. FOTO: MANU GARCÍA
Francisco Sánchez Múgica, periodista y director de lavozdelsur.es, ha dialogado con el escritor sobre su trayectoria y el libro. En primer lugar ha resaltado el estilo trepidante de La última elección, “una novela que refleja muy bien la realidad de esta ciudad en las últimas décadas”. A continuación ha realizado un esbozo biográfico del autor. “Hermenegildo Rodríguez nace en la barriada jerezana de Federico Mayo en 1954. Un barrio humilde de la zona Sur que en aquella época era conocido, aún hoy lo es, como El Chicle porque sus calles cuando llovía, al no estar asfaltadas, se volvían pegajosas, barrizales, quizás un símbolo de todo el barro que estaba por venir y que, el desarrollismo franquista y la democracia, no desterrarían.” Muy joven marchó a Madrid para formarse en arquitectura. Allí empezará a trabajar. Más tarde se mudará a Salamanca, donde ha pasado gran parte de su vida, aunque sin perder el contacto con Jerez. Su vida ha estado vinculada a la dirección y administración de diferentes empresas.
“Hace 20 años, por una casualidad, publicó su primer libro, Sobre el faldón rojo cereza. Y ya no ha podido parar”, ha explicado Sánchez Múgica. Ha escrito otras dos novelas: Oí como llamaban (2000) y El Chaquetón de cuadros (2005). Y la biografía del fundador del Museo del Automóvil de Salamanca, Demetrio Gómez Planche, Era mediodía (2008). Hermenegildo Rodríguez ha aclarado cómo surgió en él esa necesidad de escribir. Todo empezó con la enfermedad de su hermano. “Cuando estaba en el proceso de tratamiento, me hizo una apuesta, yo dejo de fumar si tú escribes una novela.” El compromiso consistía en escribirla, editarla y publicarla antes de que naciera su hijo, y quedaba muy poco tiempo. “En tres meses hice una historia y me centré, más o menos, en su vida de artista. La presenté en el Café Nobel de Salamanca, y a partir de ahí me enganché a la escritura. Y tengo ya varias obras esperando a que algún editor se atreva…”.
Un momento de la intervención de Hermenegildo Rodríguez, en la Caballero Bonald, junto a Josefa Parra y Paco Sánchez Múgica. FOTO: MANU GARCÍA
Cuando se prejubiló, volvió a Jerez. “Me encontré con un Jerez que me deprimió mucho. Lo primero que me encontré fue una ciudad muy sucia. Y oía en las conversaciones que todo el mundo estaba pendiente de una paga, una subvención… Me pregunté dónde está aquí la industria, el crecimiento… Me llevé una gran decepción. Siendo una ciudad como Vigo o Sabadell, se ha quedado solo con el turismo”. La novela transcurre entre el 2014 y 2015. También se retrotrae a principios de la democracia.
Aunque hay acontecimientos sociales y políticos reconocibles, “la novela es un relato de ficción… No hay nada de verdad, lo que se parezca a la realidad será pura coincidencia, como advierto al principio.”, aclaró Hermenegildo. El título tiene un doble sentido, la última elección personal y la última elección política. “Con esta novela me gustaría despertar alguna conciencia, la rabia que revolucionara todo, con fuerza e ilusión, que peleara más para que esta ciudad llegara donde se merece”. Paco Sánchez Múgica ha subrayado que la novela “nos pone delante del espejo y nos responsabiliza a todos de lo ocurrido, por lo que la solución también depende de nosotros”. Es un problema social y cultural, “cambiarlo nos llevará mucho tiempo”, ha añadido Hermenegildo. Al releer la novela se ha sentido realmente triste. “Y a pesar de todo, cuanto más conozco la ciudad más bella me parece”.
Nicolás Montoya en la portada del libro.
A Francisco Sánchez Múgica la lectura de esta novela le ha recordado a otro escritor jerezano: “El escritor Manuel Moreno Barranco, al que llamaron la última víctima de la guerra civil en Jerez, defenestrado en 1963, con solo 30 años, solo escribió una novela, La Arcadia Feliz, que, a diferencia de La última elección, hablaba de Jerez sin mencionarla.” Hay muchos paralelismos entre ambas novelas, aunque el contexto sea muy diferente. Son problemas que venimos arrastrando desde hace muchas décadas. Si en aquella novela quedaba un espacio para la esperanza, en esta también, afirmó el periodista. Así escribía Manuel Moreno Barranco: “Este pueblo […] podría ser una maravilla si hubiera entre los que pueden un adarme de corazón y de cerebro. Tal como está ahora es una ciudad en ruinas. Todo está ruinoso, aunque no se vean escombros. La bancarrota la tiene muy adentro, supurándole en las propias entrañas".
Hermenegildo Rodríguez ha resumido el contenido de la novela: “Este libro que he escrito habla de desempleo, de connivencia, de engaño, ambición. Habla de malas artes, de mala prensa, de sobornos, de dádivas, de corrupción social, de política, de coacción, del hundimiento de una ciudad, y de ese poder oculto que maneja y compra voluntades. Es hablar de apaños empresariales, de peligros sindicales y de falsa religiosidad. En definitiva, es hablar de vilezas y de traiciones… Está ambientada en Jerez, pero podría haber estado ambientada en cualquier ciudad de España, porque la maldad y la bondad se pueden encontrar en cualquier lugar del mundo y en cualquier época.”
Se ha colado por un pasadizo secreto Nicolás Montoya, médico y actor, que ha aparecido de pronto en la sala y nos ha advertido a todos los que estábamos allí de los peligros que corríamos si nos dedicábamos a conspirar contra el poder establecido. Masones o cofrades, antimonárquicos o templarios… Quizás un complot para derrocar a los Borbones… ¡Vaya tarea que tienen! En esta alcaldía, entre prisiones, juicios, pocos alcaldes quedan sanos… Llévense el tratado para encontrar todas las pistas…
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