Un momento de la presentación. FOTO: MANU GARCÍA.En cuanto al estilo poético de Rosario Troncoso, Juan destaca su carácter narrativo, aunque cargado de lirismo, “con una historia que tiende a resolverse en cada poema”. En sus versos cobra gran relevancia la fragilidad humana: “Para ella, todo en el ser humano (las pasiones, lo cotidiano, la vida en sí misma), todo es etéreo y pende de un hilo. Y ese reconocimiento de la propia fragilidad es lo que la hace tan fuerte, pues reconocer el dolor es el primer paso para superarlo.” Dice Juan F. Sánchez que en su obra observamos “una dualidad entre lo duradero y lo etéreo, lo firme y lo frágil, lo que perdura y lo invisible”. Eternidad provisional es una selección de su poesía publicada hasta 2017, realizada por Paco González Fuentes. En esos poemas “Rosario desnuda la fragilidad de la que hemos hablado para levantarse como un Ave Fénix que resurge de su dolor”. Nuestra orilla salvaje es un libro distinto, tanto en la forma como en el contenido. Según Juan, se trata de un poemario reflexivo, “un libro de crisis de la mediana edad”. La autora se para a valorar lo que posee, lo que ha recorrido, lo que arrastra y lo que queda por vivir.
Pincelada musical en el acto literario. FOTO: MANU GARCÍA.Rosario Troncoso, rodeada de amigos y encantada de volver a la Fundación Caballero Bonald, nos leyó poemas de los dos libros. Eternidad provisional no es una antología, nos aclaró la escritora. Paco González Fuentes, filósofo y erudito, le propuso seleccionar y revisar un conjunto de poemas de toda su trayectoria, con el fin de pulirlos. Él ha elegido los poemas y ha guiado la corrección. El título es un poema del libro Transparente. Lo de eterno hace referencia a esa permanencia en el tiempo de ciertos poemas, y lo de provisional “tiene que ver con mi carácter”. Hay poemas de su primera etapa, de los que han eliminado todo “lo que chirriaba”. En el libro también hay unos fragmentos, prosas de la vida, fogonazos que Paco ha extraído de su blog.Nuestra orilla salvaje surge de una crisis, la de los cuarenta, momentos en los que se hace balance de todo lo que nos rodea y “una se plantea lo que vale y lo que no”, explicó la autora. “Ante ese batiburrillo de historias, que te ponen la cabeza como una lavadora, hay dos opciones: olvidarlo todo e ir al psiquiatra o escribir un libro de poemas…” Por eso “es el libro más difícil y oscuro; son poemas muy personales”. Había una duda, a lo mejor estos poemas no encajaban con el público anterior, “porque ha sido un ejercicio de introspección total y absoluta, un libro egoísta, un libro para mí.” Pero ha llegado a la gente, aunque cada uno haga sus interpretaciones. Para Rosario Troncoso, escribir estos poemas ha sido una experiencia liberadora. El libro consta de dos partes:El abrazo de los extraños y El final de las hadas.Francisco J. Márquez y Sergio Moreno recitaron versos de otra obra, La piel y su memoria. Loli Lacalle y Manuel Cañadas nos envolvieron la noche del lunes con su delicada músicaLOS RESTOS DE NUESTRO DERRUMBE
No me sirven los sueños
pues laten en mi vientre
tus texturas.
Esta combustión de los días
y los últimos fragmentos de la infancia.
Anticipas un final sin miedo.
Tú eres
tan cruel como este tiempo.
Siempre la cobardía elige la distancia.
Ya no habrá recuerdos,
ni noches por delante.
La vejez. El silencio.
Y una lápida sobre el vacío,
mientras seguimos vivos
bajo los restos de nuestro derrumbe.


