La revolución teatral de la gitanilla del televisor

'Charo Urbano: esto no es lo que era'.
'Charo Urbano: esto no es lo que era'.

Poca gente sabe que la muñeca vestida de gitana, que ha adornado y adornan los televisores de media España, fue ideada por un emprendedor andaluz, José Marín, que desde su taller de Chiclana de la Frontera exportó al mundo el traje regional de Andalucía y lo convirtió en el souvenir favorito de los turistas que visitaban España durante el franquismo.

Esa muñeca de plástico, estática y casi siempre acompañada de un toro o de una figura del Niño Jesús, se ha empoderado a través de Charo Urbano, la actriz que da vida a la muñeca harta y también creadora de la propuesta teatral, una desternillante obra de teatro de una hora de duración en la que el público no para de reírse y en la que también se ejerce una crítica social a los temas de actualidad.

Con un humor tan andaluz como universal, el montaje teatral Charo Urbano: esto no es lo que era le pone palabras, mente y corazón a un símbolo popular que ha estado presente en todas las casas española, siempre encima de su tapete de croché, hasta que la televisión de plasma se la llevó por delante por falta de espacio.

Charo Urbano lleva más de 20 años en la escena teatral andaluza, sin embargo, para muchas personas se ha hecho conocida a través de las redes sociales por sus vídeos humorísticos, que se viralizan a la velocidad de la luz, en los que parodia la realidad con el objetivo de “hacer más llevadera la vida, que a veces es muy dura y es mejor ponerle sentido del humor”, comenta la actriz, justo después del estreno de su último espectáculo en el Teatro de Triana de la capital andaluza.

Las obras de teatro más taquilleras y populares de las últimas dos décadas del teatro andaluz llevan el sello de Charo Urbano, Txarini para los amigos. ‘La Estrella Sublime’ o ‘En Sevilla hay que morir’ tienen en común con el nuevo proyecto que es un teatro pensado para que se sienten en el patio de butacas las clases populares, que no se sienten representadas en una cartelera teatral que, con más frecuencia de lo deseado, tiene alergia a lo popular.

Charo Urbano convierte en oro todo lo que toca porque dentro de ella hay autenticidad y el esfuerzo de una obrera de la cultura que, a pesar de la que está cayendo, ha pagado siempre sus facturas trabajando como actriz. En una profesión donde la mayoría de los actores trabajan de camareros y la precariedad es la obra de teatro más taquillera, lo de Charo Urbano es un milagro, aunque no caído del cielo.

En este tiempo de pandemia, donde las mascarillas nos han ocultado las risas, sentarse en el patio de butacas, no parar de reírse de principio a fin de la propuesta de Charo Urbano, es quizás la mejor vacuna hasta que llegue la vacuna que mande al cubo de la basura al temido bichito. Charo Urbano: esto no es lo que era volverá a programarse los días 22, 23 y 24 de diciembre en el Teatro Salvador Távora de Sevilla y, pandemia mediante, tiene prevista una gira por toda la geografía española. ¿Quién dijo que el teatro andaluz, con acento y referencias propias no podía viajar fuera de Andalucía?

Sobre el autor:

Raúl Solís

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

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