"Hay una evolución en la poesía de Edward Lucie-Smith. Es una antología que abarca 50 años"¿Y cómo llega usted a la poesía de este autor?El encuentro con su poesía fue hace muchísimos años. En una de mis batidas en las librerías de segunda mano que yo hacía en Londres o Dublín. Encontré un libro sobre tres poetas británicos de los años 60, de los cuales sólo conocía a uno. Los otros dos eran desconocidos para mí. Uno de ellos era Edward Lucie-Smith. Y quedé prendado de lo que leí en ese libro. A partir de ahí intenté leer más cosas de él. Pero no era fácil, porque la mayoría de su poesía se publicó en los años 60 y 70. Más adelante seguí investigando. Comencé a traducir algunos de sus poemas y a ahondar un poco más en su obra. Luego, con la magia de internet, logré obtener más información sobre él. Un día me encontré con una página web suya y ya contacté personalmente con él. Al principio fue sólo un saludo y demostrarle mi admiración por su obra. Luego le mostré algunas de mis traducciones de su poesía. Y poco a poco, gracias a que él enseguida se mostró muy colaborador y generoso, fui consiguiendo más obras suyas. Incluso él mismo me envió alguna que otra obra. Fue entonces tomando forma la idea de traducirlo ya de forma seria, con un proyecto riguroso. Y este es el resultado después de varios años de trabajo.Usted también es poeta, ¿cómo describiría la poesía de este escritor?Hay una evolución en su poesía. Es una antología que abarca 50 años. En su juventud tiene mucha influencia académica, de grupos literarios de Oxford, donde él escribió sobre todo poemas largos, monólogos dramáticos. Fue destilando su estilo y buscando una manera más sencilla y directa de expresarse. Por eso la antología se llama Hacia el silencio, que es el título de su tercer libro. Ahí se ve un cambio, una evolución en su poesía hacia lo más cotidiano, lo más directo y más intimista. Es una poesía que abandona el culturalismo de los monólogos dramáticos para centrarse mucho más en una poesía intimista y directa.¿Y cómo es el inglés que utiliza Edward Lucie-Smith?Es un inglés exquisito, aunque él se expresa de una forma bastante sencilla. Bueno, sencilla entre comillas porque ha ido buscando la brevedad de los poemas y sobre todo la concisión. Luego habría que entrar en el trabajo de la traducción comparativa. En el sentido de que los dos idiomas son muy diferentes, la manera de sonar, el ritmo y la expresión, que es lo difícil de la traducción, trasvasar la literalidad del poema, es decir, lo que dice el poema, pero sin olvidar que también debe haber literariedad, es decir, que es un producto literario. Y todo ello trasvasarlo al español con un ritmo apropiado para nuestra lengua y que suene con harmonía.¿Y es fácil captar la esencia del poema al traducirlo? ¿Se siente satisfecho?Con la poesía de Edward es relativamente sencillo. Y requiere mucho trabajo. La traducción es, como digo yo, un trabajo de oficina. Hay otros autores mucho más difíciles, porque son más complejos respecto al lenguaje, a las imágenes que construyen y los conceptos que utilizan. Dylan Thomas, por ejemplo, es uno de los autores en lengua inglesa más difíciles de traducir. Ahí sí que uno dice que por muy bien que traduzca nunca puede terminar satisfecho.

"Una ciudad como Jerez se merecía una feria del libro en condiciones, no lo que habíamos tenido estos años atrás..."¿Qué proyectos tiene usted? ¿Qué está escribiendo?Acabo de terminar un libro nuevo de poemas, que ya está en una editorial en Sevilla. Saldrá para la primavera que viene, en la Feria del Libro de Sevilla. Acabo de iniciar una colección de cuadernos de traducción poética, con Enrique Nogueras, que se llama “Juego de espejos”. Son cuadernos donde ofrecemos pequeñas muestras de poesía de autores extranjeros, poco conocidos o completamente desconocidos en España, pero que nos resultan muy interesantes y que es bueno darlos a conocer. Ya hemos editado el primer número, dedicado a Laura Bertoli, una poeta italiana. Los poemas originales están traducidos siempre al español y a otra lengua romance, el francés, el portugués, el catalán, el rumano… Y el segundo número está ya prácticamente terminado, dedicado a Manuel Neto dos Santos, portugués. Son cuadernos que van siempre ilustrados. Además de las pequeñas muestras de poesía en tres lenguas, la original, el español y otra lengua más, llevan tres ilustraciones que algún artista realiza especialmente para la edición de los cuadernos.¿Y qué le parece que la Feria del Libro se celebre en los Claustros?A mí este marco me gusta mucho, la verdad. Además de ser muy hermoso, te permite pasear por los pasillos del claustro, dando vueltas y viendo todos los stands. Es un lugar fresco en estas fechas… Y me da la sensación de que está funcionando mejor que el año pasado, que fue la primera vez. Parece ser que hay más actividades, muy variadas, y la gente se va animando a venir, preguntar, mirar, leer y comprar. Espero que dure. Una ciudad como Jerez, con doscientos y pico mil habitantes, se merecía una feria del libro en condiciones. No lo que habíamos tenido estos años atrás... Creo que si esto se consolida se puede hacer una feria del libro bastante digna.Para terminar, ¿qué poema de Edward nos recomienda?Les recomiendo Silencio, que tiene mucho que ver con el título de esta antología.
SILENCIO
El silencio:uno se lo comeríacon deleite, como el pan.Nunca habría suficiente.Ahora mismo que estamossilenciosos, el metaltodavía está sonandosobre el vibrante metal;un portazo, llora un niño,otras vidas nos rodean.
Pero recuerda que no haysilencio dentro. El vientresuspira, retumba ¿Quées ese golpe tan fuerteque nos está convocando?Suena un tambor, un tambor.Lo que oyeses solo tu maquinariaque, ruidosa,se dirige hacia el silencio.