javierfergo_catedral_08
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La joven bailaora granadina trae al Festival de Jerez un espectáculo en el que todos estuvieron a la altura de una categoría artística que raramente disfrutamos.

De esta Catedral que la joven bailaora granadina trae al Festival de Jerez, después de triunfar en la Bienal de Flamenco de Sevilla, lo primero que nos llama la atención es el adecuado tratamiento que se da a la luz y la escenografía inquietante y silenciosa, llena de detalles y de simbologías místicas. Un marco escénico que ayuda a la solemnidad de toda la obra. Lo segundo, la dirección escénica y las coreografías bien diseñadas y perfectamente colocadas sobre el proscenio. Lo tercero, la guitarra del gran Juan Requena y el cante de José Ángel Carmona, dos profesionales sin cuyo concurso el resultado final sería bien distinto. Y lo cuarto, el vestuario de época exento de lunares y detalles tópicos, elegante y vistoso aunque no sé si cómodo para el baile flamenco.

En ese marco se enmarcan baile y cante que son arte. Patricia se enfrenta al silencio catedralicio y al recogimiento propio de un espacio en cuya religiosidad se resume todo. Después de casi veinte minutos de música gregoriana a cargo de dos voces blancas, como si de seises se tratara, y del estruendo armónico de las percusiones y el zapateado de la propia bailaora, suenan las campanas de la catedral. Se oye un cante romanceado cuya letra es el conocido poema de Teresa de Jesús “Muero porque no muero…”. También creímos identificar el corrido “Romance de la monja” que cantaba José de los Reyes “El Negro del Puerto”. Pasos a dos, a tres y a cuatro, muy ensayados que no ocultan la dificultad de los movimientos. Al hilo de lo anterior, hemos de decir que todo el cuerpo de baile (Maise Márquez, Ana Agraz y Mónica Iglesias), primorosamente llevado por Patricia Guerrero, estuvo siempre rayando la perfección.Pero todos esperábamos el baile de Patricia, el que la distingue como una de las bailaoras más señeras de las que en la actualidad encabezan el escalafón. Y llegó con la seguiriya, bailada con calculada emoción y llena de imágenes plásticas. Patricia demuestra lo que ya casi todos sabemos de su elegancia y sus formas sutiles, de su fuerza y su apasionada entrega, de su claridad de ideas incluso bajo las luces tenues de la catedral. Todos estuvieron a la altura de una categoría artística que raramente disfrutamos. Fue, sin duda, lo más emocionante de la noche. Pero, no todo debía ser drama y tristeza, también hubo momentos para la alegría en los tangos que Carmona canta con conocimiento y las bailaoras interpretan en un paso a tres de bella factura.

La parte final parece una repetición del principio, pero no. Los cantores de gregoriano exhiben sus facultades sacando sonidos y voces para que baile Patricia. Ya todo se va extinguiendo, todo vuelve al silencio sonoro de los pasos derramados por la imaginación. La Catedral se apaga y el teatro se enciende en aplausos estridentes para reconocer el triunfo incontestable de toda la compañía.

Ficha: 'Catedral'. Lugar, fecha y hora: Teatro Villamarta, 27 de febrero, 21:00 horas. Aforo: Casi lleno. Baile: Patricia Guerrero, Maise Márquez, Ana Agraz y Mónica Iglesias. Cante: José Ángel Carmona. Guitarra: Juan Requena. Tenor: Diego Pérez. Contratenor: Daniel Pérez. Percusión: Agustín Diassera y Paco Vega Dirección escénica: Juan Dolores Caballero. Coreografía: Patricia Guerrero. Diseño de iluminación: Manuel Madueño. Sonido: Rafael Pipió y Ángel Olalla. Vestuario: Laura Capote. Producción: Guiomar Fernández.

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Jorge Miró

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