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Todo el espectáculo gira en torno a la bailaora sevillana: la escenografía es ella, el espectáculo es ella.

En esta edición, el Festival de Jerez se está distinguiendo por la utilización de la poesía como instrumento hermoso para el arte flamenco. También el lenguaje teatral, no siempre con acierto, se está imponiendo entre los protagonistas de los espectáculos de baile flamenco, ya sea clásico o contemporáneo. Con esos dos elementos juega María Pagés en su nueva propuesta escénica Óyeme con los ojos. Con ellos y con el silencio.

Y al silencio comienza bailándole nada más se alza el telón del Villamarta. Sola —toda la obra gira en torno a ella—, bajo la luz del cenital, nos deja las primeras muestras de su baile delicado y pleno de formas y líneas estéticas que rompen el silencio querido, interrumpido por la voz flamenca de Juan Mairena —no olviden su nombre— con un martinete estremecedor que engarza con la toná-liviana. Ana Ramón le da la réplica al violonchelo por saetas. En realidad, el cante está llamando a María para que baile por seguiriyas en la atmósfera oscura y triste que envolvió toda la obra. La escenografía es ella. El espectáculo es ella.

Tras el solo de violín, suenan fandangos de Huelva pero arreglados musicalmente. La poesía suena dulce en las voces de Ana Ramón y Juan de Mairena. Mientras María vuelve, se oyen ecos que suenan al fandango que recreó El Rubio. La música de la malagueña de El Mellizo es del violonchelo para el baile sinuoso e insinuante de María, que luego se instala en una esquina del proscenio para recitar dramatizando el poema Palabras para Julia de José Agustín Goytisolo. Bello poema, cuya inclusión no acabamos de entender. Quizá hubiera sido más acertado que una voz en off profesional le hubiese hablado al baile. Pero, ahora, ellos y ellas lo quieren hacer todo, desde bailar hasta dirigir, y esa multiplicidad de funciones suele perjudicar el resultado final. Nunca fui partidario del zapatero a tus zapatos, pero en este caso —como en otros en este Festival— hubiera sido acertada su aplicación. Los poemas siempre son hermosos, pero si se dicen vocalizando y entonando y dándoles ritmo, son además emocionantes. “La vida es bella”, final del conocido poema que popularizara el cantautor Paco Ibáñez, es coreada por toda la compañía como una reivindicación vital y necesaria.

Los tientos y tangos son bailados sin demasiado empeño, nos parecieron faltos de la elegancia y la sensualidad que la bailaora sevillana suele utilizar como recurso emocionante. De nuevo toman el protagonismo los instrumentos de cuerda —la música de Rubén Levaniegos es extraordinaria en toda la obra—, el ritmo y el compás es el de la rumba. José Barrios se marca un taconeo y se luce. ¡Ay, qué calor!, dice María Pagés mientras se abanica de blanco. Un poquito de alegría reivindicativa. La mujer reclama su papel. “Con tu quiero y con mi puedo” (Dame tu mano de Mario Benedetti) es un cante por martinete que anima a la solidaridad y a la lucha. Sin salirse de los grisees que envuelven todo el espectáculo, suena por granaína y fandangos abandolaos “Voy a la sombra de la sombra”, un poema de El Arbi El Harti que pone fin a esta nueva propuesta escénica de teatro flamenco de María Pagés, de ritmo lento y luz escasa, emocionante a veces y aburrida por momentos. Nos gustó, pero no es lo mejor que hemos visto de esta bailaora a la que seguimos con admiración.

Título del espectáculo: “Óyeme con los ojos”. Lugar, fecha y hora: Teatro Villamarta, 2 de marzo, 21:00 horas. Aforo: Lleno. Baile: María Pagés. Cante: Ana Ramón, Juan de Mairena. Guitarra: Rubén Levaniegos. Violonchelo: Sergio Menem. Violín: David Moñiz.  Música: Rubén Levaniegos, María Pagés, música popular. Dirección y coreografía: María Pagés. Ayudante de coreografía, acompañamiento y palmas: José Barrios. Dramaturgia: El Arbi El Harti. Diseño de iluminación: Pau Fullana. Diseño de sonido: Albert Cortada. Teñido y pintura de telas: Taller María Calderón. Realización de vestuario: Sandra Calderón.

Sobre el autor:

Foto Francisco Romero copia

Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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