"Los tópicos que arrastra el cine español son fruto de la ignorancia"

El periodista jerezano Alejandro López Menacho publica '101 películas españolas para entender nuestro presente', un ensayo donde ofrece una radiografía de la actualidad a modo de videofórum

Alejandro López Menacho, posando con su ópera prima. FOTO: MARÍA MARTÍN.
Alejandro López Menacho, posando con su ópera prima. FOTO: MARÍA MARTÍN.

En pleno confinamiento y con la prórroga hasta el próximo 26 de abril latente, Alejandro López Menacho (Jerez, 1982) atiende a lavozdelsur.es desde la azotea de su vivienda. El comunicador, fundador del portal de actualidad social y política La Réplica junto a su hermano Javier, ha publicado 101 películas españolas para entender nuestro presente (Héroes de Papel, 2020).

El ensayo, cuyo prólogo es del director jerezano Juan Miguel del Castillo, repasa a modo de radiografía y como si de un videofórum se tratara, más de un centenar de títulos del cine español. Cada película cuenta con una ficha, en la que se incluye hasta una curiosidad cinematográfica. La selección, dice el autor, se basa en varias premisas. "Que hablaran del siglo XXI, que no se repitiera demasiado un director o directora y que se vieran reflejados mis gustos cinéfilos". Así, confiensa, el libro le describe no solo como periodista, sino también como "espectador".

La llegada de la Covid-19 no pilló demasiado bien al autor. "Es jodido, la editorial tenía marcada una fase de promoción y venta del libro que se ha visto paralizada", comenta. Tras un año de trabajo editorial, la obra salió a la venta justo la semana que se decretó el Estado de alarma por la emergencia sanitaria. Sin embargo, es optimista. "Al mal tiempo, buena cara; estoy aprovechando para promocionarlo en pequeñas acciones que animen la cuarentena. Ahora la gente está viendo más películas que nunca".

Las películas que incluye en el libro son del siglo XXI para, como su propio nombre indica, entender nuestro presente. ¿De qué habla hoy el cine español?  

De lo que sucede ahí fuera, sencillamente. Los grandes impactos socioculturales tienen su reflejo en obras cinematográficas. Se han visto trasladados a la pantalla los últimos cambios que hemos vivido en España: nuestro mundo interconectado digitalmente, la revolución que trajo el 15M (y que duró poco), los problemas migratorios, el desprestigio de la Casa Real, la corrupción política… el cine es un espejo ficcionado de nuestra sociedad. Hay un fenómeno de acción-reacción. Tengo mucha curiosidad sobre qué propondrán los autores hispanos sobre dos temas ineludibles y que saldrán a la luz en cuanto nuestra vida vuelva a la normalidad: el primero, el conflicto en Cataluña, del que de momento tan solo existen documentales, y el segundo, el terrible asunto del coronavirus, que es puro cine de género (el de pandemias) y que da va a reflejar lo mal que lo estamos pasando y lo que queda por venir. 

Igual que existieron los tópicos del cine español cañí, en la actualidad existe el tópico de que el cine español está para reír y entretener. La filmografía que ofrece es variopinta. ¿Hay películas españolas para todos? 

Es cierto que últimamente está pegando fuerte la comedia de situación a raíz del efecto Ocho Apellidos Vascos, pero lo considero algo coyuntural que se disolverá cual azucarillo. Me refiero a películas como El Verano De Mi VidaLa TribuLa Pequeña Suiza… ese tipo de comedias prefabricadas, muy estudiadas, que han intentado replicar el boom de Emilio Martínez-Lázaro. Pero fíjate, no creo que sea algo abusivo. 94 películas españolas han pasado por los cines en este 2020 hasta el cierre que ha provocado la pandemia. Pues hay de todo ahí; las tres más taquilleras son un drama social (Adú), una de terror de género (Malasaña 32) y una comedia al uso (Hasta que la boda nos separe). Cada una con motivaciones diferentes. Los tópicos que arrastra el cine español son fruto del desconocimiento y la ignorancia. 

Alejandro López Menacho hablando sobre su ópera prima. FOTO: MARÍA MARTÍN.

 

¿Cómo considera que ha cambiado el cine español en las últimas décadas? 

En el plano industrial, hay un punto de inflexión con el discurso de Álex de la Iglesia como presidente de la Academia en la gala de los Goya del año 2011. Fue muy criticado por parte la industria pero el tiempo lo ha convertido en un discurso visionario. Aquello de “Las reglas del juego han cambiado” e “Internet no es el enemigo”, que en su día levantó ampollas en el sector tradicionalista, se ha revelado como cierto. Las producciones miran de reojo a las plataformas de pago (Netflix y Movistar) en busca de financiación. Con ese apoyo una película puede tener una segunda vida, como antiguamente en los videoclubs. El caso paradigmático de este 2020 es el de El Hoyo, una peli con un paso discretísimo por los cines de España que llegó a ser la película más vista en EEUU en Netflix. Millones de espectadores han visto una película barata que pilla un concepto potente y que tiene un mensaje crítico que invita a la reflexión. Un éxito en toda regla. 

De Los lunes al sol al documental Alcaldesa, pasando por Volver. ¿Cómo ha sido el proceso de selección? 

Me fijé varios requisitos. El primero es que fueran películas actuales que hablaran de realidades del siglo XXI. Así nos sentimos cercanos a lo que cuentan. Todas las películas van desde el año 2000 hasta nuestros días. El segundo fue que intentaría no repetir director o directora, aunque finalmente se han dado algunas repeticiones debido a la temática de las películas. He intentado que el libro refleje la riqueza temática del cine español para huir de mantras como aquel que dice que el cine español sólo ofrece películas de la Guerra Civil, el auténtico bulo que lo persigue desde hace años. Y también, aunque en menor medida, me he dejado llevar por mis gustos cinéfilos y mi simpatía hacia uno u otro título. En ese sentido, el libro me describe como espectador y periodista.    

Seguro que ha lamentado dejar alguna fuera… 

Sobre todo la de Cerca de tu casa, que es una película sobre los desahucios con Silvia Pérez Cruz como protagonista. Ella visibilizó este problema en prime time con esa preciosa canción que cantó en la gala de los Goya que dice; “No hay tanto pan, pan, pan // No hay tanto pan, pan, pan”. Cantó aquello de “es indecente gente sin casa y casa sin gente”. Me hubiera gustado que formara parte del libro pero la descarté porque finalmente elegí Techo y Comida, del director Juan Miguel del Castillo, que me gusta más como película y cada vez que la veo me saca una lágrima. También, visto lo visto, me hubiera gustado haber metido Los Últimos Días, que habla de una pandemia planetaria; llegué a barajarla pero la descarté porque, claro, la veía inverosímil. Uno no se imaginaba que íbamos a vivir una situación así; al final ha resultado ser la película más actual de todas las que se han rodado en los últimos años. 

Tosar y Bardem en 'Los lunes al sol', de Fernando León de Aranoa, una de las películas del siglo para el autor.

Si tuviera que elegir una o varias películas de su selección, ¿cuáles elegiría y por qué? 

Te hago un top-3: AfterLos Lunes Al Sol y Techo y Comida. La primera, que es mi favorita, habla del vacío existencial de las generación nacida en los 70 justo antes de la crisis económica del 2008. Aunque ya aquello nos queda lejano, creo que a esa generación le prometieron que iban a ser felices con la hoja de ruta estudios-trabajo-casa-familia y se percataron de que la plenitud no te la asegura el american way of life. Ese desengaño y el posterior vacío existencial lo plasma de manera fidedigna y, en cierta forma, bonita Alberto Rodríguez. Los Lunes Al Sol por su parte, es un retrato demoledor del desempleo en edades maduras, pero también una historia costumbrista maravillosa de aquella Galicia de principios de siglo y de un grupo de amigos que curraban en los estibadores. El tono tragicómico es el gran acierto. Y Techo y Comida habla de Jerez y del drama de los desahucios. Lo hace sin artificios, describiendo la realidad tal y como es. Soy muy fan de Juan Miguel del Castillo, del que espero mucho en su segunda película. Le deseo lo mejor.   

¿Hay entre ellas alguna que cree que haya pasado más desapercibida sin merecerlo?  

Sí, sí, la propia After fue un fracaso de taquilla que no encandiló a la crítica. Merecía mucho más. También me gustaría reivindicar Fuerte Apache, que trata el tema de los menas (Menores Extranjeros No Acompañados). A ver si con su visionado la gente empatiza un poco con un colectivo que está más allá de los márgenes de la sociedad. Viven estigmatizados y defenestrados. Sólo a base de mucha pedagogía podremos vencer a ese estigma xenófobo y racista que siembra la extrema derecha y ofrecerles una vida digna.  

Ciertos sectores acusan al mundo del cine en España de vivir de las subvenciones. Sin embargo, estas suponen un menor porcentaje que en otros países europeos... 

La derecha y la ultraderecha repiten una y otra vez ese falso mantra porque el gremio del cine español es crítico con las élites y comprometido con las causas sociales. Así que vierten mierda sobre él. Los datos y el rigor periodístico desmienten que las subvenciones sean disparatadas: España destina actualmente unos 40 millones de euros, por los 150 de Alemania, los 400 de Italia o los 660 de Francia. Además, las subvenciones al cine español originan un interesante retorno económico y da trabajo a muchas personas. Se calcula que unas 700.000 directa o indirectamente. Me manifiesto abiertamente "prosubvenciones" y creo que el cine español debería tener más ayudas, no sólo por la calidad final del producto, sino también para ofrecer sueldos dignos a todos los equipos técnicos, desde el primero al último. 

Una escena de Techo y Comida, cuya protagonista, Natalia de Molina ganó en 2016 el Goya a mejor actriz y cuyo director, el jerezano Juan Miguel del Castillo, fue nominado a mejor dirección novel.

El prólogo de la obra lo escribe el jerezano Juan Miguel del Castillo, director de la premiada Techo y Comida. Él cita a Robert Bresson y al neorrealismo italiano. En su obra vemos además la sombra de Ken Loach. ¿Goza de buena salud el cine social y crítico en España? 

Sí, sin duda. Observa que las dos películas más potentes del 2020, Adú y El Hoyo, tienen un mensaje social claro. La primera defiende a las personas migrantes y los derechos humanos, y la otra habla de la codicia de nuestra sociedad, incapaz de abastecer a toda la población mundial teniendo recursos más que de sobra. 1.300 millones de kilos de comida se tiran a la basura al año sólo en España.   

¿Es el mundo del cine de izquierdas? 

Hay una mayor conciencia social, es una evidencia. La creación cinematográfica suele ser sensible con los problemas de la sociedad y de sus minorías más castigadas. No ocurre sólo en España; en EEUU o Francia, aunque parezca lo contrario, emergen películas muy críticas con su propio sistema. Además, el gremio español se ha posicionado en temas delicados como la Guerra de Iraq, el feminismo, la crisis económica o la conservación del medio ambiente y ha dado de bruces con la ultraderecha. Por eso Vox y el PP se declaran abiertamente antisubvenciones e insultan a Paco León, Dolera, Almodóvar o los Bardem cada vez que pueden. El ex ministro de cultura Íñigo Méndez de Vigo dijo eso de "Me gusta mucho el cine español; veo mucho Cine de barrio". Saben del poder del cine en la sociedad y de su papel transformador. Pero oye, también hay cine de derechas; el año pasado el hijo de Aznar invirtió en una película sobre abuelos emprendedores. Venía a decir que nunca es tarde para emprender, ¿para qué nos vamos a jubilar? 

El autor y comunicador jerezano pasa los días de confinamiento junto a su esposa María y su hijo Unai, a quien le ha dedicado el ensayo. FOTO: MARÍA MARTÍN.

El cine ha servido históricamente de instrumento político y social. Lo referencia y lo cita. En la URSS, en la Alemania y en la Europa pro nazi, en el franquismo o en los Estados Unidos de posguerra. ¿Y hoy? ¿Es el cine utilizado también en las sociedades democráticas contemporáneas?  

Hay cine específicamente militante. En el libro aparece Alcadesa, que cuenta el ascenso de Ada Colau desde la Plataforma Antidesahucios hasta la alcaldía de Barcelona. Lo hace con cierto carácter motivacional y una pizca de épica. Pero no creo influya a los niveles de antaño como los ejemplos que has citado. Eso no volverá. Antes el cine tenía más poder de influencia que en este mundo sobreestimulado. Lo que me preocupa actualmente son las plataformas tipo Netflix, Movistar o HBO, que deciden lo que vemos. La gente pivota en torno a un catálogo limitado de películas que creo que nos puede aborregar. Además excluye a títulos alternativos, fuera de la industria o con temas más sesudos o aburridos.   

Y resisten plataformas como Filmin. Evidentemente, el mundo audiovisual ha cambiado drásticamente con el boom de las series y el streaming. ¿Corre peligro el cine en su formato tradicional? ¿Cómo valora las series españolas?  

No, no corre peligro. El cine pervivirá sí o sí, no me cabe duda. Es tan mágico y poderoso que resulta insustituible sentarte en frente de la gran pantalla. Lo que sí es verdad es que la aparición de las plataformas streaming han producido un terremoto en la industria a nivel de negocios, de las producciones y demás. Ahora las reglas han cambiado. Por otro lado, la segunda vida de las películas en el videoclub ha sido sustituida por la segunda vida vía streaming. El espectador está muy cómodo con una parrilla “a la carta” y lo agradece.  

En cuanto a las series, te soy sincero y te confieso que las veo poco; pero el catálogo de Movistar tiene al menos una decena que merecen la pena. Mi favorita en los últimos años ha sido Mira Lo Que Has Hecho. Veo en Berto Romero a un Woody Allen a la catalana que ha sabido perfectamente hacer una autoparodia de los problemas de la paternidad actual en la clase acomodada de Barcelona. Tiene mucho encanto esa serie y juega con la narrativa de un modo original y atrevido. También me gustó La Peste, cuya primera temporada es formidable.     

'101 películas españolas para entender nuestro presente' se puede adquirir en la librería Bomarzo de Jerez y on line a través de Héroes de Papel

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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